Inesperado salto del superávit comercial chino
El mes de mayo se ubicó como el tercer mes con mayor superávit comercial: comparado con el mes de mayo del año 2006, se ha evidenciado un aumento del saldo positivo del orden del 73%.
En materia de exportaciones, las ventas ascendieron un 28.7% con respecto al mayo pasado, representando el monto de US$ 94.000 millones; mientras que las importaciones crecieron un 19.1% en comparación con mayo del 2006, por un valor total de US$ 71.600 millones.
Entre enero y mayo se registraron exportaciones por US$ 443.500 millones, mientras que las importaciones ascendieron a US$ 357.800 millones. De esta forma, durante los primeros cinco meses del año 2007 la balanza comercial china arrojó un saldo de US$ 85.270 millones, lo que significa un crecimiento de más del 80% en relación con el mismo período del año anterior.
El anuncio se realizó días antes de que se lleve a cabo una reunión entre representantes comerciales de China y la Unión Europea, los cuales debatirán sobre las tensiones comerciales bilaterales.
Las impresionantes tasas de crecimiento comercial chinas de los últimos tiempos son motivo de tensión sobre todo con los Estados Unidos. En primer lugar, por el enorme superávit en favor de China. En segundo lugar, porque la instalación de empresas chinas en territorio estadounidense ha apartado a muchas empresas norteamericanas del mercado.
Las autoridades chinas son conscientes de que la continuidad de su crecimiento estriba en el abandono progresivo de una economía centrada en los mercados externos a través de los productos de exportación, la cual ha empezado a evidenciar falencias. El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, aseguró que es imperante la necesidad de brindarle mas importancia a la demanda interna china. Para alentar el consumo, es necesario reducir las altísimas tasas de ahorro que superan el 40%. Para ello, los estadounidenses presionan para que el Gobierno chino reduzca las tasas de interés.
Al comenzar el año, tras un 2006 plagado de demandas y amenazas de litigios en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y con un inicio de 2007 con tensiones crecientes con el bloque europeo y con los Estados Unidos- ambos demandaron una mayor apertura del mercado chino, una apreciación de la moneda, más énfasis en la lucha contra la piratería y el fin de los subsidios a las exportaciones-, los asiáticos comenzaron a dar algunos signos de cambios, aunque no con la velocidad requerida por sus socios comerciales.
De esta forma, las autoridades chinas dispusieron el fin y el recorte de las devoluciones fiscales a los exportadores de ciertos productos, como el acero,- que comenzaron a regir a principios e junio; decidieron dejar flotar la moneda entre bandas un 5% mayor; y prometieron combatir con premura la falsificación de la propiedad intelectual.
Pero como quedó demostrado en la segunda reunión del Diálogo Económico Estratégico celebrado entre Estados Unidos y China en Washington, aún queda mucho terreno por recorrer.
En China temen que la nueva mayoría demócrata en ambas cámaras legislativas promueva un mayor proteccionismo en Estados Unidos.
Contrario a la ola proteccionista, el Secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, promueve la nivelación del déficit comercial de su país por la vía de una recuperación de las exportaciones. En más de una oportunidad, al igual que diferentes especialistas y cargos públicos de Estados Unidos, Paulson indicó que si bien la piratería, los subsidios o el bajo tipo de cambio chino, per se, no modificarán la competitividad china. Pueden moldear las pérdidas en los márgenes, pero no restringirán el envión del Made in China.
La solución, y la ganancia, según Paulson, está en aprovechar la presión para obtener un mejor acceso a ese mercado, de 1.300 millones de personas.
