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EE UU renuncia al escudo antimisiles de Bush en Europa

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dado un paso más para alejarse de la política de su predecesor en la Casa Blanca y ha anunciado que abandonará el proyecto de construir en Europa un escudo antimisiles para contener la amenaza de países como Irán o Corea del Norte. Obama ha anunciado que habrá una nueva estrategia basada en el desarrollo de otra tecnología, probada y efectiva, que será mucho mejor para afrontar posibles amenazas de Teherán.

«Nuestra nueva arquitectura de defensa antimisiles en Europa aportará defensas más fuertes, más inteligentes y más rápidas a las fuerzas estadouidenses y sus aliados» de la OTAN, ha dicho Obama durante una comparecencia, en la que afirmó que el objetivo es involucrar a Rusia en un sistema global de defensa.

Moscú celebra el cambio de planes y ha manifestado que está dispuesto a profundizar el diálogo con Washington. «Espero que encomendemos a las correspondientes estructuras de ambos países (Rusia y EE UU) que activen la cooperación para atraer a los europeos y otros países interesados» a sumarse al plan global de defensa, ha dicho el presidente ruso, Dmitri Medvédev, citado por las agencias rusas.

Según han desvelado hoy los Gobiernos de Praga y Varsovia, Obama les ha comunicado que no va a instalar una batería de misiles interceptores en Polonia ni una estación de radar en la República Checa. El Pentágono ha confirmado la información y ha explicado que se está negociando con ambos países para que puedan participar en un sistema alternativo.

Posteriormente a la comparecencia del presidente, el secretario de Defensa, Robert Gates, ha dado detalles de los nuevos planes, y ha anunciado que dispondrá de barcos Aegis equipados con interceptores y censores para defender a sus aliados europeos y las fuerzas estadounidenses contra amenazas más inmediatas y que los sistemas de defensa terrestre serán desarrollados en una segunda fase, que comenzaría en 2015.

«Ahora tenemos la oportunidad de desplegar nuevos sensores e interceptores en el norte y sur de Europa que en el corto plazo pueden suministrar una cobertura de defensa de misiles contra amenazas más inmediatas procedentes de Irán u otros países», ha afirmado Gates a la prensa tras el anuncio que ha realizado Obama esta tarde en Washington.

El Ministerio de Defensa considera que una de las razones para renunciar al escudo en Europa es que el programa armamentístico iraní, en especial sus misiles de largo alcance -que no se han desarrollado tan rápido como se temía-, no representa una amenaza inminente para Estados Unidos o las principales capitales europeas. No obstante, Obama dejaría abierta la posibilidad de recuperar este proyecto si Irán progresa en la construcción de misiles hasta el punto de suponer un riesgo evidente.

El controvertido sistema defensivo fue ideado por la anterior administración estadounidense de George W. Bush para contrarrestar la posible amenaza de Estados que, como Corea del Norte o Irán, tienen ambiciones atómicas y una tensa relación con Occidente. La marcha atrás de Obama a este proyecto ha sentado bien en Rusia, que consideraba una amenaza directa tener misiles estadounidenses a las puertas de su territorio. Obama ha reiterado que su deseo es «reiniciar» las relaciones con Moscú y olvidar la tensión que presidió los vínculos en la época de Bush para trabajar juntos en asuntos como la amenaza iraní o norcoreana, la guerra de Afganistán o la no proliferación nuclear.

«Después de la medianoche, Barack Obama me llamó para notificarme que EE UU retira su plan de construir una base de radar», ha dicho el primer ministro checo, Jan Fischer, confirmando una información difundida esta mañana por The Wall Street Journal. Poco después, una fuente polaca cercana a las negociaciones ratificaba que «por ahora», tampoco habrá misiles en Polonia. Una delegación estadounidense encabezada por la vicesecretaria de Estado responsable del Control de Armas y Seguridad Internacional, Ellen Tauscher, visitará hoy Polonia y República Checa para explicar a ambos ejecutivos la decisión de su Gobierno.

Aunque la decisión puede contentar a Rusia, no caerá tan positivamente sobre Polonia o la República Checa, que veían la instalación del escudo como símbolo del compromiso de EE UU con su seguridad. Ahora, puede surgir el temor de que Rusia interprete la renuncia como un síntoma de debilidad de EE UU e intente recuperar su órbita de influencia en Europa del Este. «Sin el escudo, perdemos de facto una alianza estratégica con Washington», ha dicho a Reuters Witold Waszczykowski, número dos de la Oficina Polaca de Seguridad Nacional, que asesora al Gobierno.

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