Más allá de las sanciones
Parece cierto que las sanciones aplicadas a Pdvsa por el gobierno estadounidense, no son trascendentales en cuanto a sus operaciones de exportación; también puede admitirse que las sanciones son, de alguna manera, otra muestra de la soberbia imperial.
Pero también es cierto que ni el país –ni Pdvsa- nada ganan con las explosiones de patriotismo en las cuales se está cayendo. Así como el Presidente de la Asamblea Nacional deja claro que Venezuela es un país soberano y que le vende su petróleo a quien le da la gana, igualmente Estados Unidos es un país soberano que le compra el petróleo que necesita a quien le dé la gana.
Con aspavientos sobresaltados para consumo de las masas –cada vez más reducidas- Pdvsa no va a vender ni un barril más ni a Estados Unidos ni a nadie; y aunque sea cierto que todos debemos defender a Pdvsa, la oposición al menos debería explicar al público cuál es el origen real de las sanciones, que Washington hizo varias advertencias y que por una simple terquedad política del Presidente todos estamos corriendo el riesgo de que las cosas se compliquen aún más.
A estas alturas del siglo XXI, los partidos y dirigentes de la oposición no pueden tener temores a decir verdades. El manejo político erróneo de Pdvsa en lo nacional y en lo internacional nos puede terminar costando demasiado caro, y la oposición debe explicarlo con valentía y con sinceridad.
Si no lo hace, se convierte en cómplice del manejo suicida de la industria y los ingresos petroleros.
