Opinión Internacional

Misión Führer

Finalizando el 2005, Chávez abrió otro frente, otro enemigo a quien culpar de su desgobierno: los judíos. Los compara con “las minorías que detentan las riquezas del mundo”, “descendientes de las que mataron a Cristo socialista, a Cristo Revolucionario”. Esto fue a propósito de un discurso que pronunció el día de Navidad en 2005, al estilo de las lecciones de su antiguo mentor Norberto Ceresole. ¿Será que está regresando a beber en la fuente fascista de los “carapintada”, ahora que está de luna de miel con los peronistas argentinos?. Existen algunos precedentes, como fue el hostigamiento a las instalaciones israelitas en Caracas hace un año, cuando su policía política armada como para una guerra allanó una escuela y un club judíos, provocando el pánico en niños en pleno horario escolar y mujeres en traje de tenis, sin que ocurrieran mayores consecuencias gracias a la oportuna intervención de un importante operador del Gobierno, según se supo aquí en París. Lo sorprendente es que el periodista Jean Hebert Armengaud, del diario Liberation está en estos momentos amenazado de perder su trabajo por las presiones bolivarianas y sus tarifados de la izquierda francesa contra su reciente artículo «Le credo antisemite de Hugo Chávez” (ver artículo en el anexo No. 1) y que, estoy seguro, lograrán su cometido debido a los intereses petroleros transnacionales que tiene Francia en Venezuela y que, de alguna manera, moverán sus hilos en el poder, solidarizándose con un gobierno que ha favorecido sus intereses allá lejos, en el Caribe.

Las palabras de Chávez en clara referencia a los judíos, no pasarían de ser una expresión trasnochada de un ignorante de la historia si no existieran los antecedentes de odio y violencia con los que sus seguidores han interpretado (¿obedecido?) sus discursos, manchando de sangre las calles y plazas de Venezuela o si no hubiera la discriminación fascista hacia una parte de los venezolanos que al buscar trabajo o tratar de obtener sus documentos de identidad son rechazados y excluidos, por el sólo hecho de haber firmado la petición de un referendo constitucional al encontrarse sus nombres y señas en una lista de uso cotidiano por las dependencias públicas. Esto sería inconcebible en nuestro querido país cuna de la Libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad que ahora acoge a los Círculos Bolivarianos, representantes de este neofascismo tropical.

Volviendo al tema del discurso violento, Kapucinsky, el famoso corresponsal de guerra, decía que la palabra tiene el mismo poder de un golpe, el mismo impacto de un misil. El jefe del Estado es un referente orientador y por eso sus palabras ejercen tanta influencia sobre los grupúsculos y pandillas que lo apoyan. El poder tiene una capacidad de modelaje que no la tienen los ciudadanos comunes, porque la autoridad es un modelo a seguir. El mensaje del odio (arengas que se asumen como órdenes) es casi siempre seguido o acompañado por un mensaje y arreglos legales de impunidad, de allí que esos actos de violencia que han vivido los venezolanos desde hace siete años no son condenados por él, todo lo contrario, son glorificados sus perpetradores como héroes revolucionarios. Cuando la palabra viene de la autoridad, la palabra se convierte en orden y, en el caso específico del discurso de Hugo Chávez, en legitimación de la violencia.

Yves Ternon, autor de L’innocence des victimes : Au siècle des génocides y de L’Etat criminel, afirma que “el genocidio es el acto final de un discurso de discriminación, de agresiones verbales, expropiaciones, hostigamiento, persecuciones, deportaciones y masacres”. En cada etapa de la perpetración del genocidio – afirma Ternon – el lenguaje se utiliza para deshumanizar a las víctimas, movilizar a las masas para destruirlas y luego negar la masacre. La función primera de esta perversión de las palabras es amortiguar el efecto de los actos sobre las conciencias y neutralizar el sentimiento de culpabilidad de los ejecutores.

En la retórica del odio que ha caracterizado a Chávez, las burlas y descalificaciones denigrantes que ha usado contra los disidentes, han provocado y provocan actualmente, como en el caso de las listas de excluidos, actos de hostigamiento contra éstos dentro de una gran impunidad. Ternon considera que la retórica genocida “es un uso consciente e instrumento de una política criminal del Estado. La primera etapa del genocidio es la supresión de la identidad de la víctima, cosa que se consigue a través de las palabras cargadas de epítetos. A través de la deshumanización del enemigo, el discurso político y la propaganda identifican al grupo amenazado y preparan su destrucción. Las prácticas totalitarias sólo son posibles si antes, el lenguaje, las convierte en aceptables. Para destruir a un grupo es indispensable desnaturalizarlo previamente, rebajarlo a un nivel inferior al de lo humano: el del animal o el del objeto. Este procedimiento tiene sus reglas semánticas. Los insultos habituales de los lenguajes totalitarios al describir a los enemigos del régimen son, en una perspectiva criminal, asocian la futura víctima a un “gusano”, a un “parásito”, a un “bacilo”, a un “tumor”, a un “cáncer”. Al transformar a su víctima en eso, el asesino invierte el sentido del crimen, desde lo negativo el acto deviene positivo, se convierte en una medida higiénica, profiláctica. El asesino no se siente asesino, se siente terapeuta”.

