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Una Propuesta: Maestría en Ciencia del Café y desarrollo Sustentable, para la UNELLEZ

La experiencia con el café, en los últimos tiempos, ha sido muy interesante a nivel mundial; los números hablan por sí mismos : 1. Producción mundial: En el año 2020, la producción mundial de café alcanzó aproximadamente 169 millones de sacos de 60 kg, según la Organización Internacional del Café (OIC); 2. El consumo mundial de café continúa en aumento, el promedio de 166 millones de sacos de 60 kg de café al año; 3. Los principales productores de café son Brasil, que es el mayor productor mundial, seguido de cerca por Vietnam y Colombia, en conjunto, estos tres países representan una gran proporción de la producción mundial; 4. El comercio de café es una parte integral de la industria. Se estima que el valor del comercio mundial de café supera los $20 mil millones de dólares anualmente; 5. En cuanto a su aporte al empleo, la industria del café es una importante fuente de empleo en muchos países productores. Se estima que más de 125 millones de personas en todo el mundo dependen de la producción y comercialización del café para su sustento; 6. El consumo per cápita de café varía significativamente en diferentes países, algunos países, como Finlandia y los Países Bajos, tienen un consumo per cápita muy alto, superando los 8 kg por persona al año; y 7. En cuanto a marcas y cafeterías, el mercado del café está dominado por una variedad de marcas y cadenas de cafeterías reconocidas a nivel mundial, como Starbucks, Nescafé, Dunkin’ Donuts y Lavazza, entre otras.

A grandes rasgos, estos números representan una visión general del panorama mundial del café y su relevancia en términos de producción, consumo, comercio y empleo. Cabe destacar que los datos pueden variar de un año a otro y es recomendable consultar fuentes actualizadas para obtener información precisa y detallada.

En un aspecto puntual, ahondando en la historia cultural, social y económica del café, este tiene una historia que se remonta a varios siglos atrás; se piensa que sus orígenes se encuentran en Etiopía, donde las leyendas cuentan que un pastor notó los efectos estimulantes de las bayas de café en las cabras; desde allí, el café se extendió a través del comercio y las migraciones hacia el Medio Oriente, Persia y el Imperio Otomano. En el siglo XV, el café comenzó a ganar popularidad en la región de Yemen, donde se establecieron las primeras plantaciones de café. Pronto, las casas de café o «qahveh khaneh» se convirtieron en lugares de encuentro social e intercambio de ideas; el café se convirtió en una bebida apreciada y su comercio se expandió hacia el norte de África y Europa.

Para el siglo XVII, los europeos introdujeron el café en América. Las colonias europeas establecieron plantaciones en países como Brasil, Colombia y Centroamérica, aprovechando las condiciones climáticas favorables. Estas regiones se convirtieron en importantes productores y exportadores de café. Hoy en día, el café es una de las principales commodities a nivel mundial y una bebida consumida en todo el mundo, siendo  la industria cafetalera la que más ha experimentado cambios significativos, desde la adopción de métodos de cultivo y procesamiento más eficientes hasta el surgimiento de certificaciones de calidad y prácticas sostenibles.

En el ámbito gerencial, la industria del café se enfrenta a una serie de desafíos y oportunidades. La gestión eficiente de las plantaciones cafetaleras implica la planificación y ejecución de actividades como la siembra, el manejo de plagas y enfermedades, la cosecha y el procesamiento poscosecha; la gestión de la cadena de suministro del café implica la coordinación de múltiples actores, desde los productores y cooperativas hasta los exportadores, importadores, tostadores y distribuidores. La logística, la calidad del producto, la trazabilidad y la gestión de las relaciones comerciales son aspectos clave en este sentido.

La gestión de la calidad del café es otro aspecto fundamental; esto incluye la catación y evaluación sensorial del café, así como el cumplimiento de estándares de calidad y la participación en programas de certificación, como el comercio justo y el café orgánico; la sostenibilidad, desde el enfoque gerencial, es importante en la industria del café. Esto implica adoptar prácticas agrícolas sostenibles, promover el bienestar de los productores, garantizar condiciones laborales justas, minimizar el impacto ambiental y apoyar el desarrollo de comunidades cafetaleras.

