Dólar, combustible, Covid-19 e inflación
La pandemia del coronavirus, mal que también nos agobia, no ha detenido y/o moderado la espiral inflacionaria (hiperinflación) en Venezuela, pese a la “cuarenta total”que el régimen cuestionado impuso desde el 17/3, aunque aún así, no era posible lograr efecto positivo deseable alguno, ya que existe una crisis socioeconómica sin atisbos de superación; ni siquiera momentáneamente, prueba de ello está en los indicadores numéricos, además del poder el poder adquisitivo en particular, que no podrían edulcorar tales cuantías; así tenemos que durante marzo pasado la inflación acumulada registró un 145,3 %, que incluido un 21,2 % de ese mes, según la AN, agudizada por el aumento del dólar y la escasez de gasolina a causas de la desinversión y corrupción que han conllevado una carestía representada en esos valores, que por razones políticomilitares se decidió tal encerramiento, por presumirse un estallido social análogo al del 27/2/1989 y se escudaron en tal eventualidad epidémica para neutralizarlo mediante la cuaretena que en algunas regiones se ha concretado en aislamiento y hasta en toque de queda. Y, de emergencia epidemiológica pasó a tema político como por justificar, además, daños por las sanciones EEUU (¿?). En virtud de la incertitud y la ausencia de un solo atisbo por superar la crisis, se busca refugio en el dios US dólar, moneda de solidez inequívoca y asegurada a cualquier plazo y/o condiciones. Así, vemos como sobrepasa la barrera de los 118000, ante la soberbia de un régimen obcecado en su discapacidad, con amenazas potenciales sobre el mismo, que acaban de materializarse, sino de permitirle procurar tiempo y espacio ante una nación ruinosa y sojuzgada, ostensiblemente, que clama por otra liberación.