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Dos imperios: Cuba – USA

Para los extraterrestres que  a la tierra llamen Tierra y a todos los demás planetas designen del mismo modo que nosotros denominamos, Mercurio…Plutón, a cada ser que allí viva, a tales habitantes les llamaran terrícolas, marcianos… plutónicos, partiendo del supuesto de que manejasen lenguas como las nuestras sin los aciertos de la gramática de Maduro para quien habría terricolos y así.  Nosotros, pues, sencillamente seriamos terrícolas.  Las diferencias físicas, observables a primera vista, que marcarían color, pelo, nariz, tamaño, pesos, medidas, etc. probablemente serian de menor significación, del mismo modo como no es de gran consideración  cuando vemos perros de las mejores razas, aristócratas, boliburgueses, castos del  más elevado pedigrí, y  a esos callejeros, iconoclastas,  desvergonzados orgiásticos, serenateros, a todos   por igual, llamamos perros.

Pero, venidos  desde tan lejos se verían obligados a tomarnos  como las objeto de estudio y no les costaría demostrar que esa igualdad   desaparece y que hay generalidades que nos definen  como especie, luego por mil razones, causas,  tendríamos particularidades culturales que mejor nos determinan bien sea organizaciones de tribu, nación bien hordas, congregaciones, etnias… y finalmente demostrarían que  cada uno  es un ser especifico, único. Concluirán que cada individuo es absolutamente distinto al otro,  en el plano corporal  muy distinto  y con diferencias abismales  en el universo psíquico, espiritual. Probarían, pues, que si bien en cada quien se da lo general,  se puede verificar lo particular y que  cada  individuo, siendo todo eso,  es único, es, en fin,  lo que es él. Somos, pues, como quien dice una trinidad, salvo que no santísima. Recuerdan? El Padre es Dios? Si. El Espíritu Santo es Dios?  Si! Y el Hijo?. Tres dioses? No!  Un solo dios verdadero y trino en persona.

Descubrirían  que es inmanente al individuo en la sociedad  para que la sociedad exista  y haya llegado hasta donde está hoy,  un algo que está  por encima de cada individuo y de la sociedad en su conjunto, el Poder. Ese algo ajeno, es en cada uno y en la sociedad toda el atractor que la une y la separa  del mismo modo  como Dios está en el mundo según los fundamentalistas y nada se hace, nada se escapa  de él, su voluntad es todo y todos o los disfrutan o lo padecen.  De difícil definición, el Poder  pertenece y existe  en todas las sociedades y tiene la misma característica idéntica, es la división  de la especie humana  entre quienes tienen poder y los que lo anhelan. Quienes lo disfrutan y quienes lo padecen. Estos luchan para alcanzarlo, aquellos por mantenerlo. En su sabiduría podrían demostrar que el Poder es inversamente proporcional  a la libertad. Es decir, a mayor poder menor libertad y a mayor libertad menor poder.  De modo que la libertad es superior al poder porque la libertad para existir necesita limar las garras al poder, frenar su avaricia, su lujuria, su vanidad y su soberbia. Verificarían que desde siempre  en esa lucha subyace otra, la paradoja de que la libertad es prisionera de la consciencia y de la ética. Así,  la libertad se impone reglas tan severas para poder garantizar que cada quien  pueda ser consciente de su mismidad y eso impone  el reconocimiento del otro, vale decir,  la seipsidad  de cada otro y ello no es  más que garantizar al otro, ser lo que es.

Pero, siempre un pero, y los peros son inevitables,  absolutamente insuperables,   reconocer al otro es aceptarlo si y solo si su conducta  no está en contradicción con la ley, con su imperio,  de modo que quien no la asuma, acate,  es, por definición, un delincuente y se es delincuentes sin o con  poder  y demostrarían que los delincuentes en esto que llamamos mundo han sido así desde el origen y por siempre violadores de la ley, que ni los dioses han podido impedir eso, que han sido insuficientes los diluvios, las catástrofes,  las destrucciones, terremotos…y optarían por devolverse porque estarían seguros de que más  tarde un poco, no muy lejos, esta rara especie hará  todo por autodestruirse y  no querrían llevarse esos genes, microbios, insectos, parásitos  y evitar de ese modo enfermarse de este mal que nos está matando desde antes de nacer.

Los que aquí estamos, unos poquitos se han dado cuenta de eso, parece que lo aprendieron de esos viajeros y preparan sus maletas para irse  a Marte  a fin de  formar allí una  nueva generación que no sabremos cómo será pero con la esperanza de que la ciencia haya aniquilado todas las barreras, lo cual implica que no exista el bien ni el mal, la única manera que la vida puede alcanzar su perfección.  No habrá ni terrorismo ni fundamentalismo ni comunismo ni capitalismo, ni Hitler, ni Chávez, ni Maduro, ni Fidel.…no serán ni buenos ni malos, sencillamente serán. Y serán porque todos  asumen la responsabilidad de cada quinen de hacerse haciéndose, en correspondencia, correlación  y reciprocidad con los demás.

