Economía

Una segunda mirada al Plan de Ajustes

Mientras los ministros de la economía culminaban sus intervenciones iniciales en la presentación del nuevo plan de ajustes ante la Asamblea el día 4-6-02, la nación era impactada por el manifiesto que se atribuye a comandantes con mandos de tropa y, en algunas avenidas de la capital, podía observarse la protesta de choferes del transporte público, con la amenaza de una hora cero, en la búsqueda de aumentos y atención de la inseguridad. En parte, estos asuntos, expresan la profunda crisis política, económica y militar en que se encuentra Venezuela. Nos referiremos, en esta nota, a los instrumentos/criterios de mediano y largo plazo expresados por el Ministro de CORDIPLAN en tal oportunidad. Debe señalarse que el documento Propuesta para el consenso ((%=Link(«http://www.foronacional.gov.ve/»,»www.foronacional.gov.ve»)%)), no añade nada relevante a estos últimos.

Pueden señalarse, de todas maneras, algunas observaciones atinentes a las exposiciones del Ministro de Producción y Comercio, Ramón Rosales, y del de Finanzas, Tobías Nóbrega. Varios de los planteamientos de Rosales pueden considerarse pertinentes, tal cual señalamos en una nota anterior. En particular, porque una de las ideas centrales en su exposición fue la de crear un ambiente favorable para la inversión privada.

En el caso de Tobías Nóbrega, planteó, entre otras, tres ideas aceptables y dos polémicas. Dentro de las aceptables, se puede destacar su planteamiento de recomponer la mezcla que atañe a la descentralización; también, el de que la problemática de la seguridad social debe ser un tema de la sociedad venezolana; y la de que la transformación económica se consigue a través de las reformas estructurales, no siendo estas medidas de shock. Estas son aceptables, pero discutible es afirmar que los efectos del impuesto al débito bancario –que ahora será aumentado- son transitorios, porque sólo llegará hasta marzo de 2003; o, que el BCV “es un instituto autónomo”. Sobre esto último, no sólo se tienen las ejecutorías recientes de tal institución, sino los propios planteamientos del ministro Nóbrega sobre tal asunto.

Interesa para esta nota, el planteamiento de mediano y largo plazo de parte del ministro Pérez. Nos transmitió este ministro, un conjunto de ideas que serían la guía para los plazos señalados y sobre los cuales, según él, hay consenso.

En primer lugar, que hay que alcanzar la diversificación productiva. Sobre esto realmente no hay mayores disensos, pues es más viejo que Matusalén.

En segundo lugar, que hay que alcanzar un crecimiento desde abajo que, según él y las ideas que maneja, permite explicar casos tan diferentes –según nuestra percepción- como los de los países europeos después de la guerra y los del sudeste asiático. Basta revisar la literatura seria y planteamientos sobre aprendices, innovadores, late comers o industrializaciones tardías, para polemizar con lo indicado por el ministro.

En tercer lugar, la importancia que le atribuye a la solidaridad. Es sabido o conocido que, los seres humanos, pueden superar el hedonismo aunque existan condiciones de individualismo. Pero también que el colectivismo lo pueden asumir los ciudadanos por imposición, abandonarlo si es el caso o no desarrollar la solidaridad aunque se encuentren en un sistema donde se busca impulsar la importancia de lo colectivo.

En cuarto lugar, señaló Felipe Pérez que hay que mejorar la gestión pública. Sobre esta propuesta también existe acuerdo, lo que se puede observar es que en su planteamiento la profesionalización quedó restringida a que los funcionarios tengan una buena remuneración. Realmente, la propuesta, bastante trajinada en Venezuela y donde existen especialistas que deberían ser oídos, trasciende la remuneración y abarca criterios como el de permanencia en el cargo o, en otras ideas, podría tratarse también de crear una burocracia al estilo weberiano.

En quinto lugar, lo que concierne al FIEM. Propuso su cambio de nombre –lo cual no es realmente lo trascendental- y de que se aproveche el que no exista discrecionalidad. No dice nada el ministro, sobre que el gobierno del Presidente Chávez –y no sólo el ministro de CORDIPLAN que le antecedió- desarrolló la discrecionalidad, quitándole al FIEM parte de su sentido original. Por otra parte, él y el ministro de finanzas, han partido de afirmar que los fondos desviados –que han sido denunciados recientemente- fueron bien usados. ¿Dónde empiezan y donde terminan los criterios técnicos y la verdad? Aunque esto último, con tal actuación, no lo dejó claro, el ministro de planificación, terminó aterrizando con la vieja idea de Uslar Pietri de sembrar el petróleo.

En sexto lugar, planteó lo inviable que es funcionar con ingresos fiscales bajos, haciendo referencia a la necesidad de atender lo concerniente al área tributaria. Este ministro gusta en referir la contratación de asesores internacionales. Usando las prudencias y reconocimientos que deban tenerse en lo que es el aprecio internacional que puedan tener analistas y especialistas dentro de la profesión, puede uno preguntarse: ¿no existen en el país especialistas que puedan ameritar la mención del ministro?

En séptimo lugar, pueden englobarse dentro de estos criterios rectores para el mediano y largo plazo, lo que destacó como la importancia de la asimetría de la información y del poder político. Estas dos cosas, son bastante trajinadas en la literatura y las experiencias internacionales.

En resumen, no hay mayor novedad en los criterios esgrimidos y, lo presentado, no es una estrategia de desarrollo. Por otra parte, es llamativo que se omite lo acumulado en el ámbito internacional sobre las particularidades de los planes de ajuste y estabilización – sus secuencias, resultados, debilidades y rectificaciones-, que ha llevado a instituciones como el Banco Mundial a presentar reconsideraciones que pueden apreciarse como valiosas, en cuanto a elementos como prioridades sociales o participación del Estado, entre variados temas que han sido incorporados en los informes recientes de tal institución –aunque ya una de sus misiones haya expresado en Miraflores el 6-6-02 sus simpatías con el plan-. Lo que han presentado los ministros de la economía, representa solamente un plan de ajuste de corte fiscalista. Nada de esto, sin embargo, limita el voluntarismo del ministro Felipe Pérez cuando ofrece “éxitos tempranos” que podrían disfrutarse en un período de seis meses, que son los que también plantea para tener una propuesta más acabada.

¿Qué importancia tuvieron para el país, para el Presidente y sus ministros –los de antes y los de ahora- y para la Asamblea como instancia de aprobación, las llamadas Líneas Generales del plan… 2001-2007? ¿Son acaso tiempo perdido que nadie paga o tienen algún valor? ¿Están acaso los nuevos ministros purgados de este contexto institucional y político, donde los medianamente informados les han probado sus simpatías?

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