Opinión Nacional

Zamuro no come moscas

Ya pasan de 100 millones de kilos los alimentos podridos en contenedores estacionados en Puerto Cabello o escondidos en otros lugares, gracias a la voracidad importadora del socialismo petrolero. Y la cúpula que gobierna sólo trata de desviar la atención. Hay un solo funcionario detenido, militar para más señas, que presidía la empresa estatal conocida ahora como Pudreval.

En un gobierno normal ya hubiese renunciado el ministro responsable. Pero en este régimen estrafalario se decide, en vez de la defenestración de Rafael Ramírez, el cambio de adscripción de la empresa (ahora Pdval fue asignada a la Vicepresidencia) que permitió la putrefacción de los alimentos que nunca le llegaron al pueblo que los pagó con sus impuestos y con la renta petrolera.

De cada cuatro kilos que importaron las empresas filiales de la derruida Pdvsa, por lo menos uno se dejó podrir. El negocio consistió en comprar con descuento alimentos próximos a dañarse pero facturarlos a precio normal y recibir dólares preferenciales, luego se pagaban el almacenaje a una empresa cubano-venezolana que administra los puertos nacionales y el alquiler de los contenedores. Mientras más tiempo en el puerto, más plata para los cubanos y más plata para los dueños de los contenedores. Nadie puede creer que este tinglado no reportara excelentes beneficios a sus ejecutores.

Todo lo que el régimen chavero se proponga termina en guiso. No puede ser de otra manera porque el diseño maestro busca el control totalitario del poder. Para ello se han colonizado los poderes públicos mediante el empleo de fichas intercambiables (hasta ayer desconocidos que mendigaban un puestico y que desprovistos de prestigio no tienen nada que perder). Sólo pueden pensar en aumentar sus cuentas bancarias.

Si no hay Fiscalía, Contraloría, Defensoría del Pueblo, tribunales ni Asamblea Nacional que trate de frenar a quienes desde la Presidencia de la República, gobernaciones, ministerios, alcaldías y empresas del Estado despilfarran y desaparecen el dinero del país, pues la corrupción seguirá creciendo. Nadie investiga, nadie juzga y nadie hace presos a los ladrones… a menos que al jefe le convenga.

El delirio chavista también apunta al cierre de los medios de información independientes para que la corrupción no se denuncie, para que los venezolanos no sepamos de los robos. Ya fue cerrada RCTV, al igual que 34 radioemisoras y fueron amenazadas y mediatizadas Televen y Venevisión. Globovisión no ha podido descansar de la cruel persecución oficialista que lo ha hecho objeto de decenas de investigaciones y juicios, que incluyen acciones contra otras empresas de sus principales accionistas, Zuloaga y Mezerhane.

Si usted es chavista, bote la franela del Che Guevara y búsquese un zamuro. Es el nuevo emblema revolucionario. Verá que tampoco come moscas.

rjsandia@hotmail .com

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