Opinión Nacional

Encuestas van… y otras vienen

Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo, pero da tu primer paso. El resto ira apareciendo a medida que camines.

Martin Luther, Jr.

En todo proceso electoral moderno es indispensable disponer de algunas gráficas, obtenidas de mediciones de campo o de cierta imaginería, que le muestren al candidato de cara al colectivo, y viceversa, como van las intensiones de voto del electorado según sea el alcance programático, la calidad de las ofertas, la penetración social y las preferencias individuales en función de la campaña que él y/o sus adversarios tengan a bien desarrollar.

Esas mediciones o percepciones, involucradas con herramientas estadísticas, correlaciones o ecuaciones de regresión, permiten construir tendencias útiles para que el colectivo observe el performance de cada uno de los aspirantes al cargo en disputa, así como su variación en el tiempo… y si la información básica es fidedigna y no ha sido interesadamente manipulada, pues dichas encuestas servirían para predecir el resultado electoral con bastante precisión.

Estos instrumentos estadísticos, genéricos, son utilizados igualmente para otras mediciones de mercado o para valorar inclinaciones, preferencias, gustos, simpatías, rechazos, intenciones o cuanto argumento comercial les provoque. Frivolidades típicas de los sistemas capitalistas globalizados.

Por supuesto, con las evaluaciones y tendencias derivadas de esas mediciones es tentador tratar de orientar el consumo, inducir en la gente lo que debieran pensar o insinuarles en quién creer, a fin de direccionar el comportamiento colectivo a conveniencia del mercantilismo imperante. Así pasa en los concursos de bellezas, en las carreras de caballos pura sangre, o en los juegos de fútbol, béisbol, basquetbol u otras disciplinas similares, pues así se alinean las apuestas hacia el equipo idealizado o se condiciona el punto de vista del colectivo antes de las competencias… sin que esas mediciones signifiquen en verdad nada más que eso: preferencias, favoritismo, aficiones.

Igual acontece en la Formula 1, por ejemplo, donde un día antes de la carrera formal se establece la llamada pole position, innecesaria a todas luces porque hay otros métodos para formular la parrilla de salida, más baratos y menos riesgosos inclusive, pero eso no le interesa a nadie porque lo importante es vender el producto del día siguiente, crear la expectativa, captar la atención mundial. Por supuesto, ganar la pole no significa absolutamente nada pues los puntos del campeonato están en la competencia en sí, donde se miden los oponentes racionales en un mismo evento, todos juntos y al mismo tiempo… y no uno a uno donde cada quién recorre el circuito por su propia cuenta.

Por cierto, esas mediciones han resultado ser un verdadero negocio, suculento, producto del capitalismo más genuino, que en un estado socialista serio y comprometido ni se habla… Por ejemplo, alguien le habrá preguntado al señor Kim Jong-un ¿Cuáles son las verdaderas preferencias políticas de los norcoreanos? O, mejor dicho, permítanme formularla de nuevo ¿Alguien se atrevería a preguntarle a ese señor…?

Elección presidencial 2012…

Como en nuestro país estamos inmersos en un proceso electoral crucial, en una competencia de corte capitalista donde se “combate” por la posesión y control del Estado centralista, todopoderoso y acaudalado, pues la guerra de encuestas y entre encuestadoras no se ha hecho esperar. Hay cifras de todas las tendencias, de todos los colores y con todas las previsiones posibles. Hasta me mostraron estos días una medición dizque independiente que habla maravillas del ascenso vertiginoso de la candidata María Bolívar en las preferencias electorales allende la curva de Molina, en los confines de Maracaibo… ¿Saben Ustedes de quién hablo? Pues para quienes no lo sepan ahí les muestro a su Comando de campaña en plenas tareas proselitistas… mientras otro candidato circunstancial, Yoel Acosta Chirinos, uno de aquellos cuatro comandantes originales ¿recuerdan?, anunciaba su abandono a las elecciones en las que no tuvo mayor participación; estrategia vernácula o folklorismo genuino, en acción.

A propósito de esas encuestas, y si mal no recuerdo… desde 1993 para acá todos los candidatos que han estado punteando lo han hecho emulando un empate técnico con su principal adversario, y cuyos verdaderos resultados se vinieron a conocer varios días después de las elecciones.

