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El Edadismo

Estaba escuchando un  video que me habían mandado sobre el “edadismo”.  Nunca había escuchado ese término antes, aunque sí había pensado mucho en la edad y sus implicaciones.  Busqué la definición del término que había comenzado a ser utilizado en 1968 por el gerontólogo y psiquiatra Robert Butler:  “Estereotipificación y discriminación contra personas o colectivos por motivo de edad”.  Discriminación por edad…Interesante… 

Recientemente, mi hijo mayor estaba organizando un grupo para ir a Mérida.  Las circunstancias que atravesábamos no eran las mejores para viajar pero era una oportunidad que se le había presentado para conocer una parte de los Andes venezolanos y no la quería desaprovechar.  Por diferentes motivos el grupo hasta dos días antes de la fecha de salida estaba constituido solo por uno de sus amigos, la novia de este y mi hijo.  Aunque él hubiera preferido que otros amigos y amigas solteras que habían manifestado interés en el viaje hubieran logrado incorporarse al plan la realidad era que si quería hacer el viaje iría solo con el guía y la pareja.  Justo un día antes de viajar mi hijo me comentó que una mujer que trabajaba en otra oficina de su misma organización había manifestado interés en ir al viaje.  Nuestra conversación cuando me hizo este comentario fue algo parecido a esto:  “Mami, ¿sabes que una señora de mi oficina se comunicó conmigo porque quiere ir al viaje?”.  “!Qué bueno, hijo!.  ¿La conoces?”.  “No, no la conozco.  Entiendo que es mayor.  Imagínate si es una viejita de 60 años…”.  En este punto de la conversación mis ojos se abrieron inundados de una profunda incredulidad, encontrándome a pocos meses de cumplir mis 60 años de vida y comencé a reirme a carcajadas.  Mi hijo se sonrió también al comprender lo que estaba pasando mientras yo le repetía:  “¿Una viejita de sesenta años?…¿Una viejita de sesenta años como tu mamá?…”.  Entre risas seguí diciéndole:  “Espero que esa viejita de sesenta años sea tan chévere y divertida como yo, que te haga el viaje más liviano, que sea alguien de quien aprendas mucho y con quien puedas quedarte conversando si la pareja en algunos momentos prefiere estar sola; que esté dispuesta  a tomarte las fotos donde quieras aparecer y a quien ayudes a cruzar los ríos como lo haces conmigo cuando salimos de excursion”.  Mi hijo sólo sonreía sorprendido él mismo de su comentario y diciéndome:  “La verdad es que no me dí cuenta de lo que estaba diciendo”.  Semanas después de su viaje todavía nos reimos de su comentario y probablemente lo haremos siempre que recordemos esta anécdota. 

No creo que sea la edad la que nos limita.  Nos limita nuestro cuerpo físico que a veces no nos permite ya realizar actividades que antes podíamos hacer ya sea porque nuestros ojos se hacen más débiles, porque nuestros oídos ya no nos permiten escuchar lo que antes escuchábamos, porque nos vamos haciendo más lentos o porque ya ni siquiera podemos movilizarnos como lo hacíamos antes.  Eso puede pasar a cualquier edad pero con la edad esas limitaciones pueden acumularse.  Lo importante es entender cuáles son nuestras limitaciones físicas reales y cuáles son las limitaciones impuestas por la sociedad o por nuestra propia mente.  Estas últimas las debemos superar porque debemos seguir soñando, viviendo y contribuyendo sin importar nuestra edad.

Nunca me he quitado la edad y creo que es porque mi madre nunca se la ha quitado  Ese fue el ejemplo que siempre tuve.  A mi madre le gustaba y le sigue gustando celebrar su cumpleaños y soplar sus velas.  Siempre me decía:  “Yo digo mi edad porque si me quitara años no sabría qué año quitarme.  Cada uno de los que he vivido ha tenido algo especial…Enseñanzas, vivencias, aprendizajes.  Agradezco cada uno de ellos”.  Hace apenas unos día celebramos su cumpleaños número 89 con unos mariachis excelentes, no obstante la pandemia.  A mi madre siempre le han gustado las rancheras y allí estuvimos solos nosotros y los mariachis, con algunos vecinos que bajaron a acompañarnos con máscaras y cumpliendo con el distanciamiento social. Mi madre, la protagonista y actriz principal, cantando y parándose de su silla de ruedas, a pesar de sus limitaciones, para bailar al ritmo de la música por momentos.  !Qué energía!.  !Qué ganas de vivir!.  Se merece todo porque lo dió todo y, gracias a Dios, ha tenido la oportunidad de estar bien cuidada y atendida. Todo el amor que sembró lo está cosechando.  Todavía hoy aprendemos de ella.  No habla mucho pero siempre dice algo interesante. Todavía se mete a la piscina, generalmente asistida por su nieto mayor. !Y nunca se ha quitado la edad, aunque yo ahora le digo que está cumpliendo 31 para que la edad no constituya un freno psicológico a lo que ella aún tiene para dar!

Siempre me ha gustado conversar con personas de todas las edades. Ese intercambio de conocimientos y experiencias entre generaciones me parece fundamental para nuestra sociedad. Espero que siempre podamos devolver lo recibido a quienes cuando nosotros los necesitábamos nos dieron todo.  Abuelos, padres, hermanos, tíos, maestros, vecinos, profesionales, prestadores de servicios…A todos los que vinieron antes de nosotros y nos hicieron el camino más fácil.

Respetemos a nuestros mayores…Exijamos respeto a nuestros menores…Sigamos sembrando mientras podamos…

!Prendamos una vela y pasemos la luz!…!Vivamos cada día como si fuera el ultimo!.

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