Ahora bien, en el marco de la situación ambiental actual y de cómo esto actúa sobre los  elementos que definen el café como rubro de producción importante para el desarrollo de una economía globalizada incluyendo su sistema social, ha proporcionado un bienestar poco equitativo a unos cuantos,  marginando en la miseria a la mayoría y fundamenta en su discurso que la intensificación de la voluntad de cambio, entre muchos pueblos, debe producirse desde abajo, desde las personas que viven en esas sociedades, afrontando el reto de crear un futuro positivo, que el mundo no necesita permanecer violento e insostenible económica, social y ecológicamente, por el contrario enfatiza que podemos progresar hacia la armonía.

Este progreso, o, como se denomina actualmente, desarrollo, abarca en su contexto global una serie de dimensiones estrechamente ligadas, entrelazadas, relacionadas intrínsecamente, que dentro de su complejidad contextualizan un deber ser, el desarrollo, considerando todas esas aristas que en su complejidad delinean lo esperado por los estudiosos y lo deseado por la humanidad en su totalidad sin discriminar raza, credo, posición económica o área geográfica en que se vive.

Desde esta perspectiva, el café en el marco de la sustentabilidad el desarrollo requiere de la articulación de políticas económicas sólidas, con resultados probados y consistentes, rechazando su vez medidas económicas de efecto positivo inmediato y malos resultados a largo plazo; en el aspecto  político que las estructuras gubernamentales y las instituciones deben lograr un balance razonable entre estabilidad y flexibilidad para modernizarse a los cambios que la prosperidad produce, teniendo la capacidad de actualizarse y reformarse sin perder estabilidad institucional, para crear confianza en el futuro; en lo humano, la preparación científica, técnica, administrativa y la madurez moral que lleve a la mayoría de la población a conductas meritorias, basadas en virtudes y respeto a sí mismos y a otros; y por último, lo relacionado con el medio ambiente, que no es más que manejar los recursos pensando en la sustentabilidad de los mismos.

Ahora bien, en consideración al papel del café en el mundo moderno, se va vinculando la tecnociencia y la conciencia, bajo un criterio de  entendimiento de los límites de la naturaleza en cuanto a la explotación de los recursos, modificación de los ciclos, obtención y consumo de energía, en la acumulación de impactos negativos y residuos.

En este orden de ideas y relacionando el rubro café con los enfoques de desarrollo, teorizados por R. Perci y L. Perci (2011), en su estudio titulado “Proyectar la Sustentabilidad. Enfoque y Metodología de FLACAM para Proyectos de sustentabilidad, La Plata, Editorial CEPA, señalan que en los planteamientos de éstos se enfrentan dos modelos y sus bandos: el primero de ellos, el del productivismo y el de un naciente (tímido por ahora y no demasiado estructurado) nuevo humanismo.

Del lado del productivismo siempre estuvieron todos de acuerdo los viejos países  Rusia y Estados Unidos; Alemania y Francia, China y Japón, los cuales buscaban producir más y seguir produciendo más; todos se empeñan en los llamados procesos de desarrollo más recientes, que son cruelmente productivistas.

En el planteamiento la vinculación del café en el ámbito del desarrollo y la situación ambiental, el desarrollo, dada la concepción actual, debe ser replanteado según los entendimientos dialécticos y las reflexiones que permitan pensar más allá de nosotros mismos. La acumulación material y el crecimiento económico, hoy discuten su pertinencia teniendo en cuenta el abuso contra la naturaleza, el cual supera el límite de lo sustentable.

Ante estas posiciones, existe un constante enfrentamiento entre las necesidades de consumo, la competitividad, el mercado y la pobreza; por tal razón es importante señalar que la visión predominante en el mundo hacia donde debe ser dirigida la gestión ambiental es hacia la construcción de esquemas alternativos de desarrollo, nuevas formas de pensar, considerando la complejidad de las relaciones ambientales en nuestra sociedad, esta es la visión colectiva en contraposición  con los extremos del fundamentalismo ecológico y el neoliberalismo econocentrista de las grandes corporaciones y que como respuesta a las contradicciones de los modelos de desarrollo existentes, surge el enfoque de la sustentabilidad, el cual incluye la dimensión social y la equidad, constituyendo por consiguiente un llamado al entendimiento de las relaciones hombre-ambiente.

