Una nueva jornada de protestas fue la que protagonizó el gremio de enfermería en el país, quienes se apostaron en las inmediaciones del hospital JM de los Rios para exigir mejoras salariales, dado que el aumento “irrito” anunciado recientemente por el régimen de Nicolás Maduro, solo les alcanza para comprar al menos tres productos de la cesta básica.
De acuerdo a lo manifestado por Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, todo el país está dolarizado menos los sueldos de los enfermeros.
“Es triste saber que en las casas de ninguno de nuestros compañeros hay comida, ni tienen la posibilidad de poder satisfacer sus necesidades básicas. Me pregunto, ¿dónde está el Estado empleador, que debería velar por el bienestar de los trabajadores de la salud?. Queremos saber qué pasó con la solicitud que hicimos en agosto de 2019 de subir los salarios a al menos 200 dólares. Queremos respuestas, por con este salario lo único que tenemos es una situación de pobreza extrema”, aseguró con determinación Contreras.
De la misma manera manifestó que la grave crisis que vive el país ha afectado a todos los sectores, sobre todo al hospitalario, no en vano confesó que el J.M. de los Ríos está a punto de cierre técnico por la misma situación.
“Ayer la madres de estos niños salieron a manifestar y a exigir una atención de calidad y que han recibido la coacción de los cuerpos policiales. Vamos a seguir denunciando la emergencia sanitaria que vive el país a pesar que los funcionarios nos tomen fotos. Queremos que vean como un trabajo tiene que lidiar con el hambre. No nos van a callar, porque no tenemos miedo”, precisó.
Asimismo, aseguró que con el nuevo salario que decretó Maduro no tienen como darle de comer a sus hijos. “Esto es una falta de respeto. Señor Maduro entienda que los problemas políticos pasaron a un segundo plano, porque los pacientes mueren por negligencia del Estado”.
Ana Rosario Contreras indicó además que de no obtener respuestas no tienen la obligación de trabajar, dado que no cuentan con un salario digno. “Si continuar con el acoso administrativo, vamos a tener que tomar la decisión de renunciar a nuestro trabajo. Nadie nos puede obligar a trabajar poniendo en riesgo nuestro bienestar”, dijo.