Como inciso, en las elecciones de los Estado Unidos, el presidente Obama y el opositor Romney andan enredados actualmente en uno de esos empates técnicos, punto más punto menos… pero por alguna razón del destino, en la era moderna esos empates han terminado por descalabrar al candidato en ejercicio.

En fin, recordemos que la interpretación de las encuestas depende de Analistas que tratan de cuantificar las tendencias de un espacio muestral que abarca a unos pocos miles de electores, escogiendo entre muchos más los que dicen tener claras intenciones de ir a votar y que lo harían por un candidato determinado o por tendencias precisas. Así que para que el colectivo no dependa de interpretaciones de terceros, éste debería analizar por sí mismo la “data cruda” pero esa sólo está disponible en las empresas encargadas de difundir la buena nueva… Recuerdo que en las elecciones de 1993 tuvimos acceso, en la Corporación donde trabajaba, a la información de campo de una de las empresas más reputadas, y aquella competencia electoral se mantenía muy reñida entre tres jóvenes constituidos entonces en promesas políticas nacionales, Álvarez Paz, Fermín y Velázquez (mencionados en orden alfabético)… hasta que cuatro días después de las elecciones apareció en pantalla el entonces ministro de Defensa, Radamés Muñoz León, quién elegantemente trajeado con un riguroso uniforme blanco nos leyó su encuesta y allí mismo quedó todo claro y definido… historia patria, para quién la haya vivido.

Otras realidades vividas…  

Las elecciones de 1998 tuvieron, a mi entender, la quimera motivante de un mensaje distinto al que contaba ya con medio siglo de desgaste a cuestas, y nos guste ahora o no, surgió de agotamientos programáticos, de desmoronamiento institucional y del colapso clientelar en los partidos que constituían el status quo de aquella cuarta república… acrecentado por las malas políticas gubernamentales del momento, a tal punto, que por vez primera en la vida republicana la novel organización partidista que conducía los destinos del país, resultante de una escisión del social cristianismo, no se presentó a las elecciones con candidato propio; mientras el “chiripero” del co-gobierno ya tenía el suyo y con posibilidades ciertas, y cuyos resultados no se hicieron esperar favoreciendo al comandante Hugo R. Chávez Frías, Presidente hasta el sol de hoy… mientras algunas candidaturas de jóvenes promesas políticas nacionales quedaban en el camino, junto a la de reputados administradores regionales. Hasta última hora se insistía que las encuestas no favorecían al abanderado del polo patriótico sino que indicaban un empate técnico entre los dos adversarios principales… mediatismo puro que no es menester refrescar, pues eso también es historia patria.

El proceso electoral del 2000 estuvo marcado por circunstancias muy específicas, diferentes, que estimo un tanto irrepetible en el tiempo. Primero no se trataba de la evaluación de una gestión completa sino la ratificación Constitucional, de acuerdo al nuevo texto recién aprobado, de la administración que lo había impulsado. En segundo lugar, las financiaciones tradicionales habían desaparecido y por vez primera, un Presidente en ejercicio aspiraba a la reelección inmediata, algo inédito en nuestra joven democracia… y ya sabemos que quién lo adversa en esas condiciones está nadando contra corriente.

Y una tercera situación bien particular del momento era que las instituciones políticas pretéritas habían sido demolidas hasta con la venia de sus propias militancias, mucha de las cuales habían cambiado de coloración política, hacia el lado gubernamental claro está, y lo residuos de esos partidos tradicionales nacidos en su mayoría en épocas post gomecista ya carecían del poder de convocatoria y de la operatividad de campo (excepción hecha del sector oficial de Acción Democrática, me consta) para impulsar candidatura opositora alguna… puedo dar fe que a Francisco Arias Cárdenas lo cargaron en sus hombros miembros de un voluntariado amateur asociado con algunas personalidades con cierto renombre y con uno que otro cascarón vacío, de cuanto bando existía, mas la Causa Radical y el inconforme grupo izquierdista Bandera Roja de operadores políticos, más los indignados de siempre… una macla social que buscaba alguna protección ante la primera razia post constituyente que ya apuntaba al proyecto político que se desarrollaría a continuación.

