Opinión Internacional

La falacia de la exitosa gestión económica de los Kirchner

No soy economista ni tengo adecuados conocimientos referente a la materia, no obstante quiero en esta nota explicar lo que un lego opina sobre la marcha actual de la economía del país.

Uno de los “importantes logros” del gobierno de los Kirchner, probablemente uno de los sostenes más importantes de su gestión, es sin duda el haber logrado instalar en la ciudadanía “la sensación” de que el rumbo económico marcado por el gobierno es el que trajo aparejado el crecimiento  a lo largo de los años del régimen y el consecuente aumento de bienestar y la prosperidad de la población en general.

Este concepto  aún hoy es creído por muchos sectores de la ciudadanía.

En otras palabras, “la economía del kirchnerismo” constituye una de sus “triunfales” banderas, permanentemente agitadas ante la ciudadanía.

Nada más alejado de la verdad y de la realidad. Nada más engañoso y falso.

Es cierto que durante ese lapso la economía creció sostenidamente a tasas similares a las más florecientes economías de los países del lejano oriente.

Pero este verdadero record de crecimiento, se debe inicialmente al efecto rebote después de la salida de la convertibilidad y luego a factores totalmente ajenos a las medidas gubernamentales.

Entre ellos, a una creciente y expansiva tendencia positiva de la economía mundial, al bajísimo nivel al que había alcanzado la economía argentina en la crisis del año 2001 (era difícil caer más abajo), a la depresión de los salarios y a la cada vez más creciente demanda de los productos tradicionales que exporta nuestro país, en particular de granos y cereales.

Pero también la buena suerte que tuvo Kirchner, significó otro de los factores que impulsó la economía. Un solo ejemplo:

“… en el año 2000 el complejo sojero exportó por U$S 3.049 millones y en 2009, siendo un mal año por la seca, se exportaron U$S 13.000 millones. El precio de la soja en el 2000 estaba en el orden de los U$S 170 dólares la tonelada y en el 2009 en los U$S 450 por tonelada.  

En el año 2000 se recaudaron U$S 52 millones por derechos de exportación. En 2009, siendo un año crítico, se recaudaron el equivalente a U$S 8.6000 millones…” (ref.1)

Hubo siete años de superávit fiscal y comercial. El ingreso de fondos en las arcas del gobierno fue casi continuo. Probablemente el kirchnerismo debe haber sido uno de los el gobierno más favorecido en la historia de nuestro país.

La pregunta que debemos entonces formularnos es la siguiente ¿anduvo bien la economía bajo el gobierno de los Kirchner?

La respuesta es terminante: no, definitivamente no. La economía llevada por este régimen fue un verdadero desastre.

Para explicar la razón de esta contundente afirmación me remitiré a una de las tantas definiciones de la Economía: “Economía  es la ciencia que estudia la correcta distribución de los recursos escasos para satisfacer las necesidades del ser humano”.

En otras palabras, analiza la relación entre los recursos, que son de carácter limitado y las necesidades, que son de carácter ilimitado.

También es necesario explicar lo que significa “Desarrollo” para entender el objetivo de este artículo.

“Desarrollo” de acuerdo a lo que indica el diccionario significa “aumentar, acrecentar, perfeccionar, mejorar”.

Aplicado a la Economía “desarrollo” implica el crecimiento con variación del perfil productivo de la economía de un país o región. Es una modificación cualitativa, a diferencia del crecimiento que consiste en “más de lo mismo”, es decir, una variación cuantitativa.

Con estas dos definiciones podemos afirmar que “Crecimiento” y “Desarrollo” son dos conceptos bien diferentes.

Es innegable que nuestro país en estos siete años ha crecido (independientemente de las causas en las cuales poco tuvo que ver el kirchnerismo), pero ciertamente no se ha desarrollado.

 En otras palabras el enorme flujo de fondos que en este lapso fue alimentando al Estado, no fue utilizado por el gobierno para desarrollar al país.

Lamentablemente, ese crecimiento sostenido fue demagógicamente dilapidado y despilfarrado y las urgentes y prioritarias medidas que el gobierno debería haber adoptado en cuanto a inversión en infraestructura y reformas administrativas, fueron postergadas “sine die”.

