Calderón promete unir México, pero la izquierda insiste con un gobierno paralelo
Los siete magistrados del máximo Tribunal Electoral declararon por unanimidad Presidente a Calderón tras una estrecha victoria en los comicios del 2 de julio, sobre el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien impugnó los resultados denunciando fraude.
«La espera valió la pena», dijo Calderón ante simpatizantes en la sede de su partido y con un grupo de mariachi de fondo. «Ha llegado la hora de cumplir», agregó.
Sin embargo, López Obrador rechazó la decisión del Tribunal y dijo que sus protestas multitudinarias seguirán en un México que ha quedado dividido después de los comicios.
«Desconozco a quien pretende ostentarse como titular del poder ejecutivo federal sin tener una representación legítima y democrática», dijo el martes por la noche, en un acto ante miles de simpatizantes que insultaban al oficialismo bajo la lluvia.
Calderón, abogado de 44 años favorito de los mercados, fue Ministro de Energía y encarna la continuidad de la estabilidad económica y la disciplina fiscal del Gobierno del Presidente Vicente Fox, quien felicitó a su sucesor y convocó a los mexicanos a la unidad nacional. «Hoy más que nunca es momento de unidad en torno a México y a nuestra democracia, hago un llamado a la candidata y los candidatos que participaron en la contienda electoral a sumarse a un diálogo nacional para superar nuestras diferencias», dijo Fox por la noche en cadena nacional.
La izquierda no se da por vencida
Ayer martes, el dirigente izquierdista Andrés Manuel López Obrador se negó a reconocer a su rival conservador como Presidente electo de México y reiteró su llamado a convocar un Gobierno paralelo mientras el propio Calderón, en su primer discurso tras la oficialización de su victoria, aceptaba negociar cualquier tipo de propuesta presentada por la oposición.
«Expreso mi decisión de rechazar el fallo del Tribunal del Poder Judicial de la Federación y desconozco a quien pretende ostentarse como titular del Poder Ejecutivo federal, sin tener una representación legítima y democrática», dijo López Obrador a sus seguidores desde la Plaza del Zócalo, que se ha convertido en su centro de operaciones.
