El oficialismo y la economía
El Estado sigue con su marcha de profundizar la revolución. Veamos lo que eso significa para TODOS económicamente. Con unos precios del petróleo aun exorbitantes, el Estado sigue asumiendo el grueso de la económica venezolana mediante un ridículo gasto público. El gasto público posee un carácter necesario para el desarrollo de cualquier nación, pero cuando se exacerba hace depender la estabilidad economía del país en el ingreso producto de las exportaciones, las cuales son altamente variables, sobre todo en el caso del petróleo. El gasto público debe ser siempre un gasto disciplinado, atendiendo a variables macro económicas puntuales y siempre bajo el esquema de un plan económico exhaustivamente sopesado. El gasto público debe crear valor siempre, bien mediante infraestructura, educación o desarrollo industrial entre otros. Cuando el gasto público se asume como un arma de propaganda política y cuando ese gasto es destinado únicamente a planes sociales sin vocación de longevidad, el dinero se consume sin generar valor agregado al país. Eso fue lo que ya nos ocurrió en el boom de los anos 70. Otro efecto casi ineludible de un gasto público desmedido es la inflación, que ahora esta tratando de ser controlada por el tesoro asumiendo parte de la liquidez y aumentando a 10% los intereses por depósito, lo cual ha obligado a los bancos a aumentar los intereses de préstamos al sector industrial frenando más al sector privado. Este desastre económico está tendiendo las bases para una crisis social muy, pero muy profunda.
Para combatir la pobreza Venezuela debe convertirse en un país competente en el mercado mundial y para eso necesita de ciudadanos con los conocimientos técnicos y educativos necesarios para competir en ese mercado. Educación conlleva empleo, y Venezuela seria un excelente país para realizar las prácticas del outsourcing que tanto han colaborado con el desarrollo de China y la India. Para lograr ese nivel educativo se necesita invertir nuestro dinero petrolero inteligentemente, ir mucho más lejos que un programa de misiones por mas loable que estas parezcan. Pero educación sin salud, sin seguridad y sin alimento es una fantasía Dantesca. Para generar todas estas condiciones necesarias para el desarrollo educativo, el gasto publico en insuficiente y resulta una tara más que una ayuda. Es indispensable atraer de forma correcta capital extranjero que sirva para el desarrollo. En opinión de quien suscribe, el Estado debe utilizar una combinación inteligente de gasto público y capital extranjero para fortalecer dos sectores de la económica nacional. El turismo y el agropecuario. El turismo es un recurso ilimitado que depende de la creatividad y esfuerzo nacional, atrayente de capital internacional, que goza de una excelente distribución natural de la riqueza, que genera empleo nacional, promueve la seguridad, otorga una excelente imagen del país y por si esto fuera poco, fomenta la unión. El turismo fue el primer impulsor del desarrollo en Singapur por ejemplo. Fortalecer el sector agropecuario generara empleo en las provincias y aumentará nuestra producción nacional disminuyendo nuestra adicción importadora y así, fortalecer nuestros balances financieros ayudando a la recuperación del bolívar.
En el proyecto socialista que se plantea, sólo vemos una tendencia del Estado ha seguir asumiendo gastos y deudas que le corresponden al sector privado, aumentando nuestra dependencia de las importaciones y literalmente botando el petróleo en un consumismo nacional irracional. Lo único que nos salva de una catástrofe nacional es la dependencia adictiva del mundo al oro negro- pero si toda nuestra planificación económica se basa en ello, estamos jugando con mucho fuego, eso mismo juego que prendió el Caracazo. Si jugar con política es malo, jugar con la economía es mucho peor.
