Propósitos de Año Nuevo
Cada uno de nosotros puede pasar de un año a otro sin siquiera darse cuenta o puede, conscientemente, entender que se cierra un ciclo y comienza otro. Realmente, esto lo podríamos hacer cada vez que termina un trimestre, o un mes, o incluso, día a día. La medida depende de nosotros. Lo importante es que si analizamos nuestra vida, ese análisis tenga un sentido y un objetivo.
Estamos acostumbrados a que cuando termina un año y comienza otro, muchas personas de nuestro entorno nos hablen de sus propósitos para el año que está por comenzar. Hay quienes quieren comer más sano, otros quieren adelgazar, otros quieren comenzar con una rutina de ejercicios, otros quieren comenzar una nueva carrera, tomar un curso o hacer estudios de post-grado, otros van a comenzar un emprendimiento, otros quieren ser mejores personas, mejores hermanos, mejores hijos, mejores padres, mejores amigos, mejores seres humanos. Ese propósito de ser mejores seres humanos debería estar fijo en nuestras mentes y en nuestras almas permanentemente. Se trata de una competencia contra nosotros mismos y siempre podemos mejorar.
Concentrándonos en los propósitos específicos, debemos visualizarlos y precisarlos. Sin embargo, no basta con nuestra fuerza de voluntad. Para ser exitosos, debemos procurar facilitarnos el proceso y buscar el apoyo que requerimos. Para ello, por ejemplo, si nuestro propósito en comer más sano, deberíamos procurar poner a nuestra vista y hacer fácilmente accesibles verduras y frutas. Colocándolos en el centro de la mesa o fácilmente distinguibles en la nevera, facilitaremos nuestro avance para el logro de nuestra meta.
Determinemos nuestra prioridades, qué deseamos transformar de nosotros mismos, cómo podemos evidenciar esa transformación y cuáles serán los obstáculos predecibles que encontraremos. Dispongámonos a trabajar en esa transformación y preparemos nuestro entorno y nuestras rutinas para lograrlo.
¡Vivamos cada día como si fuera el último! ¡Prendamos una vela y pasemos la luz!
Feliz año, Emilio.
Siempre he creído que Venezuela volverá a ser una nación libre, soberana y prospera como resultado de un proceso interno liderado por los venezolanos. Ese proceso será largo porque, actualmente, el territorio y todo lo que hay en él está controlado por extranjeros, a la fuerza. La autoridades aparentemente instituidas no deciden sobre la suerte del país, de sus instituciones, o de los derechos de los venezolanos. Venezuela es un país colonizado a merced de las naciones que lo gobiernan, como ocurría en la antigüedad, pero con métodos y equipos de última generación.
Para cambiar las suerte de la nación necesitaremos la ayuda externa que contrarreste la opresión impuesta sobre los venezolanos porque, en últimas, serán éstos los que recuperará el país. Pero no creo que Joe Biden y los demócratas tomen partido en favor de Venezuela, porque reabrirán oportunidades con quienes se apoderaron del país como China, Rusia y Cuba. Teníamos mejor oportunidad con los demócratas y Trump, quienes ya habían declarado su antagonismo con Cuba, Nicaragua, Irán y China.
Un abrazo, Jorge Lara Urbaneja
PERDON: QUISE DECIR: TENÍAMOS MEJOR OPORTUNIDAD CON LOS REPUBLICANOS Y TRUMP…..