Economía

La nueva CANTV

La telefonía en Venezuela se inicia como empresa privada, cuando en 1882, Guillermo Holding, telegrafista de la Guaira, instaló 2 teléfonos ubicados en Macuto, Maiquetía y la Guaira. Un año más tarde la Compañía Internacional de Teléfonos de New Jersey instaló una red telefónica en Caracas. Más de una docena de empresas de origen norteamericano se instalaron en la ciudad pero “el capitalismo salvaje” originó que quedase la más eficiente; Venezuela Telephone and Electrical Appliances Co. En el interior del país proliferaron otras pequeñas empresas propiedad de comerciantes locales. Inclusive hacendados lograron el permiso necesario para tener comunicaciones entre sus casas y sus haciendas. Sew utilizaban teléfonos de manilla a través de los cuales el usuario se comunicaba con un empleado, generalmente mujer, para lograr la comunicación deseada. La manilla movía un magneto, cuyo fin era generar la electricidad necesaria para iniciar el proceso. Tras establecer el contacto con la oficina, todo quedaba en “manos de esta”. El magneto de estos teléfonos fue objeto de otro uso. Las policías represivas lo utilizaban para generar electricidad y aplicarlas a partes sensibles del prisionero y lograr alguna confesión. Pero continuemos con el cuento del teléfono. La operadora era informada sobre los deseos de comunicación del usuario.

-Carmencita; ¿me puedes comunicar con Doña Dolores?

Y a continuación, antes de hacer la conexión solicitada, en muchas ocasiones se iniciaba un diálogo entre operadora y usuario. Con la manipulación de unos cables, introducción de clavijas, movimiento de manillas, se interconectaban los teléfonos. Si la operadora era proclive al chisme, se dedicaba a escuchar la conversación para después difundir el asunto entre sus amigas. La comunicación no era óptima y las voces, a medida que la distancia era mayor, sonaban distantes. Muchos buenos embusteros, cuando llamaban a sus esposas modificaban la voz, imitando a la que so oía en largas distancias para hacerles creer que estaban en poblaciones lejanas, cuando lo que estaban era apechugados con alguna amiguita, muy cerca de casa. En Turmero, desde donde escribo estas líneas, la oficina de los teléfonos estaba ubicada en el cruce de las calles Bolívar y Ribas.

En 1930, con capital privado se fundó CANTV. Comenzó su expansión y en el año 1953 fue adquirida por el Estado. Progresivamente se fueron absorbiendo esas pequeñas empresas privadas. Una de las últimas que recuerdo fue la de San Fernando de Apure. Operaba una empresa telefónica de capital privado denominada “Empresa de Teléfonos San Fernando de Apure”, propiedad de Emilio Rodríguez Sainton, secundado posteriormente por su hija, la muy destacada dama de negocios Doña Aída Rodríguez de Le Maitre.

Y empezó el vía crucis. Obtener una línea telefónica era en extremo difícil. Los corruptos funcionarios públicos que manejaban la empresa cobraban “un ojo de la cara” por asignar un teléfono. La tarifa (del servicio telefónico, no la del corrupto funcionario) eran Bs. 30,00 mensual y no existía discado directo. Para comunicarse con otras poblaciones había que solicitarlo a una operadora. Pude obtener una línea, gracias a la influencia de una vecina en el año 1985. Para utilizar el servicio, levantaba el auricular y había que esperar tanto tiempo para lograr “línea” que opté por comprar un amplificador. Esto me permitía realizar otras labores y estar atento al momento en que el teléfono “daba tono”. Entonces podía comenzar a discar. Si se trataba de larga distancia, lo más probable era que resultara ocupada la línea. Vino la privatización y en poco tiempo las cosas mejoraron notablemente. Comunicación con todo el mundo de forma instantánea, ausencia de ruidos molestos, asignación de teléfonos casi inmediatamente, opciones de teléfonos inalámbricos, identificadores de llamadas, etc. Hubo algunas quejas, siempre relacionadas con las tarifas y cobros que algunos consideraban injustos. Muchos de ellos estaban relacionados con llamadas a sitios desconocidos pero la mayor parte de ellas se relacionaban con “líneas calientes”. Entretenimientos vicarios de los retoños. La injustificada vergüenza de los padres era la barrera para la continuación de la denuncia. Se instalaron los bloqueadores y fin del problema.

El costo de mi servicio telefónico lo pago con puntualidad. Según mi factura, me corresponde pagar antes del día 15 de cada mes. Pero lo inoperante de quien reparte el correo, creo que IPOSTEL (empresa del estado), trae como resultado que la facturación llegue con retardo. La solución era simple. El día 30 del mes anterior a la fecha del pago, me comunicaba con el 155. Allí me informaba del saldo pendiente. Ya desde el mes pasado es evidente que la CIA o algún otro organismo del imperio se han dedicado a sabotear la flamante empresa del estado. Hoy, 17 de abril pude conocer por esa vía mi saldo. Por supuesto, ya la factura está vencida y es probable que el banco no me reciba el pago y tendré que acudir a alguna de las congestionadas oficinas de la bolivariana empresa. Claro, imagino que nuestros cuerpos de seguridad no detectarán al saboteador al estar ocupadísimos buscando al magnicida que debe estar oculto quien sabe donde. La factura real, escrita en papelito, detallada, quien sabe cuando llegará porque la oficina de correo de Turmero está “en remodelación” y cerrada por ese asunto desde hace más de un mes. Tengo ya sin recibir los estados de cuenta dos meses, incluyendo el actual.

Hay otra señal alarmante en la nueva empresa. Algún agente del imperio debe tener amenazados o secuestrados a los muchachos de información. En horas que llamamos “de oficina” el 113 da un tono de ocupado. Ni siquiera me dicen “nuestros operadores se encuentran ocupados, etc, etc”. ¡N¡. Simplemente, no hay comunicación. ¿Volveremos a caer en lo de antes o serán asuntos transitorios? Y otra preguntita que cual insecto molesto me viene a la mente ¿Para intervenir y escuchar las conversaciones de los denominados enemigos del estado, traidores o cualquier otro vituperio ¿Se seguirá el procedimiento legal o simplemente se pinchará la línea?. ¿Y si algún empresario es adverso al gobierno ¿Le sabotearán su línea? Veremos muy pronto los resultados. Ojalá no sean esas las intenciones del gobierno. Sería sucio y degradante. No creo que sea ese su procedimiento futuro.

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