Cachicamo trabajando pa’ lapa
La pasada semana comentamos y ponderamos el acto en el que participaron los candidatos a las elecciones primarias de los demócratas, por lo bien organizado y por haber dado la sensación de que el encuentro era un reflejo de unidad y de respeto entre los convocados.
Tal encuentro fue calificado de «DEBATE», aun cuando, en realidad, no fue un debate como tal. Fue, si se quiere, una secuencia de puntos de vista, repuestas y de opiniones de cada uno de los candidatos ante determinados temas. Todo transcurrió muy bien. Hubo cordialidad y respeto entre los participantes. Sin embargo, cuando se llegó al momento del cierre del evento, hubo un detalle discordante, que sembró interrogantes y comentarios adversos. Sucedió que todos los CANDIDATOS, agarrados de las manos coincidentes y alineados en el escenario, intentaron dar señales de un acuerdo motivado precisamente por la unidad, como por la voluntad del entendimiento .
Sin embargo, cuál no sería la sorpresa de lo que habría de producirse en la conformación del hecho voluntario, cuando al gesto unitario, curiosamente, no se sumó la candidata María Corina Machado. ¿Motivo?. Sencillamente, se rehusó a unirse al acto en la estructuración del «GESTO».
Obviamente, como era de suponer, el hecho generó una serie de ruidos, de opiniones y de comentarios. ¿Motivo?: el gesto individual empañó la imagen y el acto unitario. Pero, además, casi todos los comentarios que se expresaron, al no saberse las razones de la reacción, como de la inconformidad, fueron finalmente manifestaciones en contra de la candidata María Corina Machado. ¿Razones?: , pasaron a ser expresiones y motivos de mucho peso, y se convirtieron en el punto de partida de lo que luego habría de ser un motivo de múltiples comentarios entre los asistentes.
Sin duda alguna, y porque ese fue el motivo que provocó la mayoría de los comentarios de los asistentes que intervinieron, el hecho de que la Candidata no hubiera levantado la mano junto a todos los demás compañeros de propósito electoral, fue una desafortunada decisión de quien descartó la idea de la sumatoria afectiva . Porque, con dicho gesto común en el ámbito de la denominada hermandad criolla, sólo se intentaba dar una señal positiva de unidad entre los candidatos y su propósito de identidad, y motivación con los electores. Además de que, según el mensaje y connotación del hecho de los asistentes, no interfería en cuanto a estar o no de acuerdo entre los candidatos.
Lo cierto es que el ruido que produjo el hecho, terminó por convertirse en una situación que debe ser solucionada entre quienes andan en procura de acercamientos, trabajo compartido y en beneficio de ellos, que, al fin y al cabo, se traduce en favor de la necesaria unidad y del triunfo electoral a futuro.
Indiscutiblemente, lo cierto es que, en la actualidad, María Corina Machado, y sin ánimo o intención de magnificar favoritismos o ponderación motivacional, ella se ha convertido en una ilusión y esperanza de triunfo en favor de la Democracia y en contra del REGIMEN. Expresar opiniones contrarias, innegablemente, es negar lo obvio: todas las encuestas le dan una amplia ventaja sobre los demás competidores. Inclusive, en los medios de comunicación social que le han realizado diversas entrevistas, la referencia descriptiva de dichas conversaciones se han traducido en la difusión de vocerías de valoración de sus ventajas, y, además, en puntos de vista de otros liderazgos que no han dudado en expresar manifestaciones de solidaridad, mientras que el efecto positivo ha sido coincidente con la propuesta que personifica la candidata.
Existe otro elemento que no puede ser subestimado, y es que, adicionalmente, ante el hecho de habérsele inhabilitado ILEGALMENTE, a la candidata la victimizaron, a la vez que catapultaron su popularidad y respaldo ciudadano. Además de que la interpretación del caso incluyó todo tipo de protestas y de apoyos nacionales como internacionales de países y organizaciones multinacionales, como fueron los casos de instituciones como voceros de las Naciones Unidas, OEA, Comunidad Europea, etc.
Desde luego, aún faltando 3 meses para la celebración de las elecciones primarias, hay una incógnita que no se puede subestimar ni minimizar en su propósito. Y tiene que ver con lo que sucederá con el proceso como tal, cuando el entorno base del evento está supeditado y relacionado con una verdad -o posibilidad- de lo que significa el hecho de celebrar elecciones en Venezuela. ¿Las habrá?. Porque lo cierto es que aquí, en materia de elecciones, todo puede suceder.
De hecho, bastaría con calibrar procesos similares recientes en el resto de América Latina, apreciar lo que ha sucedido y en qué se han traducido las respuestas gubernamentales. Las mismas se han distinguido por el hecho de que en la región, cuando el tema es electoral, sucede todo tipo de sorpresa, y no precisamente a favor de la Democracia.
Ante el caso venezolano, es aventurado pronosticar anticipadamente un ganador entre los 14 candidatos. En una complicada Venezuela en donde cada candidato se cree ganador, también es probable que cada interesado en el triunfo tenga sus planes, estrategias, fortalezas, organización y estructura política o maquinaria de soporte. Adicionalmente, no menos importante y necesario es el rol que desempeñará el capital requerido para afianzar la capacidad y posibilidad competitiva De no ser así, desde luego, es preferible y recomendable aliarse o retirarse honrosamente, y no terminar haciendo un triste y pobre papel competitivo.
Ahora bien: ¿Cuál es el tema que impone una gran diferencia de opinión entre MCM Y algunos otros candidatos(as)?
La candidata María Corina Machado considera -Y CON TODA LA RAZÓN- que ir a unas ELECCIONES PRIMARIAS, implica que sea el SOBERANO el que escoja al candidato(a) ganador(a). Por lo tanto, es el que debería recibir todo el apoyo del soberano opositor, como de los demás candidatos y sus partidarios. ¿Motivo?: PARA IR UNIDOS en contra del candidato del REGIMEN, además de garantizar de esa manera el triunfo en las elecciones PRESIDENCIALES del año 2024 (Si es que las habrá).
Ahora bien, la diferencia de opinión radica en que algunos candidatos opinan que si el candidato(a) ganador(a) es indebidamente inhabilitado por el régimen, este debería ser reemplazado por el que llegó de segundo y así, sucesivamente. ¿Propósito?: Permitir que sea el RÉGIMEN Y NO EL SOBERANO quien escoja su candidato competidor, hasta llegar inhabilitando al que más le convenga, y a sabiendas de que hay dudas, ante la posible «conchupancia» entre algún candidato y el régimen.
Al final, por estar todos conscientes de lo que está planteado, qué significa competir en un proceso electoral en Venezuela, tiene sentido y hay que tenerlo presente: NUEVAMENTE, la realidad que traduce un hecho comicial en el país, impone que DEBEMOS INSISTIR en que estamos llamados a DEJAR LOS EGOS E INTERESES PERSONALES ATRÁS. EL ÚNICO OBJETIVO NO ES OTRO QUE ADMITIR QUE, SÓLO UNIDOS, PODEMOS COMPETIR, PODEMOS VENCER , ADEMÁS DE RECUPERAR Y DE SALVAR AL PAÍS.
