El Editorial

El plebiscito de 1957

El 15 de diciembre de 1957, el dictador Marcos Pérez Jiménez convocó un referéndum para decidir si la población aprobaba o rechazaba la reelección de su gobierno para el período 1958-1963.

A pesar de una fuerte presión militar y policial y de exigir a los funcionarios públicos pruebas de que habían votado por la continuidad del mandato del General, la verdad de los hechos demostró que Pérez Jiménez había perdido el plebiscito. Sin embargo, el equivalente de la época, declaró que el 99,9 % de los votantes habían aprobado la reelección.

Ante la evidencia de tamaño fraude que nadie creyó, y en particular los militares de la época, el impacto fue decisivo para lo que ocurrió un mes después, cuando fue derrocado el régimen el 23 de enero de 1958, fecha en la que Pérez Jímenez abandonó el país desde el Aeropuerto de la Carlota en un DC4 de la compañía norteamericana Pan American Airways, denominado popularmente como la vaca sagrada. El día 22 se había instalado una Junta Militar presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazabal, acompañado en primera instancia por el Coronel Araque, quien fungía como vicepresidente, el Coronel Pedro José Quevedo, Ministro de la Defensa, el Coronel Roberto Casanova, Ministro de Relaciones Exteriores y el Coronel Abel Romero Villate, Ministro del Interior. Luego se le pidió la renuncia a los Coroneles Casanova y Romero Villate, quienes fueron remplazados por Eugenio Mendoza Goiticoa y Blas Lamberti y en la Secretaría de la Presidencia fue nombrado el Dr. Edgar Sanabria. La Junta cumplió su cometido y convocó a elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el domingo 3 de diciembre de 1958, resultando ganador Rómulo Betancourt con el 47,4% de los votos. A partir de esa fecha se da inicio a lo que se denominó la era democrática.

Es evidente que la historia no se repite. Sin embargo, no es infrecuente que tengan influencia los buenos ejemplos.

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Un comentario

  1. Cuando los partidos no dejan renovar la democracias estás involuciónan y la edad es a los 40 años. La vida es movimiento y al estancarse se convierten en dictaduras. Lo que desea el ciudadano es trabajo digno, educación de calidad y seguridad en todos los aspectos.

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