Sector educativo debe hacer sacrificios para formar a niños y jóvenes en Venezuela
El último reporte de la OCHA aseguró que la paralización de las clases presenciales aumentó los factores de riesgo para niños y maestros en protección y bienestar mental
El Comisionado Presidencial para las Naciones Unidas, Miguel Pizarro, aseguró que el cierre de las escuelas venezolanas a raíz de la llegada del covid-19 y la falta de garantías aumentó las dificultades del sector educativo.
Pizarro también destacó que las fallas existentes en los servicios públicos, las imposibilidades para adquirir equipos electrónicos y la falta de programas de alimentación en las escuelas acrecentó el abismo de la educación en el país.
El opositor citó datos del último reporte de la Oficina ONU para Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y aseguró que la paralización de las clases presenciales aumentó también “los factores de riesgo” para niños y maestros en materia de protección y bienestar mental.
Puntualizó que con el regreso a clases presenciales, luego de “casi 20 meses” de cierre, muchos planteles “no están aptos” para recibir a los estudiantes.
En Venezuela, las clases presenciales fueron suspendidas en marzo de 2020, tras la llegada de la pandemia. Y retornaron el pasado 25 de octubre, por orden del régimen de Nicolás Maduro.
Durante los 19 meses de cierre, los docentes y profesores mantuvieron las protestas. Sobre todo por los bajos salarios, la incapacidad de dictar clases a distancia y las malas condiciones que, según denuncian, tienen los centros escolares.