Chris Paul metió a los Clippers en semifinales del Oeste
La NBA se acerca a su fin y de a poco las emociones toman parte de cada encuentro, de cada duelo a muerte entre los equipos del mejor baloncesto del mundo, así como lo que sucedió en el duelo Clippers-San Antonio.
La serie al mejor de 7 estaba empatada a 3 victorias por lado y Chris Paul arrastraba una molestia que le impedía estar al 100% en la serie eliminatoria ante los vigentes campeones de la NBA, el boleto a las semifinales de la Conferencia Oeste.
Jugó Chris Paul en un momento crucial, con el partido empatado a 109 y enfrente hombres como Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Párker, dispuestos a dejarse la piel por la franela y volver a disputar un campeonato, otro para sus vitrinas.
Pero paul sabía que era su momento, el de consagrarse en una NBA que nutre la palestra con promesas nuevas y permanecen solo algunos, mientras otros se diluyen en lesiones, malos resultados o desesperanzas.
Chris Paul tomó la batuta, fue paciente, marcó los tiempos, dosificó su cuerpo. Abusar de su lesión era algo imprudente. Pero esto no era suficiente, San Antonio quería seguir en la contienda, ser campeón de nuevo con su incansable ejército. Y al final, justo al final, cuando el reloj no daba para otra cosa que para el asombro de los Spurs, el pequeño gigante de los Clippers se inventó una internada que terminó con un balón por encima de Tim Duncan, un tobillo resentido en la pierna de paul y el balón en la canasta para los dos puntos que significaban el avance del conjunto de Los Angeles a semifinales.
Ahora, se medirán frente a los Rockets de Houston de James Harden, ese joven de apenas 25 años que comandó el arrase de 4-1 en la serie ante Dallas y le permite a su equipo llegar con más descanso.
