La política se hizo sentir en el partido de la Vinotinto
Hace unos días arrancó la campaña electoral y los partidos políticos no desperdiciaron la oportunidad de hacer propaganda en el encuentro de Venezuela ante Ecuador por la cuarta fecha de la Eliminatoria a Rusia 2018. Panfletos, gorras, afiches y hasta una guerra de quién se escuchaba más en el CTE Cachamay.
Muchos eran los rumores sobre la venta de las entradas, anunciaron que se agotaron pero en la grada sur y norte eran evidentes las sillas vacías. A las afueras una fanática de la Vinotinto soltó: «Me costó conseguir mis entradas, tenemos tres en distintos lugares. No habían porque las compró la gobernación». Una afirmación que repitieron otros seguidores de la selección que hicieron recorridos para conseguir un boleto.
Sin embargo, alrededor de las dos y media de la tarde llegaron tres autobuses que ingresaron directamente al estacionamiento. Algunos tenían camisas de la Vinotinto, otros solo fueron con cualquier ropa y les dieron la orden, a través de dos personas, que debían formarse en filas y colocarse de un lado los que tenían entradas, y del otro los que no.
Uno de los encargados del grupo dijo que eran de la juventud del PSUV de Ciudad Bolívar. Ellos también aseguraron que debían llegar más vehículos con personas para apoyar a la selección nacional.
Una de esas muchachas que bajó del autobús era Solmari Fonseca,estaba entusiasmada por ver el partido, pero confesó que: «Es primera vez que vengo. Mi novio me invitó y vine. Ayer nos llamaron y nos dijeron que le diéramos el nombre y apellido más el número de cédula. No compramos las entradas». Para ella ganaba la Vinotinto, aunque al consultarle por el nombre de algún jugador sólo respondió con risas.
Cerca de donde estaban estos jóvenes también se apreciaba a una dama con camisa roja y gorra que decía circuito dos. Se identificaron como el Grupo Alianza Sindical de Sidor, dirigida por José Melendez. Uno de ellos expresó que estaban «apoyando a la Vinotinto, haciendo presencia, la política de nosotros es hacer presencia en todos los
eventos, tanto deportivos como cultural». Los simpatizantes del lado oficialista alegaron que siempre apoyan al combinado nacional porque «es el equipo nuestro, el de Chávez y de la patria».
Sonido para silenciar
En medio de la goleada que la escuadra meridional le propinó a los venezolanos se empezó a escuchar «y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer», la respuesta del sonido interno fue subir la música a todo volumen y aún así los seguidores persistían con su consigna, hasta llegar a dejar de prestarle atención a lo que ocurría en el campo de juego y voltear para cantarle directamente al gobernador del estado Bolívar que veía el cotejo desde uno de los palcos. El sonido nunca bajó, subía y así el tono del público que estaba visiblemente molesto porque no les dejaban expresar su mensaje.
Lo ocurrido no sólo trajo molestias y comentarios en redes sociales, la guerra con la música también puede terminar con una multa a la Federación Venezolana de Fútbol porque no está permitido que exista ese tipo de ruido cuando se está llevando acabo un partido oficial.
Estos fueron los cantos en contra del Gobierno que intentaron silenciar ayer en Cachamay https://t.co/q6nafDbdQq pic.twitter.com/QVJ1iCeD1k
— Analitica.com (@Analitica) noviembre 18, 2015
Oficialistas y opositores no pelaron la oportunidad
La propaganda se vivió tanto adentro como afuera de Cachamay, apenas llegaban los fanáticos percibían los afiches de Héctor Rodríguez en toda la entrada del estadio. Pero no sólo fue él, los de la Mesa de la Unidad también se dieron una vuelta por el lugar con un gran tarjetón para decirle a las personas «cómo votar el 6 de diciembre».
El señor Óscar Adrián del estado Bolívar, perteneciente al circuito dos estaba junto a otras tres damas y comentó: «Aprovechamos que la Vinotinto está aquí para llevarle el mensaje de cambio a los jóvenes».
Según el representante de la oposición la receptividad de los presentes fue buena, considerando que antes en los recintos deportivos no se tocaba el tema político. «Hace unos años atrás nos corrían, ahora de cada diez personas, ochos quieren cambio», destacó, mientras seguía dando vueltas por la calle para darle su mensaje a las personas.
