Actualidad Internacional

Mineros chilenos cumplen un mes atrapados y muchos de ellos están cansados y enojados

«Ayer (sábado) estaban enojados, ya el cansancio los tiene mal, ya son muchos días», dijo Alejandro, hermano del minero Víctor Zamora, a la agencia de noticias AFP.

«Habló cinco segundos conmigo, no más, estaba enojado… dice que el gobierno no les está mandando las cartas que nosotros les escribimos», agregó. «Dicen que es porque ocupan mucho espacio en las ‘palomas’ (receptáculos para el intercambio de objetos entre la superficie y los mineros), pero una carta no ocupa mucho espacio…».

Mientras, Nélida Villalba, madre del minero Pablo Rojas, contó que éste lloraba durante el contacto del sábado, en el que por primera vez los familiares pudieron ver a los mineros por un circuito cerrado de TV recién instalado.

«Estaba llorando y mostraba el rosario que les envió el Papa», dijo.

Hace unos días, el Vaticano envió 33 rosarios bendecidos por el papa Benedicto XVI, uno para cada minero.

«Mi hijo no estaba muy bien, pero va a tener que tener paciencia», hasta que se logre el rescate, lo que según el gobierno va a demorar entre tres y cuatro meses, concluyó Villalba.

Verónica, hermana del minero Ariel Ticona, contó una versión parecida.

«Mi hermano no quiso hablar. Está enojado. No estaba de muy buen ánimo ayer (sábado), por eso esperamos poder hablar un poquito más hoy», explicó.

El mes que se cumple del accidente que los sepultó el 5 de agosto «lo estamos viviendo juntos, muy unidos. De todas formas estábamos seguros de que no iban a salir antes», agregó.

Por otro lado, la perforación que realiza la máquina Strata 950 para acceder al sitio donde están los mineros y liberarlos había llegado el sábado a 42 metros de profundidad (de un total de 700).

Los 33 mineros (32 chilenos y un boliviano) quedaron atrapados el 5 de agosto. Recién después de 17 días se logró establecer contacto con ellos, confirmar que estaban vivos y empezar a comunicarse y enviarles alimentos, ropa y otros elementos.

Emotivo homenaje

Las familias de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile realizaron este domingo un emotivo acto en la mina San José para homenajear a sus seres queridos.

Un grupo de familiares, acompañados por el ministro chileno de Minería, Laurence Golborne, subieron al cerro contiguo a la mina, donde flamean 32 banderas chilenas, una boliviana y otra uruguaya, ésta última donada por los supervivientes de la tragedia de Los Andes que visitaron el campamento el sábado.

Golborne izó una bandera chilena y, megáfono en mano, nombró a los 33 trabajadores ante los aplausos de sus allegados, la mayoría de los cuales no pudieron contener las lágrimas.

Igual de emocionados se mostraron otros familiares quienes declinaron subir al cerro y decidieron quedarse en el campamento «Esperanza», a los pies de la mina.

Posteriormente, se cantó el himno nacional mientras los vehículos hacían sonar los pitos pocos minutos antes de las 14.00 hora local (18.00 GMT), aproximadamente la misma hora en que se produjo el derrumbe el pasado 5 de agosto.

Golborne aseguró a los periodistas que la jornada de este domingo «es un momento de reflexión, de recogimiento, no es un momento de celebración».

«Es un momento de esperanza, de que logremos en el menor tiempo posible traerlos a la superficie y devolverlos a sus familias y poder terminar esta labor de rescate», añadió.

En el campamento «Esperanza», algunas familias se enfrascaron en una discusión en torno a cómo se celebrarán en las afueras de la mina las fiestas patrias, el próximo 18 de septiembre.

Mientras algunos sostenían que no hay nada que celebrar, otros veían con buenos ojos la proposición de algunos alcaldes de la zona, que ofrecieron hacerse cargo de la carne para preparar un asado, aunque sin vino ni bebidas alcohólicas.

«No se servirá licor, será algo más emblemático que las celebraciones que se realizarán a lo largo y ancho de Chile», propuso el alcalde de Vallenar, Cristián Tapia.

Reunidos bajo una carpa, ambos bandos sumaron argumentos a favor y en contra hasta que se decidió celebrar las fiestas patrias pero «sin gran pomposidad», según las familias.

Los ediles de Vallenar y Copiapó fueron los encargados de poner paños fríos a la discusión, y recordaron que en el sur del país hay 32 presos mapuches que cumplen 56 días en huelga de hambre.

«También hay que recordarlos y rendirles un homenaje», sostuvieron los alcaldes.

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