Una hipótesis
La MUD, en aplicación del artículo 72 de la Constitución Nacional, solicitó, transcurrida la mitad del período presidencial, la convocatoria de un referendo revocatorio (RR) del mandato del ocupante de Miraflores, Nicolás Maduro. La opinión nacional e internacional conoce los obstáculos, de variada naturaleza, interpuestos por el CNE para dificultar ese pronunciamiento, mediante el voto, de la voluntad popular.
Lo que está pasando y lo que pueda pasar con ese referendo da pie a una hipótesis que, en la política, al igual que en las ciencias físicas y naturales, se confirma o no. El fundamento de la hipótesis sería el siguiente.
Primero. El oficialismo sabe que perdería de calle el RR. Según la última encuesta de Venebarómetro (estudio entre el 11 y el 22 de junio, con el IVAD como proveedor del trabajo de campo), 12.174.600 ciudadanos estarían dispuestos a votar en el RR, de los cuales el 88,4% votaría a favor del RR, lo que significa, al proyectar ese resultado, que 10,7 millones de ciudadanos están dispuestos a votar por la revocación del mandato de Maduro, satisfaciendo holgadamente la exigencia del ya citado artículo 72 constitucional, conforme al cual sólo se requiere igualar o superar los 7.587.579 votos que obtuvo (o le asignó el CNE) al ser electo. Las demás encuestas arrojan resultados similares. Si esa es la realidad, es obvio que se trate de impedir, a como dé lugar, el RR.
Segundo. Sólo por dos vías, la administrativa y la judicial, es posible bloquear el RR: a) la vía administrativa se transita actualmente por el CNE. El periodista especializado en la materia electoral, Eugenio Martínez, señala que desde el 19 de julio se conoce el acta de la auditoría de autenticación de huellas realizada por los técnicos del CNE, en presencia de testigos de la MUD y del PSUV, la cual registra que 399.000 personas lograron autenticar sus huellas, lo que supera ampliamente el mínimo necesario del 1% de electores que avala a la MUD para solicitar el RR. El periodista mencionado sostiene, coincidiendo con los demás expertos electorales, que aún si el CNE utiliza los lapsos máximos del cronograma electoral, “el revocatorio se podría realizar el 6 de enero (cuatro días antes del límite constitucional del 10 de enero de 2017)”; b) como el oficialismo está consciente de esa verdad porque sabe que miente cuando dice que los plazos no dan, es por lo que se podría concluir que sólo le queda en sus manos la vía judicial para cerrarle el paso al RR, y, a tal efecto, ya ha promovido y ordenado a la Fiscalía una acción legal contra el RR y un recurso en el TSJ pidiendo que la MUD sea cancelada como mediadora del RR ante el CNE, alegando que cometió un presunto fraude en la recolección de las firmas. La puesta en marcha de la vía judicial fue ratificada por el CNE, a través de Tibisay Lucena y de la rectora Socorro Hernández, quien declaró que “hay que tener presente que hay otros procesos que pudieran arrojar resultados que impacten en el desarrollo de los próximos pasos” y que “será la Sala Electoral del TSJ la que decidirá si es viable o no cancelar la inscripción de la MUD como agrupación política”. La cancelación tumbaría al RR.
Lo que olvida el oficialismo es que, parafraseando un conocido dicho, la MUD y el pueblo también juegan.
