2019, retos y oportunidades para las empresas
Por Héctor Benavente – Fundador y CEO de Kairos Consulting Group
Estamos rumbo a completar nuestro primer año completo en hiperinflación. Hemos ido sufriendo un deterioro continuo de las condiciones económicas y de vida. A comienzo del año apenas empezábamos a notar los efectos de la hiperinflación. Con el pasar de los meses se fueron profundizando estos efectos, uno de los más notorios la llamada “inflación en dólares” que no es más que un aumento del diferencial de la brecha entre el dólar paralelo y la inflación.
En agosto tuvimos un anuncio de medidas económicas, siendo el más llamativo, el aumento salarial a BsS 1800 (US$ 30 al cambio del día). Aunque una de las medidas que ha tenido más efectos ha sido la reforma fiscal y el pago semanal de impuestos. Las semanas siguientes a esas medidas se vivió la mayor inflación del año, hasta ahora, y vimos como muchas empresas decidían limitar o cerrar sus operaciones. Esto nos ha llevado a un círculo vicioso de aumento de la inflación, caída de la demanda, cierre de empresas e impresión de dinero por parte del BCV. Este ciclo se ha venido retroalimentando y profundizando.
Todo esto nos está llevando a experimentar la Navidad más difícil de Venezuela en su historia reciente. Aun con el aumento de salario mínimo a BsS 4500 se puede ver como el poder adquisitivo de la población ha quedado pulverizado. Solo basta darse una vuelta por ferias de navidad, panaderías, centros comerciales o demás comercios. Podemos esperar estas navidades una población usando la mayor parte del presupuesto para comprar alimentos y cubrir los cada vez más costosos servicios básicos.
Ahora la gran pregunta, ¿y para el 2019 que? La respuesta rápida es que se espera un 2019 más duro y difícil que este 2018 que se nos va. El escenario base que utilizamos para el próximo ano es una hiperinflación que durará todo el 2019. El escenario optimista es que dure hasta mediados del 2019 y el pesimista hasta mediados del 2020.
Esto presenta grandes retos a las empresas pero por el que quisiera comenzar es el cambio más profundo en las costumbres del consumidor. La hiperinflación es implacable y estos últimos meses nos lo han demostrado. Vamos a tener un consumidor que va a ser mucho más afectado por la inflación, para tener idea una inflación de 300% mensual, que es la proyectada por muchos economistas, significa una inflación anual de 1.677.000.000 %. ¿Qué quiere decir este número? Que un café que hoy puede costar 200 BsS en un 12 meses podría costar alrededor de 3,355,443,200 BsS.
Recordemos también la “inflación en dólares” con lo que tenemos un cóctel de pérdida de poder adquisitivo muy muy severo. La clase media tenderá aún más hacia abajo, muchos no podrán costear mantener un vehículo propio, la calidad de los alimentos disminuye dramáticamente, la clase media no suele tener el acceso a las compensaciones que ofrece el gobierno. El dinero dedicado a entretenimiento prácticamente desaparece, la ropa y elementos del hogar quedan en un porcentaje residual.
En Venezuela la división de quienes tienen y quienes no tienen dólares será más notoria. Cabría esperar una apreciación muy fuerte del paralelo en algún momento lo que en cierta medida puede aumentar el poder adquisitivo de esa parte de la población con accesos a divisas, ya sea remesas, ahorros o que los producen. Cada uno de estos segmentos tiene unas costumbres y capacidad de compra muy distintos a los otros.
Otro reto a enfrentar es el deterioro y obsolescencia que es cada vez más obvia en empresas y hogares. La falta de renovación y mantenimiento ha ido afectando cada vez más la vida diaria. Un sector muy afectado y que va tender a empeorar es el de transporte. A las personas cada vez se les hace más difícil trasladarse a sus lugares de trabajo, transportar mercancía es más costoso y difícil y moverse en el territorio nacional es una odisea o muy costoso. En las empresas y hogares pasa lo mismo con equipos eléctricos y electrónicos, el costo de reposición es tan elevado que muchas veces no se puede reemplazar y simplemente se reduce o detiene la operación en un área de la empresa.
La diáspora venezolana es un fenómeno que no parece que se vaya a detener en el corto plazo por lo que el reclutamiento y retención de personal será aún más complicado que este año que se acaba. Si creemos que esa dificultad con el personal no puede ser peor tengamos en cuenta que ahora las empresas en promedio operan a un 20% de su capacidad, ¿Qué va a ocurrir cuando en el país seamos los mismo pero las empresas pasen a operar a un 70-80%? Debemos tener una política de reclutamiento , formación y retención que nos permitan estar preparados para ese momento.
Ya hemos comentado lo duro y complicado que será el 2019 pero también habrá muchas oportunidades. Como hemos comentado la hiperinflación debería terminar aproximadamente en 12 meses, al ocurrir esto, y la historia lo demuestra en muchos casos tal como Zimbabue, el rebote que viene suele ser fuerte y rápido. Suele entrar mucho capital y grandes competidores. Mas en un país como Venezuela con un potencial de crecimiento entre los más grandes que se han visto en la historia económica moderna.
La marca, es el principal factor que debemos trabajar, desde ahora, para poder competir cuando pase la crisis. La marca es lo más importante que nos llevaremos cuando esto pase. La experiencia en países con crisis similares demuestra que trabajar la marca permite ocupar posiciones de mercado que nunca se hubiesen podido tener sin la crisis. Este es el momento para hacerlo, debemos evitar que adquieran nuestros productos solo por ser el único disponible, es clave que ser el producto o servicio que los consumidores quieren adquirir, incluso aunque no puedan hacerlo ahora. La marca es publicidad, promociones, servicio pre y post venta, presentación entre otros. Las redes sociales son un elemento importante pero según nuestro segmento pueden no ser suficiente o incluso llegar a ser irrelevantes.
Otro elemento en el que debemos trabajar es la eficiencia en la empresa. La crisis penaliza a las empresas poco eficientes y esta crisis además ha aumentado la obsolescencia de procesos y equipos en las empresas. La tecnología debe ser adoptada para actualizarnos y cortar esa brecha que tenemos con países vecinos y el resto del mundo.
Conocer las tendencias mundiales es importante, y más aún las tendencias en nuestro sector. Tenemos algunos años de retraso en muchos sectores y ese diferencial se suele cerrar rápido después de las crisis, aquellos que conozcan y entiendan esto tendrán una ventaja competitiva grande.
El 2019 será el año más duro que hayamos vivido pero también debe ser la antesala del cambio, hay que empezar a trabajar desde ahora esos elementos diferenciadores que son necesarios, no solo para sobrevivir la crisis sino, para ser líderes en nuestros sectores y hacer que este crisis haya sido un trampolín y una verdadera oportunidad. Si no empezamos ahora a prepararnos para después de la crisis es posible que hayamos aguantado lo peor para perdernos lo mejor.