Las palabras favoritas de Chávez han sido, entre otras: “freír cabezas”, “aniquilarlos”, “borrarlos del mapa”, “aplastarlos”, “hacerlos morder el polvo”, combinadas con: «combate», «frentes de batalla», «operaciones», «estrategias», «misiones», «unidades de batalla», expresiones éstas incluidas en discursos contra los “escuálidos”, “oligarcas”, “ricos”, “apátridas”, “traidores”, “caricaturas”, “plastas”, “gusanos”, “diablos”, “satanes” y ahora “judíos”, para poner en marcha con un puño machacante y la cara desencajada, la más perversa operación de desprecio y aniquilación de la autoestima contra los venezolanos que no están con él, que por cierto ahora son mayoría. Para convertir en “polvo cósmico” a sus adversarios políticos al considerarlos sus “enemigos” o “enemigos de su revolución”. En todo caso, estos son suficientes indicios como para calificar su discurso como de genocida en potencia.

Georges Bensoussan, en su libro Idéologie du Rejet, señala que “el asesino justifica sus actos moralmente, enfrentando el bien al mal, el fiel al infiel, el proletario al burgués, el patriota al traidor. Después de haber adaptado su lenguaje a su ideología, convertido en el brazo ejecutor de su Dios, de su pueblo, de su ideología o de su nación, al terapeuta no lo queda nada más que extirpar al grupo paria, al situarlo fuera de las dimensiones de la sociedad humana. Esa exclusión prepara el genocidio. El terapeuta sanea, purifica, exonera, garantiza su pureza, su preservación y la de los suyos. Esta falsificación del lenguaje facilita el asesinato. La burocracia entonces utiliza los artificios de la propaganda para facilitar el camino y transformar mediante la jerga y el eufemismo el crimen en acto terapéutico”.

Pero además, si se observa con detenimiento el discurso de Chávez, éste, en forma creciente ha venido sustituyendo los valores democráticos de los venezolanos por una admiración hacia los valores de países totalitarios como Libia, Irak, Cuba o, recientemente, Irán. Loas a El Chacal, Fidel Castro, Mugabe o Ahmadinejad han nutrido y nutren sus discursos. Todo lo que han hecho los venezolanos antes que él, no sirve, hay que destruirlo y para eso está cambiando la historia o falseándola en los libros de texto escolar. Quizás como una venganza y manipulación de uno de sus mentores, el dictador Fidel castro, Chávez ha puesto en marcha una operación de odio contra los propios venezolanos y sus valores. Un ejemplo de esto ha sido la destrucción por sus brigadas de esculturas obras de arte de grandes artistas como Jesús Soto o Cruz Diez, tachándolas como expresión de arte burgués. Chávez a convertido a ese rico país en un denigrante espectáculo de odio entre hermanos en un escenario de pobreza y deterioro creciente, coto de caza de delincuentes y guerrilleros colombianos que asesinan y secuestran impunemente, mientras le regala miles de millones de dólares a sus socios comunistas, antinorteamericanos o antioccidentales.

Su nueva veleidad y modelo: Irán y su programa nuclear, que amenaza a Europa e Israel, que ha colocado a ese país en el ojo de la tormenta de las grandes potencias occidentales paranoicas ante el posible terrorismo nuclear fundamentalista, que luego de las declaraciones de su presidente Mahmoud Ahmadinejad quien amenazó con “borrar a Israel del mapa”, sitúan a Chávez del otro lado de la cada día más difusa línea amarilla frente a la cual circulan trenes expresos a gran velocidad. Las reacciones no se han hecho esperar, como son las declaraciones del Centro Wiesenthal (ver artículo de Le Monde en el anexo No. 2).

Es curioso, pero ya no menciona el trillado slogan “Socialismo del Siglo XXI”, sino que habla de un “Socialismo Cristiano” que contiene, entre otros ingredientes incomprensibles, una obvia tendencia antisemita como lo proyectó en el discurso en cuestión. Vale la pena observar que comenzando 2006, luego de los encuentros con Evo Morales y Ollanta Humala, comenzó a hablar también de “Socialismo Indigenista” a todas luces alineado con la tendencia del nuevo indigenismo de izquierda fundamentalista contraria a los valores occidentales. Chávez es cambiante y acomodaticio así como lo haría un Selig, personaje y película homónima de Woody Allen, pero con la posibilidad de convertirse en una amenaza si le da por mimetizarse en la copia del modelo nacionalsocialista del Führer.

París enero 2005

(Anexo No. 1)

Inquiétudes de la communauté juive après un discours du président vénézuélien.