Con todas esas condiciones desfavorables, con todas esas inequidades, se desarrolló una campaña modesta que incluyó recorridos por todo el territorio nacional y hasta dos giras internacionales para visitar los Congresos de Colombia y de los Estados Unidos, y a las oficinas administrativas de La Casa Blanca, hasta la intervención inoportuna y demoledora del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que aplazó indebidamente la fecha de las elecciones dándole oxigeno al gobierno y quitándoselo al contrincante. Las encuestas que oficialmente manejaba el señor Alfredo Keller siempre indicaron un margen inferior para Pancho, pero manejable, dada su clara tendencia ascendente y positiva que inflexionó abruptamente a partir de la decisión tribunalicia, fielmente acatada por el Consejo Nacional Electoral (CNE)… y ojo, esa ponencia del magistrado Rincón creó jurisprudencia que aunque no es vinculante, sigue siendo un peligro al asecho en cualquier proceso electoral.

Pero a pesar de ello, la oposición acumuló un potencial electoral que superó el cuarenta por ciento oficialmente (redondeado) contabilizado, del que se aseguró personalmente el ministro de interiores en una reunión “atípica” formalizada en la sede de consejo electoral (CNE) de entonces, una vez cerrados los comicios, a partir de las 7 pm… y de la que salieron sin mayores discusiones los resultados por todos conocidos.

Luego vendría el ensayo de 2006, post referendo revocatorio, en cuyas elecciones generales se seleccionó una candidatura asumida nacionalmente previo acuerdo en una mesa de negociaciones entre Borges, Petkoff y Rosales, y los grupos que ellos representaban… quedando abanderado (tardíamente) Manuel, quién dirigía una administración regional, mientras Julio jugaba inteligentemente sus cartas, recogiendo hoy día sus frutos, e igualmente quedaba fuera Teodoro, al que personalmente estimaba como el más apropiado para dirigir aquella cruzada dada su experiencia política, su fortaleza ideológica y su moral pública. Pero en fin, la corta campaña presidencial favoreció de nuevo al administrador de los recursos públicos… aunque las encuestas animaron al electorado opositor pensando que la ventaja oficial había sido descontada y a última hora, los contendientes estarían de nuevo en un tu a tu esperanzador… los resultados igualmente conocidos ratificaron el potencial electoral opositor.

Proceso electoral actual…

Después de este largo periplo republicano, nos encontramos otra vez ante una realidad que estimo histórica… estamos a un par de semanas de otros comicios nacionales, tal vez, los más importantes de los últimos tiempos y de los años porvenir, por todo lo que ellos significan para la definición evolutiva del país. Pero en esta oportunidad las circunstancias de la vida son otras, totalmente diferentes a las anteriores, me explico. Aunque el gobierno insiste en su sempiterno candidato y plantea el mismo proyecto político, la joven candidatura opositora nace de una cosecha distinta, seleccionada popularmente de un ramillete de opciones conformada por jóvenes y veteranos dirigentes, preparados administrativas, intelectual y moralmente para las tareas que requiere Venezuela y que han asumido con entereza su responsabilidad histórica.

Además, esa fuerza antagonista luce cohesionada, revitalizada y con objetivos claros y palpables. Los partidos que la conforman, recientes o anteriores, han engrasado sus maquinarias y lucen listos para la movilización definitiva y por otro lado, y tal vez lo más destacado del momento… pues el país ha cambiado, ha madurado y ha entendido que la sola medición del Producto Interno Bruto (PIB) relativo o el ascenso de los precios del petróleo en los mercados internacionales, mas producto de circunstancias externas que de gestiones nacionales, ya no son suficientes argumentos decisorios.