En la explicación de los resultados de la relación ambiente-desarrollo, es propicio considerar la dimensión ambiental, abordada desde la perspectiva del pensamiento complejo en cuya  comprensión el francés Edgar Morín (2016, “ El Pensamiento Ecologizado”, Madrid: Muralla), menciona que  mientras  el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo integra lo más posible, los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutilantes, reduccionistas, unidimensionales y finalmente cegadoras de una simplificación que se toma por reflejo de aquello que hubiere de real en la realidad.

A partir de este planteamiento, es cuando se puede advertir que hay una situación compleja, lo que estamos diciendo es que con el café y las teorías de desarrollo sustentables, se da un gran número de variables de naturaleza muy diversa que interactúan a gran velocidad y dependen de su número, cantidad de relaciones entre ellas y la velocidad de esas relaciones. En las definiciones de la complejidad ambiental, esta no emerge simplemente de la generatividad de la physis que emana del mundo real, por el contrario argumenta que se desarrolla desde la materia inerte hasta el conocimiento del mundo; no es, a su juicio, la reflexión de la naturaleza sobre la naturaleza, de la vida sobre la vida, del conocimiento sobre el conocimiento, aún en los sentidos metafóricos de dicha reflexión que hace vibrar lo real con la fuerza del pensamiento y de la palabra.

De acuerdo a lo que menciona para la comprensión de las relaciones interactivas entre los esquemas o enfoques de desarrollo y el equilibrio ecológico necesario para la conservación del planeta, es importante asociar los postulados de la gestión ambiental con la direccionalidad en el uso de los recursos naturales, tomando como base los fundamentos de la filosofía de la sustentabilidad. En el contexto del café, se construye una aproximación de la realidad, asociada a los postulados de la gestión ambiental, resaltando la importancia del contexto histórico y territorial para la orientación adecuada del proceso de cultivo del café.

La crisis ambiental y la producción de alimento entran al tapete, de acuerdo con E. Goldsmith y N. Hildyard (2009, “Global warming will make traditional climatic knowledgeirrelevant”, New York: GyA), a partir de que la F.A.O., organizó en 1963 su primer congreso mundial sobre la alimentación, instaurando su campaña de erradicación del hambre, en el supuesto de que la población mundial crecería en un 2,6% al año y que también aumentarían los ingresos. Este organismo argumentó que para superar el hambre se necesitaba un incremento anual de los suministros alimentarios del 3,9% en relación al aumento de 2,7% de 1956/1966.

Estos autores explicaron que para conseguir sus fines la F.A.O. lanzó su Revolución Verde, cuyo nombre formal es Plan Mundial Indicativo de Desarrollo Agrícola. Este implicaba la introducción de variedades de cereales de alto rendimiento, desarrolladas por el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) de Filipinas y por una institución similar mexicana; coincidiendo con Ibáñez (2008),  quien señaló que la introducción de los trigos y arroces de la Revolución Verde fue en buena parte la responsable de que la producción de grano se incrementara anualmente en una media del 2.1% entre 1950 y 1990, lo que supuso casi triplicar las cosechas, sin apenas variar la superficie cultivada.

A todas estas, en contraposición o como respuesta a la crisis ambiental, se ha desarrollado el  enfoque del desarrollo sustentable, el cual   de acuerdo a lo que expresa  Corbatta (2000), es el proceso de transformación en el que la utilización de los recursos naturales, la orientación de las inversiones, la canalización del desarrollo tecnológico y los cambios institucionales, son factores que coadyuvan al mejoramiento del potencial para atender las necesidades humanas, tanto para el presente como del porvenir.

 En base a esta consideración, el café y su vinculación con el desarrollo sustentable de los pueblos en vía de desarrollo, se podría interpretar como un nuevo enfoque ético de la relación dialéctica entre la sociedad y el medio ambiente con sentido de perdurabilidad a largo plazo y de responsabilidad de la generación actual consigo misma y con las generaciones futuras.

