El conflicto estudiantil en Chile enfrenta al gobierno con la oposición
Chile vive una crítica situación en materia educacional producto de las masivas protestas de estudiantes secundarios y universitarios en reclamo de mejoras en el sector, y de la falta de respuestas del gobierno para encontrar una salida. Pero el conflicto excedió hace tiempo esas fronteras y se convirtió también en un tema de debate en la oposición.
Las palabras del ex presidente Frei encendieron nuevamente las acusaciones cruzadas, al sostener que «Chile está al borde de la ingobernabilidad» y destacar que «los jóvenes no se sienten escuchados».
En una entrevista al diario argentino La Nación, el ex gobernante indicó que los protagonistas de las manifestaciones que llevan más de dos meses «nacieron en democracia y no tienen respuestas. Lo único que ven es un presidente que considera la educación como un bien de consumo».
El encargado de responder a las críticas de Frei fue el ministro Vocero de gobierno, Andrés Chadwick, quien las calificó de «irresponsables» al haber sido hechos en el exterior.
Chadwick opinó que las acusaciones «causan un inmenso daño como país». «Si él no quiere colaborar a construir el país, que no ayude a destruirlo», declaró el ministro.
La aprobación de Piñera se ha visto afectada por las protestas estudiantiles tras caer a 26% según una última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) difundida el jueves y que lo convirtió en el mandatario con peor evaluación desde el retorno a la democracia en 1990.
El jueves, una última protesta estudiantil se desarrolló en medio de duros enfrentamientos con la policía que dejaron más de 850 detenidos y un centenar de heridos y que llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a pedir un informe al gobierno chileno por un posible «uso desproporcionado de la fuerza».
Semanas atrás, durante las negociaciones entre el gobierno y los estudiantes -que reclaman, entre otras cosas, la estatización de la educación pública-, Piñera hizo un llamado a la oposición a involucrarse con en las conversaciones. Sin embargo, algunos dirigentes de la izquierda consideraron que lo que en realidad quería el presidente era hacerlos parte de un eventual fracaso del diálogo para no pagar todo el costo político. Por esa razón, rechazaron la convocatoria.
Fuente: infobae.com
