Putin mira a Ucrania, Maduro no sabe donde queda eso
Alfredo Maldonado
Está demasiado lejos de Miraflores y en Caracas eso de Ucrania suena remoto y muy poco interesante en este ambiente de apagones diarios y declaraciones sonrientes pero poco apetecibles del psiquiatra ministro comunicador. Ucrania suena demasiado a Rusia, algo que se escucha raro poco a Venezuela; suena a frío y a “patio trasero ruso”, o sea, ¿algo similar a esta Venezuela nuestra desde la perspectiva de la Casa Blanca? ¿O más cercano e importante todavía?
Algunas cercanías socioeconómicas podrían ser analizadas para pasar el rato. Por ejemplo, este año hay elecciones en Ucrania, limítrofe y eternamente influenciada por Rusia, los ucranianos están hasta las narices de la corrupción a la cual vinculan a Moscú, y este domingo el candidato presidencial con presuntamente más chance es un muy popular actor cómico de la televisión, Volodymyr Zelenskiy, por encima del actual Presidente –y empresario- Petró Poroshenko y una veterana figura femenina que ya ha sido Primera Ministra y está vinculada a la industria energética, Yulia Timoshenko (nada que ver con el narcoguerrillero colombiano, aclaro, pero sí una bella rubia) y quien fuera la cara pública de la en su tiempo llamada “revolución naranja”, después procesada por corrupción y acusada de populismo, y que regresa al empuje político.
Hace cinco años intensas protestas populares derribaron el Gobierno prorruso de Viktor Yanukóvich, duramente acusado de corrupción, incompetencia e incumplimiento de promesas políticas y de apertura hacia el lado europeo de la vida, en un país en el cual sólo un 9 % de la población apoya al Gobierno actual, ¿qué tal les suena eso? ¡Y eso que aparentemente no tienen ni la miseria ni los apagones venezolanos de estos tiempos nuevos!
El popular cómico estaría ofreciendo ejercer en la vida política real el papel que interpreta en televisión, el de un profesor electo presidente después que sus alumnos ponen en You Tube una emocionada proclama contra la corrupción, la oligarquía y el sempiterno Fondo Monetario Internacional (FMI). De llegar a ser electo de verdad Presidente, Zelenskiy ofrece eliminar la impunidad de parlamentarios, jueces y altos funcionarios ejecutivos, convocar referendos para consultas populares y pactar con empresarios que tengan capitales ocultos no declarados a Hacienda ofreciéndoles un impuesto mucho más bajo a cambio de que paguen algo –amnistía fiscal. También ofrece dialogar con el FMI y sacar de cuajo la política del sistema judicial.
Zelenskiy arremete contra la corrupción y al menos un 20 % de los electores ucranianos aseguran que votarán por él, en un escenario electoral con ¡39 candidatos! y que exige al menos el 50 % de los votos para elección en primera vuelta. O sea, lo más probable será una segunda vuelta, la pregunta es quiénes serán los dos candidatos que por haber alcanzado los dos primeros lugares, competirán y decidirán.
Éste es el escenario que tiene Vladimir Putin a su lado, en su área de influencia directa a la cual, además, hace 5 años le quitó violentamente Crimea, un conflicto que está sangrientamente vivo y que le amarga la vida a Moscú.
Unos cuatro millones de ucranianos han salido a buscar trabajo fuera de su país, impulsados por los bajos sueldos y los altos precios, y ésa es una realidad compleja y palpable, el otro escenario. Pero tampoco se crea que el actor de televisión es otra contundencia, nadie puede saber hasta los resultados electorales si los ucranianos se lo están tomando en serio o en cínico humor, hartos de la mala situación económica, judicial y política. Quien sí se toma todo esto en serio es el Kremlin, porque Ucrania es una deuda pendiente y una antipatía en desarrollo, y puede reventarles en la cara, mucho más cerca de Moscú que Maiquetía, Maracay y Caracas.