En cuanto a los orígenes del café y su vinculación con las teorías de desarrollo sustentables, se considera que el término desarrollo sustentable, en esta vinculación, se define bajo el criterio de satisfacción de las necesidades del presente, sin que ello comprometa la capacidad de las generaciones futuras a la satisfacción de sus propias necesidades y que, tanto la protección del ambiente como el crecimiento económico, deberían afrontarse como una cuestión única. Este concepto fue aceptado en forma unánime por la comunidad internacional y contribuyó a movilizar las fuerzas sociales y políticas para que más adelante, se efectuara la conferencia de las Naciones Unidas sobre “Medio Ambiente y Desarrollo” celebrada en Río de Janeiro en julio de 1992. En el contexto de esta convocatoria surgió un programa global conocido como “Agenda 21”, que pretendió normar el proceso de desarrollo, tomando como base los principios de la sustentabilidad.

En este planteamiento, es importante  argumentar el cómo puede contribuir la gestión ambiental a la sustentabilidad en el ámbito de la producción de alimentos, en tal sentido hay mucha gente no tiene acceso a la alimentación que existe, dada las condiciones de inequidad profunda y creciente, expresando, además si la agricultura puede jugar un rol en aliviar el problema del hambre, se debe revertir el sesgo que favorece a los grandes agricultores y trabajar alternativas que apoyen a los pobres, como por ejemplo la agricultura sustentable, reduciendo la inequidad y haciendo que el centro de la economía agraria esté centrada en la agricultura a pequeña escala.

A todas estas, lo sostenible y sustentable, en su vinculación con el café, son términos popularizados en la teorizaciones y las discusiones que se han establecido en términos de desarrollo y que se asume lo sustentable como condición estructural que otorga la base para el desarrollo, tratándose de los elementos temporales básicos que se mantienen constantes y sirven de fundamento para obtener los fines esperados para desplegar la estrategia de acción.

En la misma línea teórica la sustentabilidad como enfoque de desarrollo, está relacionado con alcanzar un mayor bienestar en el presente, sin menoscabo de las generaciones futuras, constituyendo un curso en sintonía con las aspiraciones de la mayoría de los habitantes del mundo; es en este que se toma en consideración las exigencias de la sociedad para alcanzar una mejor calidad de vida y con mayor equidad; considerando además la importancia de la vida democrática, la cultura y la necesidad  que los sistemas productivos estén en armonía con las leyes económicas que rigen al planeta, concluye con la idea de que la sustentabilidad integra lo ecológico con lo  social, lo político y la economía.

En este orden de ideas, la agricultura sustentable reviste gran importancia ante la tendencia global de procesos de desarrollo que aplican tecnologías que no garantizan la coherencia y equilibrio ecológico. Venezuela, con limitaciones de suelos fértiles, presenta con frecuencia constante degradación de áreas agrícolas que obligan a la expansión de la frontera agrícola, con el peligro de deforestación tropical, erosiones irreversibles, abuso de plaguicidas (insecticida, herbicida y fungicida) altamente tóxicos y contaminantes, todos estos factores exigen por parte del estado nuevos instrumentos de control y apoyo que impidan incrementar los efectos negativos para la sustentabilidad de la agricultura.

 En relación a la gestión ambiental y su relación con las políticas públicas en el  manejo del rubro café, se menciona que los propósitos esenciales para un proceso de planificación del desarrollo sustentable radican en el manejo adecuado de los recursos naturales, en la sustentación de la base ecológica y en un crecimiento ecológico sostenido para el mejoramiento de la calidad de la población, como parte del  compromiso social con los más débiles; la planificación ambiental se relaciona con la regulación y promoción de políticas de manejo de los recursos naturales y de la calidad de vida.

Bajo esta óptica, la gestión del ambiente, bajo la condición del rubro del café, surge de la necesidad de preocuparse por una administración que permita minimizar los problemas existentes y asegurar una relación adecuada entre el sistema natural y el sistema social, superando la visión del hombre como dominador de la naturaleza. Es importante relacionar la teoría de la gestión ambiental como fundamento del desarrollo sustentable, de la cual refieren como el proceso orientado a la reducción del impacto ambiental mediante el control de los aspectos de las operaciones que causan o pudieren causar impactos.

