Eso no fue el 19 de abril
¨Quien controla el pasado controla el futuro.Quien controla el presente controla el pasado ¨George Orwell
Una de las características comunes a todo gobierno totalitario, autoritario o dictatorial, es su pasión por lo fastuoso. Desde el Imperio Romano existe la convicción de que al pueblo hay que darle pan y circo para mantener a raya a la plebe.
En la Venezuela bolivariana, que no se caracteriza precisamente por su originalidad, se copia descaradamente las prácticas consagradas en los regímenes totalitarios.
Los desfiles de las milicias tienen un tufillo que las asemeja a los de Corea del Norte. El uso y abuso de las franelas rojas nos trae a la memoria las camisas pardas y negras del fascismo del siglo XX. El uniforme que utiliza el presidente comandante es una copia, mal hecha, del único y auténtico comandante, el jefe supremo de la isla.
Lo que si se puede acreditar como propio es la cursilería con la que se pretende evocar la gesta emancipadora. Querer convertir a Bolívar y Miranda en precursores del socialismo es como tratar de encontrar una explicación lógica a la cuadratura del círculo.
Lo mismo ocurre con las alegorías al 19 de abril pintándolo como lo que nunca fue. Tratan de hacernos ver que lo ocurrido en esa fecha fue algo distinto a la petición de restablecer los derechos legítimos de Fernando VII , usurpados por las tropas invasoras de Napoleón. Además, no se trató de una epopeya militar sino de un acto eminentemente civil, cuya principal motivación fue restablecer el estado de derecho confiscado por el autócrata corso.
Los comunistas siempre se han caracterizado por su manía de reescribir la historia. ¿ Acaso es posible, en la era de Internet, manipular los textos históricos para pintarlos de rojo?. Hoy afortunadamente los archivos son ubicuos y todos podrán ser encontrados en el ciberespacio.
Así es que aunque crean que pintando fachadas lograran inculcar una nueva visión de la gesta emancipadora lo que en realidad producirán es el afianzamiento del espíritu libertario del venezolano. No se tratará ya de la mano solitaria del canónigo Madariaga la que señalará que no lo queremos, sino la de millones que en septiembre le dirán basta a este patético e ineficiente gobierno.
