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Ayuda humanitaria en puertas, ¿por qué Maduro no la acepta?

Para Nicolás Maduro, la crisis humanitaria de Venezuela, lejos de ser una realidad, es una caricatura. Así lo expresó este viernes durante una rueda de prensa internacional en la que pidió «ver más allá de lo que quieren dibujar». El gobernante cuyo mandato hoy es cuestionado por la mayoría de los países latinoamericanos y europeos, asegura que la realidad la conforma «un país que está trabajando y resolviendo sus problemas».

La realidad, dice Maduro, es que no hay ninguna ayuda. La ayuda humanitaria que han propuesto enviar a Venezuela países como Colombia, Estados Unidos y Canadá, es un mensaje de humillación al pueblo. «Lo decimos con dignidad: no somos mendigos de nadie; un país no se desarrolla con migajas», enfatiza, al tiempo que considera que «si realmente se quisiera ayudar, debería cesar el bloqueo económico», el cual, a su juicio, impide a su Gobierno acceder a los recursos para adquirir alimentos y medicinas.

«La ayuda humanitaria es un regalo podrido, un paquete muy bonito por fuera, pero por dentro trae el veneno de la humillación y el crimen», dijo Maduro.

Emergencia en cifras

El Presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, ha puntualizado que hay entre 250 mil y 300 mil venezolanos en riesgo de morir por no tener comida, una bolsa de diálisis peritoneal, antibióticos o tratamientos para el cáncer inmediato.

Aunque el gobernante que ocupa la silla presidencial insista en no reconocerlo, el 87% de la población de Venezuela es pobre, así lo indica la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela, de la Universidad Católica Andrés Bello, realizada durante 2017 y difundida en 2018.

Según el mismo estudio, el 64% de los venezolanos perdió en promedio 11,4 kilos entre 2016 y 2017, por la escasa o mala alimentación. Asimismo, la encuesta arrojó que cerca de 8 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día y que son, principalmente, de baja calidad nutricional, pues las proteínas prácticamente están ausentes de la dieta diaria.

Por otra parte, según la Encuesta Nacional de Hospitales, publicado en noviembre de 2018 por la ONG Médicos por la Salud, el 33% de las camas de los hospitales no se encuentran operativas. La cifra asciende al 42,45% de los laboratorios que funcionan en los centros de salud. Además, el 51,35% de los servicios de rayos X «no están operativos» y el 95,65% de los tomógrafos y resonadores en los hospitales no funcionan.

70% de los hospitales advierten fallas en el servicio de agua, mientras que el 8% no tiene agua ningún día de la semana. En septiembre de 2018, la Federación Farmacéutica de Venezuela denunció una escasez del 83% en medicinas y su titular, Freddy Ceballos, pidió al gobierno de Maduro que aceptara donaciones de otros países.

Asimismo, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs) reportó que 94% de la población venezolana no cuenta con los ingresos necesarios para pagar por productos de la canasta básica, lo que ha causado altos índices de desnutrición

¿Caridad o mecanismo de presión?

Para el sociólogo Ricardo Rojas, una de las principales premisas por las que no se acepta la ayuda es porque la misma representa un «mecanismo de intervención no convencional». A su juicio, la ayuda humanitaria en medio del caos venezolano y en los términos que se está planteando, es más un mecanismo de la lucha política para tratar de debilitar al gobierno nacional, y para justificar mayores presiones de carácter internacional, y posibles acciones de carácter militar.

El también experto en economía internacional, consideró que si la ayuda humanitaria «fuese realmente una ayuda» se realizaría en coordinación con el gobierno de Nicolás Maduro. A su juicio, al no hacerlo de este modo, se está pasando por encima de la soberanía del Estado venezolano.

Para Rojas, la ayuda humanitaria se está utilizando como un mecanismo de presión, pues hay dos poderes en pugna que no se reconocen y cada uno está utilizando sus diferentes mecanismos para acabar con el otro; asimismo, considera que utilizar esta ayuda como método de lucha contra el gobierno, únicamente está atentando contra la vida de los venezolanos que hoy sufren las carencias que padece el país.

El sociólogo explica que Nicolás Maduro entiende que la ayuda humanitaria es un mecanismo, parte de una lucha de poderes, por lo cual se niega a permitir su ingreso. Igualmente, consideró que hay una corresponsabilidad sobre la vida económica del Estado venezolano y ambos actores políticos «están jugando con la propia vida de los venezolanos».

«Efectivamente hay un crisis económica y política, de ambos poderes, tanto del Gobierno, porque ha sido ineficiente en la aplicación de políticas sociales, como de sus adversarios, pues quienes presiden hoy la AN han tomado medidas que han afectado a los venezolanos, como las medidas internacionales para que se bloquee la capacidad de ingreso de recursos que pudieran utilizarse para medicinas y alimentos», señaló Rojas.

Para Rojas, como salida a la crisis en Venezuela debe desarrollarse el principio democrático de la negociación y el diálogo, que abra la posibilidad de unas nuevas elecciones, cuyo proceso podría validarse a través de un referéndum consultivo. Asimismo, destacó la necesidad de el nombramiento de un nuevo árbitro electoral con el debido acompañamiento internacional.

Rojas añadió que en paralelo a la resolución de la crisis política, deben constituirse misiones con participación del Gobierno para atender los problemas de alimentación que padece el pueblo venezolano, deben establecerse políticas de atención a la crisis económica, un programa para atender la situación de los migrantes venezolanos, garantizar la posibilidad de su retorno al país, otorgar la libertad de todos los presos políticos para que participen de estas medidas, y todo lo anterior, «sin injerencia de factores externos, sino con participación exclusiva de todos los venezolanos».

¿Resolverá el problema?

En un comunicado, la ONG Caritas Venezuela señaló que la posibilidad de una ayuda humanitaria para Venezuela ha generado muchas expectativas por las grandes necesidades del pueblo en materia de alimentación y salud.

En este sentido, destacó que la ayuda humanitaria se guía por protocolos aceptados internacionalmente para dar respuestas a situaciones de graves crisis, y que la misma no atiende a intereses políticos, sino al bien del pueblo más vulnerable cuando un país no cuenta con los recursos para hacerlo.

Asimismo, destaca que la ayuda humanitaria no resuelve los problemas del país. «Solo mitiga los impactos sobre la gente más pobre: riesgo alto de morir y sufrimiento masivo. La ayuda está destinada a los más vulnerables que no tienen medios para afrontar la situación» señala el comunicado.

Finalmente, la ONG sostuvo que se sumaría a la ayuda humanitaria en esta crisis solo si se trabaja con los mecanismos apropiados y bajo los principios de respeto a los derechos humanos y humanitarios.

 

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