En este enfoque, la incorporación de la materia ambiental al diseño de un conjunto de decisiones y acciones, se constituye en un proceso continuo de medición de las necesidades sociales, económicas y ambientales que deben desembocar en un cambio socioeconómico positivo, sin menoscabo de los sistemas ecológicos y sociales de que dependen las comunidades y la sociedad.

En cuanto a lo nuevo, lo gerencial y lo público, la nueva gerencia pública consiste en una palpable novedad por su origen, por su configuración como paradigma y por los efectos que ha provocado; constituye una visión privada de lo público que ha brotado de una tradición diversa a la establecida por Frederick Taylor (1911), Henri Fayol (1931), Oliver Sheldon (1986) y Chester Barnard (1975).  El origen de la nueva gerencia pública ha brotado de la economía y más particularmente, del pensamiento económico neoclásico engendrado en la escuela austríaca, así como de la opción pública (publicchoice) estadounidense, donde se exalta lo privado, el individualismo y la rentabilidad. Por lo tanto, aunque la nueva gerencia ostenta como apellido el vocablo público, nada la vincula a esa noción, pues sus propósitos y resultados se encaminan a la privatización del Estado.

En el marco de estas consideraciones, la diferencia de la visión moderna de la gerencia actual en el postmodernismo se centra en la gerencia de valores espirituales, liberándose de la carga que le imponen las instituciones, donde se produce el tejido complejo de actos humanos que afectan los contenidos biológicos, sociales, bioéticos, psicológicos, políticos, ambientales y económico-financieros del individuo, como ente complejo.

Asimismo, las escuelas de pensamiento gerencial entre los años 1945 y 1985, habrían evolucionado pasando por cuatro etapas: la preclásica, durante la Primera Revolución Industrial; la clásica, entre el decenio de 1880 y el de 1960, donde destaca la organización científica del trabajo; la humanista, entre los años 30 y los años 80 del siglo XX, que incluye las relaciones humanas, los recursos humanos y las ciencias del comportamiento; y una última, donde se habla de la ciencia de la dirección, con aportaciones diversas de análisis.

 Es necesario retomar en este contexto algunos de los elementos que identifican los nuevos enfoques de la gerencia, en los cuales la incertidumbre constituye el escenario más influyente en la toma de decisiones; al respecto el reto de la gerencia organizacional de la posmodernidad, es aprender y comprender la importancia del conocimiento, más allá del manejo de información y la toma de decisiones para la resolución de problemas.

Esto significa asumir los procesos personales, sociales, medio ambientales, económicos y culturales en formas entretejidas, juntas y religadas para la búsqueda, tanto del bienestar personal, la salud organizacional y el equilibrio de la sociedad. Es a partir de este planteamiento donde se puede percibir el constructo que relaciona la gestión pública y el desarrollo sustentable. 

Desde la mirada epistemológica y de las políticas públicas, la gestión ambiental en razón del rubro del café, se orienta bajo el criterio de las  implicaciones que tiene el paradigma de la complejidad en la gerencia o gestión pública del café como producto de masificación de beneficios para los pueblos en vía de desarrollo, concibiendo las empresas de producción social orientadas al café, como entes complejos y por ende pretende la consolidación de un sistema de principios gerenciales aportados por diferentes áreas del saber que busca establecer un equilibrio entre las variables de contexto interno con sus variados entornos y lo segundo que, la calidad de las políticas públicas no solamente reseña el aspecto constructivo, técnico y de costos, sino también, la calidad política en las decisiones de la participación estratégica y paradigmática de la complejidad en la gerencia pública.

            En este contexto se justifica, ampliamente, estudios avanzados dirigidos a la ciencia del café en el marco del desarrollo sustentable.

En Italia la Fondazione Ernesto Illy, se frece la Beca Ernesto Illy, una Maestría en Economía y Ciencia del Café, para estudiantes internacionales talentosos; el curso se imparte íntegramente en inglés, está abierto a graduados en Economía, Ingeniería, Ciencias, Agricultura y disciplinas similares de todo el mundo, abordando las Aromas, sabores y texturas, pero también ritos y tradiciones, la riqueza de un territorio, el placer de la hospitalidad, el trabajo y el saber de muchas personas, el amor por la ética y por lo bello. Este es el mundo al que Illy dedica todos sus esfuerzos desde 1933 para producir el mejor café que la naturaleza puede ofrecer.