La proliferación de seres humanos que viven en la peor de las marginalidades, cuyas escenas dantescas exhiben en cada semáforo de la ciudad, y esto es válido para cada ciudad del país; La corrupción degenerada en latrocinio; La superpoblación de vendedores ambulantes en Las Pulgas, así como en las aceras adyacente a cualquier centro comercial; La cantidad de compatriotas que han tenido que emigrar en búsqueda de oportunidades que aquí le son negadas, y en cada familia venezolana se sufre ésta realidad; La espantosa deuda externa así como la más aberrante de todas, la interna; La inclemente inflación, perenne, que se niega a descender del podio universal; Las desvergonzadas persecuciones y detenciones políticas, reconocidas hasta por sus propios autores; La calamidad de los servicios públicos… en fin, esas y otras mediciones del deterioro de la calidad de vida ciudadana e institucional, a nivel nacional e internacional, que no aparecen en ninguna encuesta pero son indicadores socio-políticos importantísimos de evaluar a la hora de votar… y para entenderlas no se requiere de una tediosa cadena explicativa, pues con esas miserias nos topamos en las calles del país todos los días de Dios, ¿me equivoco?

My dear President, please seat down here and listen to me… Clint Eastwood dixit: http://wp.me/p29J0n-oB

Pero así como el lado gubernamental viene exhibiendo estas y otras deficiencias importantes en su gestión, pues el grupo opositor también ha comenzado a mostrar sus fisuras, algunas de cuyas fallas “conjuntas” anoto a continuación:

1. A ninguno de los dos equipos o Comandos de campaña se le ve el “propósito” de ganar las elecciones, pues le han dejado todo el trabajo a los candidatos, quienes, por bien o por mal, han hecho lo mejor que han podido de acuerdo a sus propias circunstancias personales.

2. La intención unitaria se ha circunscrito a un simple argumento enunciativo, pues ambos Comandos se han mostrado absolutamente excluyentes.

3. Ni hablar del tan necesario programa de gobierno, que uno lo tenía y no lo presentó… y el otro aprovechando las circunstancias se lo presentó sin tener uno alternativo.

4. Por lo tanto el colectivo no dispone de nuevos planteamientos programáticos, conceptuales, que no sea el contrastar hasta la saciedad las dos visiones de sociedad que coexisten en el país.

5. Al colectivo se le han negado ciertas garantías básicas como por ejemplo, conocer de la validación oportuna del Registro Electoral Permanente (REP), aspectos de la seguridad personal y energética (en especial la eléctrica) para el día de las elecciones, la forma práctica de contabilización y acreditación (defensa) del voto, etc., etc.… así que el acto electoral se ha remitido a un simple “acto de fe” donde que todo va a estar bien.

6. Y la desatención crónica en ambos bandos de los males que ha padecido el país, antes y durante la campaña, tales como el no acompañamiento a los damnificados de las últimas lluvias, o de las antepenúltimas, que aún siguen en refugios temporales; a los problemas laborales manifestado por sindicatos, y sindicalistas perseguidos en todas las regiones del país, especialmente en oriente y sur del país; al deterioro avanzado de la infraestructura vial, así como la calamidad que representa la aeronáutica civil… y el emblemático accidente catastrófico de la Refinería de Amuay (http://wp.me/p29J0n-nh) tal vez, el más grave ocurrido en la industria petrolera vernácula en toda su historia. Ese accidente aconteció a la una de la madrugada del 25 de agosto próximo pasado, fue notificado por el Ministro del área energética a las 4 am, cuando ya cundía el pánico en varios sitios del país; fue anunciado tardía y erróneamente por el gerente general de la refinería, como si hubiese ocurrido a las 6 am; el ciudadano Presidente de la República se apersonó en el área falconiana día y medio después, por razones comprensibles de salud… pero el candidato opositor y su Comando de campaña han estado ausentes de las poblaciones afectadas, algo absolutamente inexplicable a la fecha.

Menciono esto último en extenso para dejar constancia que los trabajadores petroleros de antes y de ahora han sufrido lo indecible por circunstancias políticas exógenas, que les son ajenas y no les corresponden asumir ni por formación ni por su razón de ser, pero que no han recibido el apoyo del mundo político como era de esperarse, sobretodo en casos como este.

Así que por todas estas pifias… y conste que esas facturas históricas pesan toneladas a la hora de las chiquitas, pues a estas alturas del juego se observa una alta proporción de Ni-Ni y/o de Indecisos, que se han constituido en una fuerza electoral importante en el país y que el día siete de octubre irán a votar, dicho de alguna manera: en contra de…, en lugar de: a favor de… lo cual no es bueno electoralmente hablando.

