El tortuoso camino del diálogo
Algunas declaraciones del presidente y del vicepresidente lucen más bien como provocaciones para que la oposición haga mutis por el foro. Quién puede considerar aceptable que uno diga que encarriló a la oposición y el otro que no sabe qué palabra usar, en vez de fascistas, para calificarla.
Y si Maduro pretende que lo que está en juego son dos modelos políticos, en todo caso sería entre totalitarismo y democracia, que más que modelos políticos son concepciones antagónicas en cuanto al respeto de los derechos humanos.
Aquí está en juego la viabilidad de Venezuela que por un cúmulo de errores, políticos, económicos y sociales, ha caído en un estado de anomia y de quiebra económica y moral.
No querer entender eso es una condición sine qua non para producir la mayor catástrofe de nuestra historia con quien sabe cuántos muertos más antes de que se alcance la sindéresis requerida para reconstruir nuestro país.
¿Monólogo o diálogo?