Sexualidad en la madurez
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En la etapa de la madurez ocho de cada diez hombres y mujeres, mayores de 60 años, mantienen relaciones sexuales de mas satisfactorias por lo que la frecuencia cantidad se transforma en un punto secundario.
El tema de la sexualidad en la tercera edad sigue siendo tabú para nuestra sociedad; pues las creencias sociales niegan la posibilidad que un hombre maduro o anciano siga teniendo una vida sexual activa o frecuente, así resume José Nuñez su experiencia en esta etapa de la vida.
Cuando me jubilé de mi trabajo me cambió el carácter y el ánimo, afectando mi autoestima. Las creencias de mis amigos y de mi propia familia no me ayudaron mucho en ese momento, negándome la posibilidad de que mantuviera una vida sexual activa ; llegando a catalogarme de ridículo y viejo verde. Esta situación me hizo acudir al médico y un mundo nuevo se abrió a mis ojos.
La medicina ha avanzado muchísimo en los últimos años, lo que permite ayudar a las personas adultas, tanto en lo que se refiere a una mejor condición de los órganos sexuales como en una actitud positiva hacia su relación sexual. Es fundamental resolver las disfunciones sexuales que cada miembro de la pareja presente, y además obtener el asesoramiento y apoyo necesario para que la pareja reconozca sus habilidades y mejore la convivencia.
Existen varios estudios que revelan que en el hombre maduro la intensidad del apetito sexual está directamente relacionada con la
intensidad con la que se vivió en la juventud. Si este hombre tuvo una juventud satisfactoria sexualmente, lo más probable es que lo mismo ocurra durante su madurez.
Es importante saber que los cambios fisiológicos en las personas mayores son muchos, pero su patrón de respuesta sexual sigue siendo básicamente el mismo. Que el deseo sexual no disminuye y si lo hace será lentamente y en menor medida si se sigue activo sexualmente.
Es curioso observar que los estudios que investigan la sexualidad en los ancianos se basan sólo en la actividad coital o la frecuencia de las relaciones sexuales, como si las otras manifestaciones de la actividad sexual no contaran en absoluto. Si nos basáramos en otro tipo de manifestaciones sexuales como la masturbación, los sueños y fantasías eróticas, nos encontraríamos no sólo con falta de estudios, sino que lo sexual sigue manifestándose con la misma intensidad y muy probablemente con la misma calidad (satisfacción) que cuando se tenía juventud. El contacto, el calor, la palabra y la ternura ganan en importancia, siendo más apreciadas las caricias para ambos sexos, de ahí que la calidad de abrazos, toques y otras manifestaciones influyan mucho en el mantenimiento de la actividad sexual de la pareja o el individuo.
Es importante señalar que además de los cambios propios del envejecimiento, también otras condiciones o problemas crónicos como la diabetes, la hipertensión, el aumento del colesterol, el consumo de alcohol y el tabaquismo disminuyen el deseo y la excitación tanto en el hombre como en la mujer. Igualmente el consumo de algunos medicamentos puede afectar significativamente la respuesta sexual. También podríamos agregar que elementos emocionales, como la depresión por múltiples pérdidas, por ejemplo: de la juventud, del status, de la potencia sexual, de seres queridos, etc también pueden afectar significativamente el deseo y la respuesta sexual.
La buena noticia es que todas las disfunciones sexuales por estas causas, tienen tratamiento y para todas aquellas personas que deseen tener mayor información sobre las causas de los problemas en la intimidad o de la erección pueden ingresar a la página web (%=Link(«http://www.ahoraquelosabes.com «,»ahoraquelosabes.com «)%)
para saber sobre cuales consecuencias para su salud, cardiovascular, metabólica y sexual pueden tener, y como superarlas para disfrutar en el futuro de sexo sano en un cuerpo más sano.
