Bush defiende la construcción del muro más largo del mundo
El Presidente de EE.UU., George W. Bush, confirmó su plan de reforma migratoria en territorio mismo de la frontera con México, después de que el Gobierno de Vicente Fox criticara duramente la construcción del muro fronterizo.
El Jefe de la Casa Blanca recorrió el área fronteriza de Yuma, en Arizona, una zona muy permeable, por donde intentan el paso entre 70 y 80 personas cada noche, pero hoy día fuertemente custodiada por cámaras de control remoto y luces de gran intensidad.
Junto a la Gobernadora de Arizona, la demócrata Janet Napolitano, Bush se subió a uno de los vehículos patrulla para supervisar las medidas de vigilancia, aunque nunca llegó a entrar en la zona neutral situada entre las dos fronteras.
Posteriormente, en un discurso ante la Patrulla Fronteriza, el Presidente estadounidense defendió sus propuestas para la reforma integral del sistema migratorio, que incluyen una vía para la regularización de los ‘sin papeles’ que lleven más tiempo en el país y la creación de un programa de trabajadores temporales.
La visita de Bush a Yuma coincide con el intenso debate que se lleva a cabo en el Senado para tratar de llegar a un acuerdo sobre la reforma migratoria más ambiciosa de los últimos 20 años.
El Portavoz de Bush, Tony Snow, dejó en claro que la Casa Blanca apoya la construcción del mencionado muro: «Bush no cree que se deban erigir barreras a lo largo de toda la frontera [de más de 3.000 kilómetros de longitud], pero hay lugares donde las barreras son apropiadas». Sin embargo, teniendo en cuenta que la valla alcanzaría un total de hasta 800 kilómetros gracias a una serie de barreras adicionales previstas, la barrera será probablemente la más larga del mundo. El muro de Israel será de 700 km.
«No creo que nadie haya propuesto en serio erigir una muralla a lo largo de toda la frontera», argumentó Snow, añadiendo que «lo que el presidente ha dicho es que intentará que haya el tipo de seguridad adecuado en cada sitio. En algunas zonas, será una barrera; en otras, serán agentes de la Patrulla Fronteriza; en otras áreas, de grandes extensiones de desierto o zona salvaje, se emplearán técnicas de vigilancia».
La iniciativa ha empeorado las de por sí delicadas relaciones entre EE.UU. y México, que ya ha enviado una nota diplomática de protesta al Gobierno estadounidense. «La construcción de barreras físicas no constituye un medio eficaz para garantizar la seguridad de nuestra frontera común y altera el espíritu de cooperación que prevalece en la necesaria atención de las preocupaciones de seguridad que son compartidas por ambos gobiernos», subraya la nota diplomática, agregando que el fenómeno migratorio «en su mayor parte, responde a la existencia de un mercado laboral transfronterizo».
Por su parte, el Presidente mexicano, Vicente Fox, afirmó que todavía «no es hora de hacer evaluaciones finales sobre el posible resultado» de las enmiendas que se tramitan en el Senado de EEUU, porque hay «un proceso legislativo que aún no ha concluido».
No obstante, Fox manifestó su rechazo a la construcción de muros en la frontera, una fórmula que, en su opinión, «no ofrece una respuesta eficaz para una relación de amigos, de vecinos y de socios». «La construcción de barreras no es la respuesta para alcanzar fronteras seguras y modernas, eficientes y rápidas», aseguró Fox durante una gira por la ciudad fronteriza de Mexicali.
Fox dijo también que su gobierno trabajará «sin tregua» ni «descanso» para «seguir luchando por una reforma amplia y legal que dé cauce al flujo de trabajadores emigrantes y que respete sus Derechos Humanos».
Los cancilleres de Nicaragua, Costa Rica, Honduras y Guatemala se solidarizaron con la nota diplomática mexicana y dijeron «compartir» sus «bien fundamentadas» preocupaciones.
Por otra parte, el Senado estadounidense también aprobó una enmienda que designa al inglés como idioma nacional.