Pero volvamos a la cosa nostra. Para no irnos tan lejos,  hagamos una afirmación que es un axioma.  El Hombre ha logrado llegar a donde están todas las sociedades, gracias al poder de los imperios.  Los griegos nos dieron el imperio del logos que, para precisar, hizo posible la ciencia y ésta un universal de tales proporciones que nada, y nada es nada, se puede hacer renunciando a ella o intentando imbecilidades, como creer que antes y otros también podrían llegar lejos sin ella y su objetivación en las técnicas. La verdad, para citar ejemplos muy sencillos de verificar, Israel es lo que es y Japón y China y Vietnam y la India, tienen garantizada su existencia en el mundo gracias al logos que genera  la ciencia y tecnologías que impuso Grecia.  La Tora, el Talmud y los rabinos se echan al lado para garantizar la vida de Israel. La honda de David se mutó en misil. Y así…muy bellas y de gran valor son las artes marciales de China, Japón…y todo eso, pero con eso no se habría llegado jamás a donde están y mejor serán sus pueblos según crezca la ciencia y la tecnología.

Al imperio romano, usted y yo debemos tanto que somos porque ellos existieron, y dieron al mundo ingenierías, el arco, el derecho y, mucho más, la lengua que tenemos. América Latina, decimos, sin saber que Roma es la mamá y que en el Latio vive la abuela. Sus conocimientos,  sus tecnologías, tantas veces casi siempre, apoyados por armas, llegaron muy lejos pero a donde llegaron sembraron cultura, civilización,  aprovecharon lo que existía para a partir de allí, hacer y crecer.  ¿Cuánto debe la humanidad al imperio español, al inglés, al portugués y… al  de Estados Unidos? El comercio con negros que nace en África, fue bien aprovechado por Holanda, pero ¿qué habría sido de los negros de no haber sido vendidos para crecer en el universo?  Tanto y tan inmenso valor tiene eso, que, solo para dar un ejemplo, Obama es el presidente de Estados Unidos y no se cuentos negros levantan orgullosos  la bandera de USA en las olimpiadas. Y están en todas partes.  Un buen día, analice el número de negros que  participan en el deporte, verá, lector, que allí han llegado porque se asumieron como seres humanos, incansables, trabajadores, pero no como afrodescendientes. Menos conocido, pero con inmensa trascendencia, en el arte, la ciencia…Observe usted que a nuestro indios les ha  pasado algo semejante, combaten  sin ninguna teoría que le sea propia. Observe, el socialismo y todos  los ismos son creación ajena a ellos, pero ellos lo toman para alcanzar, dicen, su libertad, su democracia, los derechos humanos  y Evo Morales, se llama Evo,   ¿tendrá que ver con Eva?  Y Morales, vaya…quien duda que es una manera de tener identidad según las reglas del castellano. Los indios cambiaban oro por espejos, porque en el espejo aprendieron a verse, a reconocerse  a sí mismos y no sabían que el oro era mercancía.

Ah! Pero el Poder, el imperio de modo especial, ha creado las ideologías. Un discurso tan excepcional que convierte la mentira en verdad. Al infame en señor. Al dogma en fundamento, y a Dios en Satanás y lo más rentable, a Satanás en Dios. De entre estas he aquí las más dominantes. La libertad de mercado y su opuesta el estado rector. La maldad y la bondad, según sea la detención o ausencia de poder. La verdad religiosa por encima de la ética. La responsabilidad y culpabilidad del otro para esconder, justificar la miseria y rehuir la responsabilidad de su competencia. Cada una de estas argucias, con matices, ha sido estudiada a profundidad.

La libertad de mercado ha adecuado a sus intereses una categoría conceptual esencialmente ética,  que orienta toda acción humana, tal vimos arriba, por una manipulación de la escogencia donde la consciencia carece de sentido, no entra en juego  y si se toma en consideración es para anularla. Desde su imposición hasta esos días, ha sido responsable de la más perversa destrucción de la naturaleza, entre sus peores daños y una voracidad por alcanzar poder. Mientras la hegemonía del estado ha creado un ser enfermo, abúlico. Imbéciles e idiotas son sus creaciones finales…

