¡La mesa chueca!

En la recién estrenada mesa unitaria de la oposición faltó nada más y
nada menos que ¡la economía!. En la «mesa» están conformadas 11
comisiones para relaciones con la sociedad civil, estrategia,
programa, organización y movilización, juventud, derechos humanos y
justicia, descentralización, asuntos sociales, asuntos
internacionales, asuntos electorales y anticorrupción. ¡Nada de
economía!.

Es inconcebible que una estructura de partidos que aspiran a plantear
al país un nuevo rumbo, omita abordar funcionalmente el tema
económico. Es como si de la «mesa» no pueda esperarse nada contundente
que aborde el tema de la destrucción de la industria petrolera, el
arrase en las empresas básicas, el desmantelamiento de la industria,
el comercio y la infraestructura del país, entre infinidad de
«asuntos» urgentes y graves.

La mesa como que no piensa encararse con el problema presupuestario,
incluyendo deuda pública, déficit, atrasos y despilfarro. O decir algo
sobre la inflación, la crisis de inversión, el desplome de las
exportaciones no petroleras, el alza de la desocupación y el
subempleo…

Uno se pregunta si la mesa tampoco abordará el tema de las
expropiaciones arbitrarias y contrarias al interés nacional, o el
acoso a la empresa privada por parte de múltiples órganos oficiales, o
el fracaso de las estatizaciones.

Está muy bien que la mesa busque tener un discurso social,
internacional, anticorrupción, sobre la juventud, los derechos humanos
y la corrupción, entre otros. ¡Pero no va a tener un discurso
económico!. ¿Acaso están olvidando que además de lo político y social,
está lo económico como tercera gran dimensión del mundo moderno, y que
en el bolsillo de la gente común se mide en última instancia la
eficacia de todas las políticas públicas?.

Pero además, el régimen tiene un disparatado y altamente nocivo
discurso en lo económico, con el que ataca despiadadamente a la
propiedad privada, a la libre empresa, al mercado; sataniza al
espíritu emprendedor y la motivación al logro económico; destruye la
idea de la productividad y la eficiencia, y llena de vejaciones e
improperios a todo el que aspire vivir mejor. No creemos que la «mesa»
comparta estas visiones, pero haría mejor en mostrar que se dispone a
desvirtuarlas con un mensaje superior.

No podemos imaginar que ninguno de los terribles signos ominosos que
impregnan el ambiente económico nacional pueda pasar por debajo de la
«mesa», mientras el gobierno hace con la economía lo que se le antoja.

La crisis económica se desarrolla y acentúa, bajo la responsabilidad
fundamental del régimen ¡y la mesa se va a quedar callada respecto a
sus causas y respecto a sus remedios!.

Si Uds., señores de la mesa unitaria, no tienen un proyecto económico
diferente a la estatización de la propiedad y al control burocrático
de la actividad productiva y comercial, entonces están bien lejos
tanto de lo unitario como de lo alternativo al régimen. Venezuela
necesita el restablecimiento de las libertades económicas y una
economía de mercado pujante, no de burócratas ocupando fábricas y
comercios, y menos de políticas que dañan la capacidad de
reconstrucción futura.

Pero si quieren tener un proyecto económico alternativo, es imperativo
que comiencen a construir el discurso. ¿O es que no quieren
economistas cerca?.