Simplemente para dar unos pocos ejemplos del desmanejo y otros aspectos profundamente negativos de la economía se puede citar lo siguiente:

  • Inseguridad jurídica (falta de reglas claras y cambios intempestivos de reglas existentes).
  • Éxodo de empresas extranjeras, que por lo mencionado en el punto anterior, se trasladan a otros países, muchos de ellos, a países limítrofes
  • Falta de inversiones extranjeras.
  • Falta de inversión en la exploración de hidrocarburos y producción de energía (este aspecto fue alertado por los expertos ya en el año 2003 indicando los problemas que traería aparejada en el futuro).
  • Record histórico del gasto público y empleados estatales.
  • “Capitalismo de amigos” (adjudicación de obras y préstamos a amigos del régimen).
  • Fuga de capitales (se calcula que más de U$S 143 millones de dólares pertenecientes a ciudadanos argentinos se encuentran fuera del país).
  • Manejo personalista y absolutamente discrecional de los fondos públicos.
  • Utilización de esos fondos, no en aquellas obras o aspectos prioritarios para el desarrollo del país, sino como elemento básico para extorsionar, o comprar conciencias  y voluntades.
  • Economía fuertemente dependiente de Brasil y EE.UU. por el tipo de cambio.
  • Libertad económica limitada y en gran grado dependiente de la voluntad de Hugo Moyano, Secretario General de la CGT.
  • Descomunales subsidios a las empresas de servicios públicos. (por no haber actualizado progresivamente las tarifas de estos servicios desde la salida de la convertibilidad, las empresas se degradaron en sus prestaciones y actualmente su implementación traería aparejado seguramente numerosos conflictos sociales).
  • Descarado y vergonzoso falseamiento de los índices y parámetros socioeconómicos. ( el INDEC oficialista implementado en el año 2007 impidió a partir de ese momento conocer la marcha real de la economía).
  • Incumplimiento de la Carta Orgánica del BCRA en lo que respecta al uso de las reservas.
  • Imprevisiones e improvisaciones por la ausencia de un plan económico concreto (Nunca se explicó en que consistía el “Modelo”).
  • Default con el Club de París y miles de tenedores de bonos argentinos y mala relación con los organismos multinacionales de crédito. (ausencia de créditos).
  • Elevadísima inflación que para el año 2011 se aprecia alrededor del 30%.

Todos y muchísimos otros puntos que no se agregan en aras de la brevedad de este artículo, signados por una escandalosa corrupción oficial generalizada en los más altos niveles del gobierno, pocas veces vista en nuestro país.

El modelo de “crecimiento económico con inclusión social” tantas veces anunciado y hasta proclamado por la presidente, constituyó simplemente una retórica verbal que arrojó frutos totalmente diferentes a los que el gobierno prometía.

Hay más de un 32% de pobres en la Argentina (Los porcentajes no se saben con precisión, por el falseamiento de los índices del INDEC), una enorme cantidad de indigentes, una desocupación creciente, cada vez más trabajadores no registrados.

“Argentina sumergida en un «Modelo» que nunca supimos en que consiste, pero sea lo qué sea, está agotado por su ineficiencia, ineptitud y los hechos de la realidad que muestran lo difícil que se ha vuelto vivir en una Argentina con falta de nafta, luz, con conflictos sociales que no merman y no auguran nada bueno, con una inseguridad que no saben cómo combatir, pobreza descomunal, inflación galopante y falta de dinero entre otros flagelos. (ref. 2).

El país fue manejado como una propiedad privada, haciendo caso omiso a las leyes existentes y a la misma Constitución. El fallecido mandatario, con muy escasas nociones de economía manejó el país según su personalísimo criterio. Su doliente viuda en cambio, en su permanente confusión y divague mental, no tiene idea de lo que hay que hacer.

No hay el más mínimo atisbo de calidad institucional. Sin transparencia, sin datos oficiales creíbles, sin planes sustentables. Vivimos en un verdadero  aquelarre económico y el país bate records históricos luchando por los últimos puestos en el ranking de las naciones.

Todo es un contrasentido en este gobierno. ¿Progresista? No, en absoluto.

Si de acuerdo al oficialismo estamos económicamente tan bien ¿Por qué se paga nuestra deuda con las reservas del Banco Central? ¿Por qué hay miles de niños en el Norte que tiene serios riesgos de morirse de hambre? ¿Por qué se sigue endeudando el gobierno con los préstamos Intra-Estado (deuda con entidades del Estado)? ¿Por qué no se reajusta las jubilaciones con el 82%? ¿Por qué hay 4 millones de trabajadores en negro?

Pero para ser justo no todo es culpa del gobierno. Mientras este desorden económico mayúsculo ocurre ante nuestras ojos y narices, comprometiendo el futuro de las próximas generaciones, gran parte de la población, indiferente o anestesiada por el alto nivel de consumo, las famosas 50 cuotas sin interés, no se da cuenta que la inflación va carcomiendo sus escasas acreencias y por otro lado, muchos sectores empresarios de alto nivel, guardan un prudente silencio sobre este dislate, haciendo enormes ganancias en sus propios negocios.

Eso, es a mi humilde entender, la actual economía argentina y así somos, lamentablemente los argentinos. Y así nos va.

                                       

NOTAS:

(1)   Prensa Confidencial Nº 7637  07-12-10   

“En Manos de la Casualidad” por Roberto Cachanosky.

             (2) NOTIAR – 10-01-11 – “Confusiones y Realidades” por Alejandro Olmedo Zumarán.

 

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba