Opinión Internacional

Los bolichorros de Chávez

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Buenos Aires (AIPE)- Así como cambió varios símbolos patrios, Chávez debería cambiar el himno de su gobierno. Después de todo, no anda con pequeñeces. Al anunciar su actual gira mundial, empezando en la Cumbre del Mercosur de Córdoba, para luego seguir a Rusia, Bielorrusia, Irán, Qatar, Vietnam y otros países, declaró que se trata de un «esfuerzo por salvar al mundo… de tantas amenazas y guerras, de tanta hambre y miseria». Chávez se siente que es un salvador, se siente un verdadero dios.

Claro que parece un dios destructor, al estilo Lucifer. «Oigan esto, un F-16 puede lanzar un misil a una distancia máxima de 70 kilómetros… [pero el Sukhoi 30 alcanza] 200 kilómetros», se jactaba el presidente venezolano al explicar su decisión de comprar 24 de esas aeronaves rusas de destrucción.

Entonces, para su nuevo himno, debería contratar a «Los Pibes Chorros», una banda musical que causa polémica en Argentina porque sus canciones ensalzan a los delincuentes, pero están muy acorde con la situación de los «boli amigos» de Chávez. «Pibes», en lunfardo porteño significa niños y «chorros» significa ladrones.

La pobreza en Venezuela creció del 43% al 53% entre 1999 y diciembre de 2004. Tanto que varias organizaciones han establecido una nueva clase de indigentes para poder clasificar la realidad venezolana. Posteriormente, el número de pobres bajó levemente, pero nada en comparación a los precios del petróleo, que pasaron de 10 dólares por barril cuando Chávez llegó a la presidencia a más de 70 dólares por barril hoy. Recordemos que las exportaciones petroleras significan el 80% de los ingresos externos venezolanos.

En compensación de la extrema pobreza, analistas aseguran que otra nueva clase social prolifera en Venezuela, en medio de los intentos de Hugo Chávez por eliminar a los viejos ricos. La denominada «boliburguesía» es el nombre dado a los nuevos ricos, producto de los negocios del presidente venezolano.

El diario El Nuevo Herald publicó que el término deriva de «burguesía bolivariana» y que la componen banqueros, contratistas de petróleo y funcionarios que se benefician enormemente de los cuantiosos gastos sin control del gobierno.

Los analistas destacan que estos nuevos ricos se encuentran relacionados principalmente al petróleo, las finanzas, la construcción y sobre todo los altos funcionarios del régimen. Las nuevas e inmensas riquezas de los “nuevos empresarios” provienen de sus «contactos» chavistas en un país donde abundan los dólares, por ser el quinto exportador de petróleo del mundo.

Las ventas de automóviles Audi en Venezuela aumentaron 25% desde el año pasado. El whisky Chivas Regal duplicó sus ventas. En los últimos dos años se ha producido un incremento de 25% en compras de objetos de arte. »Los nuevos ricos gastan su dinero en cosas caras, no sólo aviones, sino incluso yates sofisticados», expresó un ejecutivo en Miami.

En tanto, un ex funcionario del Banco Central, José Guerra, destacó que »todas estas riquezas sólo pueden explicarse por la estrecha conexión que tienen estas personas con el gobierno, ya que se volvieron ricos con mucha rapidez».

Empresarios astutos y sin integridad no tardaron en aliarse con el gobierno. Por otro parte, a raíz de la prédica anticapitalista del chavismo, unas 7.000 empresas han cerrado, vendiendo sus instalaciones a precios bajos a los nuevos empresarios chavistas que sí logran operar con éxito. Además, la «revolución agraria» expropia las tierras de «antisociales» para cederla a invasores y a los amigos de Chávez.

Según informa El Nuevo Herald, entre los empresarios «astutos», figuran hombres como Wilmer Ruperti, uno de los primeros que apoyaron al régimen chavista. Actualmente, la firma de Ruperti es uno de los abastecedores más importantes de la empresa estatal de petrolera, Petróleos de Venezuela (PDVSA), y acaba de gastar 1,6 millones de dólares en una reciente subasta de Christie’s en la que compró dos pistolas que pertenecieron a Bolívar, el héroe de Chávez, pero quien en realidad representa todo lo opuesto.

En un mercado natural, las ganancias van, vía oferta y demanda, adonde los consumidores (las personas) deciden. Mientras que el estatismo no es otra cosa que el uso de la coacción y la violencia estatal para dirigir la vida y obra de los ciudadanos. Los beneficiarios del estatismo venezolano son los amigos de Chávez, la nueva burguesía de los bolichorros.

___* Analista político argentino.

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