La libertad religiosa ajena a la consciencia genera el terrorismo para imponer su “verdad”,  su credo, su dios.  Y así vamos, y ellas se imbrican,  se complementan según son los inveteres supremos del Poder.  Pero hoy  quiero revisar una, que para este momento es muy grave y nos impide tomar decisiones adecuadas. La polarización que se monta de este modo, la catástrofe nacional, en todos los órdenes, espacio, la vida, es responsabilidad del imperialismo comunista cubano o de la maldad satánica de Imperio capitalista, neoliberal.  Sus “conspicuos teóricos”  tienen en común idénticos niveles de irracionalidad o de “racionalidad” inquisidora, terrorista.   Y en el caso del antimperialismo,  de hipocresía.  No hay uno solo de los antimperialistas que no amen al dólar por encima de todas las cosas y de la revolución.  No hay ninguno que no tenga su “futuro” y el de toda su familia asegurado en el “infierno” capitalista. No hay ni uno solo que no se deleite con buenos vinos, whiskys y las tecnologías más avanzadas que produce el imperio. Maldicen  al imperio pero se aferran a su misericordia. Proclaman austeridad pero disfrutan la dolce vita de sus mansiones,  orgías, vuelos en primera clase y rumian el placer de su infamia en hoteles  de todas las estrellas.  Proclaman la igualdad pero ellos se erigen en una “elite”, en zares, emperadores, reyes.

Por su parte quienes responsabilizan a Cuba de ser los  amos del poder, los grandes titiriteros, y en consecuencia, Maduro, Diosdado,  Padrino,… son meros muñecos de ese juego, mercenarios, en el mejor de los casos, padecen el mismo mal que a ambos impide ver la realidad.  Sin duda alguna que está  la presencia de miles  de cubanos en Venezuela, con posiciones claves en la dirección del Estado, de las FANB, y en el universo del pueblo llano a través de diversas misiones.  No hay duda de que miles y miles de nuestros muchachos han sido entrenados, adoctrinados en Cuba. Es un hecho real, cotidiano la postración del régimen al cubano y la idolatría  de los líderes eunucos  a Fidel. Tampoco se debe desconocer que muchos de esos cubanos se han casado, empatado con venezolanas y probablemente encontrado en ellos placeres revolucionarios en orgias que conjugan los ritos vudú con el Ave María.  Hasta yo mismo compartí la mesa y el vino con algunos de ellos por aquello de que in vino veritas y se de tantos que en vino encontraron verijas.  Pero esta parte es un infinitesimal de la verdad.  Veamos.

El indoctrinamiento de los cubanos a nuestros dirigentes del PSUV, del régimen, militares, incluido Chávez, ha prosperado por la absoluta ignorancia de estos tipos. Pero tal “adoctrinamiento” es inocuo. Carece de doctrina y sus “teorías”  son consignas, caliches sin fundamentos. Una religión atea donde Fidel es dios. Lo inicuo es la deformación humana en la conformación de una conducta que hace del odio al otro por ser responsable de su propia tragedia.  Más de medio siglo  de hegemonía fidelista no impidió que una orquesta de cámara sea el resto de una sinfónica que salió de gira, a los atletas hay que amararlos mediante el chantaje  con la prisión de su familia,  como a los pseudo médicos que aquí prestan servicios.  Un jeen, una coca cola, y bienes del imperio son sus primeras necesidades.  Los únicos fieles quiero decir fidelistas, están ubicados en las fuerzas armadas  como asesores, consejeros y responsables de la seguridad de los jerarcas.  No son ideólogos son sicarios esbirros.

Pero, lo real, ¿no está en los dirigentes del socialismo esa idea nefasta de  la revolución? ¿De destruir al hombre  todo para crear el hombre nuevo de un tal Giordani?  ¿Se la inoculó Fidel? ¿No hay entre los venezolanos una cultura primitiva, acrítica donde las imbecilidades del socialismo del siglo XXI hallaron su potrero exquisito? ¿Los cubanos legitimaron el golpe del 4F o fueron los amos del poder quienes brindaron sus aplausos y solidaridad, apoyo y alimento? ¿Fue Fidel o Caldera quien indultó a Chávez, con un manejo inmoral de la política? ¿No es el silencio de las universidades autónomas  el culpable de la ausencia de pensamiento crítico que oriente a la sociedad, como es su obligación? ¿Hay un poder  que imponga al mariscal y generalísimo  Padrino arrodillarse ante un sargento cubano sin nombre? ¿No será, más mal, que en ese ese modelo, modo de gobernar, mandar y obedecer los jerarcas milicos reafirman su poder? ¿No hay una sociedad endeble que demanda un mesías para resucitar?

Por otra parte, la prédica anticubana carece de “pegada” porque está vacía  de contenido. Y está vacía porque el discurso no puede fundamentarse  en la destrucción del imperialismo cubano, de eso está muy bien encargado Obama con la tímida audacia de Raúl, sino en develar nuestra realidad, en descubrirla y determinar sus causas para buscar soluciones. No dudo de que si mañana  el gobierno nuevo que necesitamos dijese, se quedan los cubanos que lo deseen, la casi totalidad se quedaría, al menos mientras consiguen al visa para irse a refugiar en el imperio. Como puede inferir, la esquizofrenia es el común denominador de estos opuestos. Víctimas de los imperios de las ideologías.

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