Yo te lo dije!
A muchos les puede parecer inútil el esfuerzo hecho por la Mesa de la Unidad para incorporar al cuadro de los candidatos de la oposición a las parlamentarias de septiembre a los presos políticos, puesto que ahora, de acuerdo a las reglas del gobierno que ellos mismos han aceptado, tendrán que suplirlos. Los magistrados venezolanos imposibilitaron elegirlos al correr, de acuerdo a instrucciones del Ejecutivo para sentenciarlos firmemente en el Tribunal Supremo.
Con respecto a eso, quedan en evidencia dos cosas, primero, que el liderazgo real de la oposición se sigue reconstruyendo en estos momentos, cuando quienes realmente se han expuesto por combatir el autoritarismo y la autocracia representan ante el común a los dirigentes más confiables , en un futuro posible donde de ese lado haya menos diplomacia de salón y mas voluntad de servicio, conocimiento y seriedad para dirigir al país.
Dos, que hay que conseguir más fuerza efectiva de presión ciudadana. Si la hubiese, el Supremo no se hubiera atrevido a sentenciar a contrapelo a los comisarios, porque el precio hubiese sido una situación de calle difícil de controlar.
Otra consideración. Llegamos a una etapa en que todos los movimientos del régimen para borrar la emergencia del nuevo liderazgo opositor, son inútiles. Se le enfrenta más gente, porque su mala gestión hace aguas.
Hacerle mas daño a Simonovis, a Vivas, a Forero, imposibilitar la vuelta de Rosales y Bolívar y otros perseguidos, solamente deja de bulto que las injusticias, las carencias y las torpezas que algunos ex amigos del régimen empiezan a percibir ahora, las tuvo el gobierno desde el principio, cuando gozó de una prolongadísima luna de miel política que deshizo torpemente .
Los desastres no han hecho sino aumentar y densificarse, tanto, que justifican el cambio del Presidente, a los ojos de los mas recientes ex chavistas y de aquellos que dentro de la maquinaria roja suspiran por salir del closet, por alguien menos carismático pero mas sensato, menos revolucionario pero mas civilizado, menos visionario pero mas dedicado al bienestar cotidiano, menos cambiante y mas estable, en fin. Un dirigente menos dios y mas humano.
El resto de los mortales de la oposición los vemos darse cuenta lentamente de los desastres de aquel gobierno que nos atormenta desde hace tanto tiempo, sin saber muy bien si alegrarnos porque al fin se dieron cuenta o porque les podemos decir ¡ yo te lo dije!. A fin de cuenta no somos ángeles y hemos sufrido mucho.