Encuestas y encuestadores…

A propósito de estas mediciones, esta semana asistimos la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Urdaneta (URU), que en conjunto con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia (LUZ) y la Asociación Civil Centro Democracia, ofrecieron un Coloquio sobre: “Cómo Ganar o Perder las Elecciones Presidenciales de 2012 en Venezuela”, conducido por el Dr. José Antonio Gil Yepes, Director de Datanalisis, y luego fuimos invitados a una presentación privada del “Plan de Gobierno del Zulia” en la sede del voluntariado opositor que conduce el Dr. Juan Carlos Fernández.

En ambas conferencias se percibieron distintos enfoques de la realidad “electoral” del país, alternadamente optimista o pesimista, según sea el bando del observador, pero todo está en línea con la realidad que se viene observando a nivel nacional, oficial o extraoficialmente, a lo que no escapa ni el propio Consejo Nacional Electoral (CNE), en cuyas páginas (www.cne.gov.ve) se publican mediciones de diferentes encuestadoras que sin mayor explicación, presentan resultados diametralmente opuestos, como los mostrados a continuación… (1) Encuesta presidencial 6to Poder Datos (septiembre): Hugo Chávez 47.17% y Henrique Capriles 43.25 (2) Última encuesta presidencial Top Data: Henrique Capriles 47,42% y Hugo Chávez 43,42%. Esto se puede leer en los links allí posteados a la fecha, 20 se septiembre de 2010.

Inclusive, durante los Conversatorios de la semana pasada (http://wp.me/p29J0n-qL) ofrecidos por el Dr. Ricardo López Murphy, en esos auditorios se comentaron algunas mediciones “privadas” que circulan por manos presidenciales americanas, según las cuales la oposición estaría liderando el proceso electoral entre dos y seis puntos porcentuales.

Reflexiones finales…

La decena de encuestadoras formalmente inscritas en el CNE, que aparte de las antes mencionadas integran los señores Luis Christiansen (Consultores 21), Jesse Chacón (GIS XXI), Felix Seijas (IVAD), Alejandro Grisanti (Barclays Capital), Asdrúbal Oliveros (Ecoanalítica), Keller, etc., dos tercios de ellas visualizan como puntero al candidato gubernamental, en proporciones que van desde 12% hasta 16 %, mientras que el tercio restante prevé como abanderado al candidato opositor, con proporciones entre 2 y 5 puntos porcentuales, en números redondos. Debe aclararse que estas fotografías puntuales, con fechas de mediados de septiembre o menos, pueden cambiar constantemente en el tiempo.

Varias de las encuestadoras inclinan las indecisiones hacia alguno de los candidatos a conveniencia, pues como bien lo menciona el Dr. Gil Yepes en su libro (titulado igual que el Coloquio), este proceso no solo incluye guerras entre encuestas y encuestadoras, sino guerras entre los Analistas encargados de procesar e interpretar la data que se le presenta al colectivo de manera más o menos digerida… todo lo cual confirma lo anteriormente dicho, ya que técnicamente se pudiese estar hablando de cifras similares, proyectando ambas tendencias y obviando los extremos de ambos lados, obviamente interesados, que deberían dilucidarse el mismo día de las elecciones nacionales, es decir, el siete de octubre del presente año.

Y en cuanto a la campaña en sí, que no sea la difusión obligada de fastidiosos discursos televisados, en las calles las caravanas y las tarimas llenas de pueblo entusiasmado, espontáneo o no, indican un distingo entre ambas candidaturas, que cada quien pudiese interpretar a su manera, pero que ambas actúan como si nada extraño estuviera pasando en el país, o como si no estuviera en juego el futuro de la patria, cualquiera que éste sea… y la mayor comprobación de lo dicho es que viviendo como estamos en un Estado auto-declarado socialista, la correlación estadística mas fidedigna y que más impacta en las encuestas, es que la radicalización y la aprobación del proceso van de la mano de la disponibilidad de liquidez monetaria en la calle, ¿Qué tal?

Así que con todas estas consideraciones en mente, tengo el pálpito que los dos Comandos de campaña deben estar analizando y/o preparándose para transitar por alguno de los escenarios que delineados a continuación:

A. Si el candidato del gobierno se siente cómodo con la ventaja declarada por sus encuestadores; si esas cifras son genuinas y están plenamente confirmadas, entonces se materializará el proceso electoral sin mayores dificultades dada la garantía de continuidad que tiene el proceso.

