Harry Abend: Arte Público de la Democracia en Venezuela
La abstracción es una constante en la obra Harry Abend y materializarla en Arte Público. Estamos ante la racionalidad mutada en sensibilidad su lenguaje plástico sigue de cerca tanto a la Bauhaus, al constructivismo ruso como al neoplasticismo que busco a través de tensiones visuales y conceptuales fundamentadas en la horizontalidad y verticalidad, junto a los colores primarios y los no colores —entre los que se incluye el gris— materializar la expresión de la abstracción en una búsqueda por atrapar la esencia de la realidad para manifestar plásticamente la universalidad, que sólo podría ser materializada por un medio directo y abierto a travaés del cual atraparía la esencia de la realidad, trascendiendo la inmediatez.
Esta búsqueda por la armonía universal a través de un lenguaje geométrico y objetivo, sigue de cerca el esfuerzo del filósofo holandés Baruch Spinoza, quien intentó establecer los principios de la ética y la justicia por vías que excluyeran la arbitrariedad, gracias a una fundamentación lógica matemática, de ahí el título de su libro Ética demostrada según el orden geométrico. Gran parte de la abstracción como lenguaje plástico pretende hacer visible las leyes del universo al develar sus armonías ocultas, al vincular las matemáticas a formas esenciales, razonamientos que tienen sus raíces en la filosofía pitagorica, al vincular una numerología sacra a determinadas formas geometricas como son el punto, la línea, el triangulo, etcétera. Y al hacer esto nos acerca a las semillas de la realidad, de ahí que muchas de estas corrientes estuvieran vinculadas a la teosofía, a la mística y a la filosofía oriental, por esta razón Mondrian al reflexionar sobre este arte lo veía como una “visión verídica de la realidad” y una de las funciones que daba a su pintura, era la de iluminar al espectador, estableciendose así una clara relación del arte con lo sagrado
Alcanzar esa sencillez es un riesgo, puede suceder algo como no pude suceder nada; yo siempre he pensado que nosotros los artistas debemos tomar riesgos.[1]
La abstracción es un lenguajes plástico que pugna por liberarse de la tiranía de la inmediatez sensorial, este sentido se hace presente en los relieves en cemento que creo Harry Abend para el Complejo Cultural Teresa Carreño, cuya construcción se inicio en la presidenca de Carlos Andrés Pérez, 1971, y lo inaguro en 1983, el presidente Luis Herrera Campins. En él Abend creo para Caracas y Latinoamerica una obra de arte adaptada a la arquitectura paradigmática, donde a través de la línea como recurso plástico crea tensiones conceptuales y visuales basandose en la verticalidad la horizontalidad, en el afuera y el adentro a la búsqueda de la forma pura como belleza.
Crea el artista un paralelo con la musicalidad atonal, que nos obliga a alejarnos de las armonías conocidas para acercarnos a un universo sonoro. Por medio de un material como el cemento que domina los espacios de la contemporaneidad en términos utilitarios y constructivos. Estamos ante formas puras, materializadas a través de esta piedra tecnólogica, que evaden cualquier asociación con la realidad y que nos enfrenta así ante climas que asumen el cambio y la transformación como constante, esto hace que la obra se convierta en metáfora de una cultura universal que afirma la individualidad, y se apoya estéticamente en ella.
En términos plásticos esto se manifiesta en el elemento básico de este abecedario geométrico: la línea permutada una y otra vez lateral y verticalmente, que al ser percibida muta la identidad en diversidad creativa. Estamos ante una abstracción que se hacerca a lo simbólico, tal como se representa en el arte tradicional, donde las formas geométricas derivan de una realidad natural o mítica, tal como ocurre con la greca escalonada en Mesoamérica, vinculada a las divinidades del aire y el huracán. Situaciones similares ocurren en Persia, Creta y Grecia, donde las formas abstractas no se desligan de sus orígenes. El lenguaje abstracto de Abend es su propio referente, no hace relación a otra realidad que no sea la obra en sí y lo que ella logra comunicar. Transforma la uniformidad del cemento de este complejo cultural, dandole a sus muros vida propia, utilizando las cualidades plásticas del material, que deja de ser un simple soporte para evidenciar tanto sus cualidades estéticas como su plasticidad.
En cada uno de sus relieves o murales estamos ante una geometría sensible, a través de tensiones visuales y conceptuales con elementos mínimos como serían la líneas, el rectangulo, el cuadrado, el círculo. A pesar de la limitación de este vocabulario evidencia el creador las infinitas posibilidades expresivas de estos elementos, destaca que lo importante no son los elementos constitutivos del lenguaje sino las relaciones que establecen entre sí. Esta es una de las claves de la abstracción: un arte de relaciones. En su trabajo escultórico con otros materiales, como el acero, crean una abstracción que se hace eco de la linealidad y rectangularidad que caracteriza tanto a la lámina de acero como la cabilla. Estamos ante un anhelo constructivista, pues el artista hace de las formas y materiales una constante. Así con otros materiales como la madera, la despoja de su piel y de sus formas naturales para acentuar su carácter abstracto; al convertirla en eco de una geometría organica que hace del espacio un continuo diálogo entre la materia y el vacío, entre existencia y la inexistencia, tal como se afirmo en su exposición en la Sala Mendoza en 1995. El artista visual ha ido creando una realidad autónoma que rehúye lo figurativo como una manera de acercarnos a lo que está más allá de lo aparente.
