Una mejoría sería dejar de mentir sobre mejorías

Cada vez que habla Maduro asegura, insiste, en que Venezuela está mejorando. Devastada por las lluvias, arrasadas ciudades por ríos salidos de cauce, con el Banco Central haciendo esfuerzos por contener una caída incontenible de la moneda, con sueldos miserables y hambre permanente, es muy difícil que los venezolanos crean en la mejoría del país.

Pendiente de su proyección en la ciudadanía, y amenazando con buscar su reelección, Maduro se equivoco al tratar de hacer creer en una mejoría que nadie percibe. Mucho más honesto sería reconocer ante el país que las cosas siguen mal, que Venezuela está en pésimas condiciones y que los venezolanos, con muy contadas excepciones, lo pasan cada día peor.

Eso debería hacerlo, eso es lo que hace un dirigente de verdad. Pero ni se atreve ni posiblemente lo permitan quienes lo rodean. ¿Cómo decirle a los venezolanos que el líder del castrochavismo reconoce que se han perdido 23 años de revolución y que esta no ha sido más que un palabrerío sin sentido?

Venezuela no está mejorando, todo lo contrario, porque aunque está teniendo una muy ligera mejoría en lo económico, el hambre, la miseria y la angustia crecen mientras los ríos que no fueron tratados adecuadamente cuando había tiempo para ello, se lo llevan todo por delante.