Estados Unidos vive horas decisivas para aclarar su panorama político
Momentos fudamentales para los poderes Ejecutivo y Legislativo en Estados Unidos. Este martes, el estado de Georgia vota por dos puestos en el Senado, que decidirán si el presidente electo, Joe Biden, deberá lidiar con una mayoría opositora en la Cámara Alta, mientras que el miércoles se reunirá el pleno del Congreso para corroborar el resultado de las elecciones de noviembre, un paso habitualmente ceremonial, pero que los aliados del mandatario vigente, Donald Trump, planean aprovechar para lanzar un último desafío a lo votado por los estadounidenses.
En Georgia, donde Biden fue el primer triunfador demócrata desde 1992, ninguno de los candidatos al Senado obtuvo una mayoría suficiente y la ley electoral de ese estado hizo necesaria una segunda ronda que pone en juego la mayoría que el Partido Republicano ha mantenido en la Cámara Alta del Congreso federal durante varias legislaturas.
Votación crucial
En la votación de noviembre, los republicanos se aseguraron 50 curules en el Senado y los demócratas aumentaron uno a los que tenían, para lograr un total de 48. Si los candidatos demócratas ganan en Georgia, habrá un empate de 50 escaños en la Cámara Alta estadounidense, lo cual dejaría las decisiones mayores en manos de la vicepresidenta electa, Kamala Harris.
Una de las contiendas que deberá dirimirse enfrenta al demócrata Raphael Warnock contra la actual senadora republicana, Kelly Loeffler, en tanto que en el otro duelo disputan un puesto el demócrata Jon Ossof y el republicano David Purdue.
Trump ha llevado a cabo una ferviente campaña en favor de los candidatos republicanos, por lo que algunos analistas consideran que la jornada electoral también será un referéndum sobre su gestión.
Larga sesión parlamentaria
Por otra parte, en cuanto a la sesión de este miércoles en el Congreso, que será presidida por el vicepresidente Mike Pence, no hay ninguna perspectiva de que exista alguna variación en el resultado de los comicios del 3 de noviembre, es decir, la elección de Joe Biden como próximo presidente de Estados Unidos, pero sí se espera un largo debate y varias votaciones propiciadas por un grupo de miembros de las filas republicanas, los más fieles aliados del presidente Donald Trump.
Al menos trece senadores republicanos y más de cien congresistas de ese partido en la Cámara de Representantes han adelantado que presentarán o respaldarán objeciones a los resultados del 3N en varios estados.
Los senadores, liderados por Ted Cruz, aseguran que no pretenden revertir el resultado de las elecciones, sino dar voz a aquellos que creen que los comicios no fueron justos, a pesar de que no hay ninguna prueba de que hubiera un fraude o irregularidades masivas, como denuncia Trump.
Los legisladores piden que el Congreso cree una comisión electoral para «llevar a cabo una auditoría de emergencia con una duración de diez días de los resultados electorales en los estados disputados«, afirmaron en un comunicado conjunto el sábado.
Debido a las precauciones relacionadas con la pandemia, las votaciones en la Cámara Baja duran normalmente una hora o más, por lo que es posible que se tarde de tres a cuatro horas en resolver las objeciones en cada estado.
Si los legisladores cuestionaran los resultados en los seis estados citados, es posible que la sesión dure 24 horas o más y, si son menos los territorios desafiados, es probable que el proceso se retrase igualmente hasta la madrugada del jueves.
¿Qué hará Pence?
En todo caso, la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes supone que los republicanos no tienen opciones de superar una votación por mayoría en ese hemiciclo, algo que se requiere para rechazar el resultado en cualquier estado.
Para Pence, que por norma debe declarar ganador a Biden luego de comprobar los resultados de los Colegios Electorales que le dieron la victoria al demócrata, no será un momento sencillo. El presidente Trump escribió en su cuenta de Twitter que «el vicepresidente tiene el poder de rechazar a los electores elegidos de manera fraudulenta«.
En este sentido, el vicepresidente dejó este mensaje: «Les aseguro que comparto las dudas que tienen millones de estadounidenses sobre las irregularidades de las últimas elecciones. Les digo que el miércoles será nuestro momento, escucharé las objeciones y veré las evidencias«.