Bach en Zaraza
BACH EN ZARAZA/Venezuela 2001. Director: Luis Armando Roche; Guión y letra: Diana Abreu y Luis Armando Roche basado en el estudio musicológico “Bach en Zaraza” de Uerba Maharba (Abraham Abreu); Música original, adaptación y dirección musical: Federico Ruiz; Fotografía: José Gregorio González; Intérpretes: Violeta Alemán, Pedro Carrillo, Roberto Colmenares, Marina Dusmet, Inés Feo La Cruz, Dimas González, Fabiola González, Asdrúbal Meléndez.
Podría subtitularse “Un sueño musical, poético y contemporáneo”, pero el film musical “Bach en Zaraza” de Luis Armando Roche es un triunfo por el riego asumido y por el resultado obtenido, tanto en su concepción temática como en la ejecución técnica, al utilizar herramientas de la nueva tecnología digital en propio provecho. Maria Eugenia Zamorani de Curiel, una mujer muy inteligente – recientemente fallecida- al hablar sobre la inteligencia y la dificultad en definirla, señalaba que una de sus características era la facultad de poder asociar las cosas. El tema en el film de Luis Armando Roche es fascinante: la semejanza entre la música de Juan Sebastián Bach y la música de los llanos venezolanos.
Tan es así que Wanda Ordoñez (Violeta Alemán, con un rostro de gran presencia), experta clavecinista – una suerte de Wanda Landowska criolla- se apronta a viajar a Zaraza para ofrecer un concierto. El Preludio N° III de Bach suena en su cassette y mientras el automóvil se apea en la plaza del pueblo, un grupo musical llanero interpreta “Seis por Derecho”, pieza fundamental del folclor patrio. Lo que sucede después –una seguidilla de imágenes de composición onírica pues los personajes sueñan e imaginan mundos pretéritos dentro del presente- es, en palabras de Luis Armando Roche “una coherencia dentro de lo incoherente”, pues la libertad de soñar (y de filmar) permite al director disgresiones temáticas (y técnicas) que inciden, en este caso, en un unísono sorprendente dentro de una particular estética visual.
Durante los 23 minutos que dura el film, el sueño de los personajes siguen las vicisitudes del adolescente Bach (Daniel Roschpkin) junto a su compañera Lolita (Marina Dusmet) por un tiempo y un espacio que no conocemos en la vida de Bach (y que permite activar los efluvios de la imaginación). El film no es más que un canto al triunfo del amor, del que hablaban poetas y profanos desde el OMNIA VINCIT AMOR de Virgilio hasta Marivaux, y al amor constante más allá de la muerte que escribía Quevedo. El film es también el triunfo de la vigencia de la música . “ Bach en Zaraza” que será exhibido en varios festivales internacionales está dedicado a Fafá, esposa del director, su musa y factotum. El CD que acompaña el film es una nota.
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