Al ver los monumentales relieves hechos para el teatro Teresa Carreño entre 1980 y 1982, se observa que estamos ante un elemento plástico que transmitió una nueva vitalidad a la edificación, dotándola de liviandad además de enriquecer visualmente la uniformidad de los encofrados en concreto que hacían visualmente pesada su estructura. En el proyecto original de este complejo cultural, no estaba planeado cubrirlo con relieves de cemento, un error en el fraguado de los encofrados hizo que se corrieran varios centímetros, perdiendo la estructura la uniformidad visual que se deseaba lograr en esos planos de hormigón; ante este problemas se buscó la solución de recubrir con relieves esas superficies y ocultar de esta manera el error de construcción. Al enfrentarse a este reto la técnica de Abend, se tuvo que adaptar a estas condiciones, pues los murales no podían descargar su peso completamente sobre el complejo, por esta razón estos paneles se apoyan sobre una estructura de acero que es la que entra en contacto con la pared y descarga el peso sobre un punto específico y no sobre el muro. Esto creó una manera particular de ir armando los relieves, panel por panel, de abajo hacia arriba, integrándose estas áreas a los muros que parecieran ser parte original de la obra y no un agregado posterior.
Cada uno de ellos se convierte en unidad plástica por sí misma, pues tiene un ritmo compositivo diferente. La serialidad que los caracteriza, hace uso de la misma forma muchas veces para lograr combinaciones inimaginables. En este caso particular son líneas horizontales cortadas, ubicadas una al lado de la otra, que generan un ritmo y movimiento visual a través de las variaciones en la distancias entre ellas y en sus profundidades, que transmiten dinamismo a la pesada estructura al provocar que el vacío la penetre. Estas líneas horizontales en conjuntos simétricos y asimétricos evitan la monotonía visual, mientras que las distintas profundidades de las líneas establecen una obra dinámica y cambiante, pues al interactuar con la luz solar crean juegos de luz y sombra con las diversas horas del día. Estos elementos se convierten en una vía para transmitir temporalidad al complejo arquitectonico. Así el paso del tiempo deja sus huellas en él, materializando algo tan impalpable como el devenir.
Harry Abend, enfatiza la mineralidad del cemento, debido a su énfasis en la abstracción geométrica. El acabado que logra transmitir en cada relieve es de una brillantez y lisura difícil de lograr con este material, dando la apariencia de una piedra natural; para poder materializar esta textura el artista trabajó con encofrados de fórmica.
Este lenguaje escultórico se ha ido desarrollando a través de diversos materiales y una de sus constantes ha sido la serialidad, utilizada como un recurso para para dar ritmo y un movimiento potencial gracias a combinaciones simétricas y asimétricas evidenciando una visión inédita en el espectador, que va develando formas dentro de formas. Dentro de los artista que han mutado la funcionalidad utilitaria del el cemento en materia plástica, Abend ocupa un lugar especial, pues ha ido creando un lenguaje escultórico personal a través de los relieves integrados a la arquitectura, transmitiendo expresividad a cada pieza a través de líneas que se mutan en volúmenes, asumiendo formas que había evitado como ocurre con el círculo, estableciendo un juego entre lo positivo y lo negativo, el anverso y el reverso, el arriba y el abajo de formas similares que se convierten en otras gracias a las combinaciones creadas. Nos demuestra así cómo con pocos elementos se puede dar nacimiento a un universo plástico sin caer en el agotamiento formal.
Destaca entre sus obras el conjunto escultórico en concreto integrado por cuatro semicírculos para el edificio La Pirámide del Centro Comercial Humbolt de Caracas, estos recursos los usa Harry Abend para dar ligereza al cemento, en esta obra emplea la circularidad de las cuatro esculturas que están sostenidas sobre su parte posterior, transmitiendo una sensación de equilibrio precario que se contradice con la pesadez del material. No estamos ante una relación agresiva con el vacío, sino que se transmite una sensación paradójica en el espectador, debido al posible rodamiento de la estructura, sensación reforzada por el espejo de agua sobre el que se sustentan las esculturas, y que a su vez ayuda a crear una tensión entre el arriba y el abajo. Esta es una obra a la que el artista transmite liviandad y un ritmo cíclico debido a la circularidad.
De esta manera establece diversos niveles de percepción, pues la forma varía según la percepción que se tiene de él; la obra se convierte así en una metáfora de cómo la realidad cambia de acuerdo a la escala y al tipo de percepción que se tenga de ella, pues en el universo no existen verdades duras sino relativas, que dependen de los límites sensoriales y los códigos culturales del perceptor.
[1] Harry Abend, entrevista de Ariel Jiménez con motivo de su exposición Harry Abend: esculturas y xilografías en la Sala Mendoza, Caracas, 1995.