Manipulación semántica y diálogos de paz
Siendo ello una consabida maniobra marxista leninista, desde que ese engendro hizo su aparición en la tierra como una de las peores desgracias humanas; por esa razón era que el dictador Soviético Stalin creía “que de todos los monopolios ejercidos por el estado, ninguno seria más crucial, como el monopolio de la definición de las palabras”. Porque como lo acostumbran los totalitarios, con las palabras gobiernan, manipulan y engañan y usan indebidamente esas palabras para ocultar la verdadera naturaleza de un acontecimiento, con lo cual se desinforma a la opinión pública; por lo tanto veremos a continuación como la jerga guerrillera, acomoda los términos a sus mezquinos intereses.
Es el caso de la palabra Pueblo, que para los marxistas y por ende para los cabecillas guerrilleros tiene dos acepciones, el Pueblo social y el pueblo político, el primero se compone de las masas, que se utilizan, manipulan y engañan de acuerdo a las condiciones sociales y políticas del momento, esas masas simplemente son herramientas, que se usan o se desechan, y prácticamente para los marxistas son despreciables. Por otra parte existe el Pueblo político, que escasamente puede estar compuesto por los militantes de una banda armada y algunos colaboradores, pero es la vanguardia, que le tiene que imponer a las masas, a las buenas o las malas sus dogmas, para la toma del poder que es la única razón de ser de la guerrilla marxista, pues el discurso miserabilista de la reivindicación de los pobres es un simple pretexto.También en la palabrería comunista totalitaria, las Farc mencionan a la “paz con justicia social” que sería como la construcción del paraíso terrenal en Colombia, cosa que no ha logrado ningún país del mundo en toda la historia, ya que los problemas de la sociedad y el estado, no solo se circunscriben a las cuestiones políticas, militares y económicas. También existen otros conflictos por comportamientos individuales, que afectan el entorno, en los cuales un acuerdo de paz entre la guerrilla y el Gobierno no tendría ninguna incidencia. Eso demuestra que el absolutismo de la guerrilla busca crear embelecos, al hablar de paz con justicia social, cuyo significado nos trasladaría a Hitler y Mussolini, quienes también proclamaban la emancipación de los pobres antes de tomarse el poder en sus respectivos países; de allí se deduce que la tal paz con justicia social, no es más que un truco dilatorio de parte de la guerrilla, para no desmovilizarse.Por otra parte dentro de la manipulación de términos por la guerrilla comunista se habla de conflicto social y armado, para no referirse al conflicto político militar, que es su verdadero nombre. Las Farc hace cerca de 50 años buscan tomarse el poder mediante la violencia, usando como estrategia la combinación de todas las formas de lucha. La manipulación del término social, se engrana dentro de esa estratagema, para dividir a la sociedad de forma maquiavélica, entre quienes están con el gobierno y los que están con la subversión, o sea el falso dilema entre la oligarquía y el pueblo, tomándose la guerrilla abusivamente el derecho que nadie les ha otorgado de suplantar a organizaciones sociales y sindicales. Eso quiere decir en buen romance que los representantes de la guerrilla solamente pueden dialogar en nombre de su tropa y sus colaboradores, porque las Farc no representan a la sociedad civil y los encuentros en Cuba deberían de enfocarse únicamente a la terminación del conflicto.De acuerdo a la manipulación semántica que hacen de las palabras los terroristas comunista de las Farc, es muy difícil que hagan dejación de armas ya que ello lo consideran como una capitulación; además, tampoco mencionan la entrega de las mismas, por si acaso llevarían los fusiles al cuarto de San Alejo. Salvo que logren del Gobierno una revolución por decreto y/o un contrato, en donde el país se convierta en la “tierra prometida”, solo buscarán dilatar al máximo las conversaciones, usando a voceros de organizaciones sociales y populares, porque a la guerrilla lo que le interesa es dialogar para fortalecerse, tomando la ocasión para publicitarse. Entonces la paz seguirá embolatada y la guerrilla con su jerigonza continuara torciendo los términos, para hacer interminables los diálogos.
