Reivindicar a CAP
El peor error histórico que se cometió a finales del siglo pasado fue el golpe de estado judicial con el que se destituyó a Carlos Andrés Pérez.
Ya el golpe de Estado militar había sido un retroceso histórico fatal en un país que, con todas sus fallas, se había encaminado por la civilidad democrática, dejando en el pasado el aventurismo militar como solución.
Pero que personalidades relevantes de la vida civil unidas a un partido fundamental en el desarrollo democrático de Venezuela preparasen y articulasen una maniobra abyecta, condujo al desprestigio de la democracia como la mejor forma posible de gobernar.
CAP estaba dando un giro fundamental en el reordenamiento de la institucionalidad democrática al promover y llevar a cabo la descentralización del poder con la elección directa de alcaldes y gobernadores, lo que evidentemente no fue del agrado de los que dirigían su partido pues permitieron que lo sacaran del poder con la urdida maniobra judicial.
Pero CAP no solo impulsó la descentralización, sino también el inicio de un cambio de modelo de desarrollo, en el que se abría el espacio a otros actores que superasen el viejo esquema del estado empresario y prepotente.
¿Qué se logró con esa nueva Cosiata? Lo que hoy padecemos, un militarismo desbocado que acabó con la institucionalidad y el desarrollo de Venezuela.
Plenamente de acuerdo. CAP nunca fue santo de mi devoción pero su plan durante el segundo gobierno, particularmente despues de la intentona golpista del engendro de Sabaneta, estaba comenzando a apuntar al pais hacia un mejor modelo de desarrollo. Las politicas que iniciara Miguel «Paquetico» Rodriguez estaban bien pensadas y hubieran podido llevar al pais a una situacion economica mas sostenible y con mas probabilidades de un desarrollo mas exitoso; en un pais con una población y una dirigencia mas madura, claro está.
Ocurrió la colucion de los «cogollos» para permitir la defenestración de CAP y eso dió al traste con la poca confianza que podría quedar por el sistema democrático. La elección de Caldera y el chiripero fue expresión de los últimos estertores de la otrora exitosa democracia nacional. Triste final que otros países parecen no analizar y comprender en su totalidad para evitar caer en los mismos errores.