La Università del Caffè, creada en 1999, aprovechando el acervo de conocimientos adquiridos a lo largo de la larga trayectoria de la empresa y la voluntad de compartirlos con el objetivo de promover y difundir la cultura del café de calidad. La propuesta educativa abarca toda la cadena productiva del café y se articula en tres áreas disciplinares: económico-gerencial, biológico-agronómico y tecnológico.

Ahora bien, para desarrollar un proyecto curricular para una Maestría en Ciencia del Café y Desarrollo Sustentable, es necesario considerar los siguientes elementos: los objetivos del programa, que definen la maestría, como formar profesionales expertos en la ciencia del café, promover la investigación en el campo y contribuir al desarrollo sostenible del sector cafetalero; establecer los requisitos de admisión y el perfil de los estudiantes que se espera ingresar al programa, como conocimientos previos en agronomía, ciencias de alimentos o áreas relacionadas; el diseño de la malla curricular con asignaturas que abarquen diferentes áreas de conocimiento, como botánica del café, procesamiento poscosecha, análisis sensorial, química del café, sostenibilidad y gestión de la cadena de suministro, entre otros; la definición de la cantidad de créditos requeridos para obtener la maestría y distribuir la carga académica en función de la duración del programa, considerando semestres o trimestres; la acción de determinar las estrategias didácticas y metodologías de enseñanza, como clases teóricas, laboratorios, prácticas en fincas cafetaleras, investigaciones y proyectos aplicados; establecer un trabajo de investigación o tesis como requisito para obtener la maestría, donde los estudiantes desarrollen proyectos originales relacionados con la ciencia del café; y definir los criterios y métodos de evaluación del aprendizaje de los estudiantes, que pueden incluir exámenes, presentaciones, informes de investigación y evaluación del desempeño en trabajos prácticos.

Es importante considerar, desde un bosquejo general, los detalles específicos dependerán de las políticas y enfoques académicos de la institución que imparta la maestría en ciencia del café. Es recomendable consultar con expertos en el campo y referencias curriculares existentes para desarrollar un proyecto curricular completo y adecuado.

Esta realidad metódica lleva a plantear una ideas general de lo que sería el cuerpo curricular de esta Maestría para ser impartida en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ).

La Maestría, como propuesta curricular, estará estructurada de la siguiente manera: Semestre 1: 1. Introducción a la Ciencia del Café/2. Botánica y Fisiología del Café/ 3. Procesamiento Poscosecha del Café/ 4. Análisis Sensorial del Café/ 5. Métodos de Investigación en Ciencia del Café; Semestre 2: 1. Química del Café/ 2. Tostado y Catación del Café/ 3. Calidad del Café y Certificaciones/ 4. Gestión Sostenible de Fincas Cafetaleras/ 5. Estadística Aplicada a la Investigación del Café; Semestre 3: 1. Tecnología y Maquinaria para la Industria del Café/ 2. Microbiología y Fermentación del Café/ 3. Genética y Mejoramiento de la Planta de Café/ 4. Economía y Comercio del Café/ 5. Electiva 1: Tema relacionado a la Ciencia del Café (p.ej., café y salud, café y cambio climático); Semestre 4: 1. Cadena de Valor del Café/ 2. Innovación y Desarrollo de Productos a base de Café/ 3. Gestión de la Calidad en la Industria del Café/4. Investigación y Desarrollo Sustentable en la Ciencia del Café / 5. Electiva 2: Tema relacionado a la Ciencia del Café (p.ej., análisis químico avanzado del café, métodos de procesamiento alternativos); y Semestre 5: 1. Seminario de Avances en la Ciencia del Café/ 2. Tesis de Maestría en Ciencia del Café (Investigación y redacción).

Esta propuesta curricular busca proporcionar a los estudiantes un conocimiento integral sobre la ciencia del café, incluyendo aspectos botánicos, químicos, de procesamiento, calidad, comercio y sostenibilidad. Además, se promueve la investigación y el desarrollo de habilidades prácticas a través de electivas y la realización de una tesis de maestría; cabe destacar que esta propuesta es solo una guía y puede ajustarse según los recursos y enfoques específicos de la institución que imparta la maestría en ciencia del café.

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