B. Si las encuestadoras afectas al oficialismo hubiesen modificado a conveniencia la data base, y en consecuencia, son ciertas las encuestas que muestran la tendencia opositora, de margen limitado pero en claro ascenso… entonces pudiese ocurrir una de dos cosas: (i) Se plantearía una competencia reñida en las urnas el día siete de octubre, que se definiría con todos los recursos disponibles de lado y lado, o (ii) Se pudiese presentar un no-contest gubernamental a priori, donde actuarían de nuevo los recursos institucionales del CNE y el TSJ antes de las elecciones programadas, al igual que lo hicieron en abril de 2000, para darle de nuevo oxigeno al proceso tal vez, amparados en la menguada salud presidencial.

Los dos primeros escenarios nos conducen directamente al siete de octubre, mientras éste último evento tiene un tiempo finito de no retorno que estimo en semana y media, para cuando finalice formal y oficialmente la campaña electoral. Existirían otros escenarios pre y post electorales que son ajenos a los aspectos considerados en las encuestas, como por ejemplo, las gestiones de la investigación parlamentaria recién iniciada, o situaciones conflictivas que pudiesen generarse despues del día siete si algún bando desconoce los resultados electorales, cuyas consideraciones escapan a los objetivos de este trabajo.

De tal manera que estamos a solo dos semanas de ver cual es el verdadero camino que tomarán las circunstancias electorales e institucionales del país… y con las “cartas predictivas” de las encuestas a mano y el conocimiento de cómo se manejan las cosas en el país, especialmente desde comienzos de este milenio, pues ya sabemos quién y cómo se adjudicó la pole position de este proceso electoral… pero esperemos pacientemente los resultados de la competencia del próximo domingo siete de octubre, para que constatemos a ciencia cierta quién será el vencedor indiscutible de estas elecciones, Dios mediante… siempre y cuando los fanáticos no se queden en sus casas viendo la competencia cómodamente instalados frente a su televisor, porque si llegase a ocurrir un apagón, hasta corren el riesgo de no ver el banderazo final.

PD1: con la venia de los lectores me permití seleccionar el exclusivo deporte de la Formula 1 (F1), para con él simbolizar las próximas elecciones nacionales. La F1 es uno de los tres segmentos universales que mas movilización tienen, después del fútbol y los juegos olímpicos, que reúnen en un mismo sitio a todos los representantes del planeta cual circo itinerante que ocurre cada cuatro años, mientras que la F1 los mueve anualmente, es más, semanalmente, trasladando el espectáculo masivo de un país a otro, y de un continente a otro… además de ser el más exigente de todos desde el punto de vista tecnológico.

Es lo más parecido que encuentro con la competencia electoral, que igualmente se basa en la mayor movilización posible de masas y que al final, todo termina resolviéndose con los instrumentos tecnológicos encargados de recoger y contabilizar los votos.

Por cierto, en los momentos decisorios como en los que nos encontramos ahora, los candidatos al igual que los pilotos no pueden darse el lujo de perder la concentración o el ritmo de la competencia, porque corren el riesgo de echarlo todo a perder. Así me ha tocado presenciarlo electoralmente, y deportivamente también, cuando por avatares del destino filmé al monoplaza de la escudería que punteaba la carrera en aquella edición de Monza 2011, que por alguna falla mecánica y/o por descuido del piloto, éste abordó la parabólica indebidamente saliéndose del circuito en esa curva… y no vio el banderazo final.

PD2: A propósito de este parangón, la semana pasada el piloto criollo Pastor Maldonado convalidó este ejercicio comparativo entre procesos electorales y las carreras de autos Formula 1. Tal y como pudimos apreciarlo en el Gran Premio de Singapur corrido el domingo 23 de septiembre, Pastor hizo un gran esfuerzo personal y quedó de segundo en la pole position, detrás del británico Hamilton; no obstante, a la hora de la verdad, algunos problemas técnicos inesperados en su monoplaza lo obligaron a retirarse de la competencia… y no vio el banderazo final. Allí mismo quedo demostrado nuestro planteamiento.

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