LE CREDO ANTISÉMITE DE HUGO CHÁVEZ
par Jean-Hébert ARMENGAUD
Liberation lundi 09 janvier 2006

Antinéolibéral, anti-impérialiste… et antisémite ? Le président vénézuélien Hugo Chávez, héros de la gauche radicale latino-américaine, a identifié les «maîtres du monde» : «Les descendants de ceux qui ont crucifié le Christ.» Cette «minorité s’est emparée des richesses du monde». Des déclarations tenues le 24 décembre, passées d’abord inaperçues et qui inquiètent la petite communauté juive vénézuélienne, 0,1 % de la population, d’autant que d’autres soupçons visaient déjà depuis longtemps le président vénézuélien. La veille de Noël, Hugo Chávez visite un centre d’hébergement et de réinsertion de personnes sans domicile fixe à Miranda, dans l’Etat de Zulia. Il discute avec la directrice et les personnes qui vivent là, se lance dans des diatribes habituelles contre «l’impérialisme» et célèbre «Jésus, le commandant des commandants des peuples, Jésus le justicier (…), le Christ révolutionnaire, le Christ socialiste». «Plus que jamais, le Christ nous manque (…), mais il se trouve qu’une minorité, les descendants de ceux qui ont crucifié le Christ (…) s’est emparée des richesses du monde […] et a concentré ces richesses entre quelques mains.»
«Dans ses mots convergent deux arguments centraux de l’antisémitisme, a réagi la délégation du centre Simon Wiesenthal pour l’Amérique latine, en Argentine, celle qui accuse les juifs d’avoir tué Jésus, et celle qui les associe avec les richesses.» «Il est particulièrement paradoxal, poursuit ce communiqué, que le président d’un pays qui dans quelques jours va être hôte d’un des rassemblements de la pensée progressiste, le Forum social mondial, utilise une rhétorique réactionnaire et moyenâgeuse.»
Le centre Simon Wiesenthal réclame des «excuses publiques» : «Le silence pourra seulement être interprété comme une réaffirmation d’une pensée raciste.» Excuses publiques qui ne viendront jamais. Le texte intégral de la «soirée de Noël» de Hugo Chávez était toujours en ligne hier sur le site officiel du ministère de la Communication et de l’Information vénézuélien.

Le 29 novembre, la communauté juive vénézuélienne s’était déjà inquiétée quand 25 policiers armés avaient investi le Centre hébraïque de Caracas, qui inclut une école, pour, officiellement et en vain, chercher des indices sur l’assassinat à la voiture piégée, un an auparavant, du procureur chargé d’enquêter sur le coup d’Etat du 12 avril 2002 qui avait chassé Hugo Chávez du pouvoir pendant deux jours. Des médias d’Etat vénézuéliens avaient insinué que le Mossad pourrait avoir été derrière cet assassinat. Le procureur général du Venezuela a également accusé la CIA d’avoir «planifié» cet attentat.

Dans les années 90, Hugo Chávez a longtemps été conseillé et inspiré par Norberto Ceresole, notamment sur le thème favori du président vénézuélien, les liens entre Armée, Caudillo, Peuple, titre d’un livre de cet «idéologue» argentin qui avait déjà été conseiller de la dictature militaire nationaliste «de gauche» péruvienne de Juan Velazco Alvarado, entre 1968 et 1975. Norberto Ceresole est un révisionniste affiché qui disait de lui-même, avant sa mort, en 2003 : «Je ne suis bien sûr ni antisémite ni nazi (…), je fais juste partie d’un révisionnisme qui veut démontrer qu’une partie importante du récit de la déportation et de la mort des juifs sous le système nazi a été arrangée en forme de mythe.» Après la tentative de coup d’Etat du lieutenant-colonel Hugo Chávez en 1992, Norberto Ceresole avait été expulsé du pays. Chávez l’avait rappelé à ses côtés en 1998, juste après son élection, avant de s’en séparer un an plus tard.

Chávez sera aussi un des premiers chefs d’Etat à recevoir – «début 2006» – le président iranien, élu en juin 2005, Mahmoud Ahmadinejad, celui-là même qui a appelé à «rayer Israël de la carte».

(anexo No. 2)

Le centre Wiesenthal accuse Hugo Chavez d’antisémitisme

Lemonde.fr | 09.01.06 | 12h13 • Mis à jour le 09.01.06 | 13h14

Le président vénézuélien, Hugo Chavez, connu pour ses diatribes anti-impérialistes, a tenu des propos antisémites lors de son discours de Noël, prononcé le 24 décembre. Ces propos, passés un temps inaperçus, ont été dénoncés par le centre Simon Wiesenthal, une organisation juive basée à Los Angeles, vendredi 6 janvier.

«Le monde appartient à tous mais une minorité, les descendants de ceux qui ont crucifié le Christ, s’est emparée des richesses mondiales», avait déclaré le président lors d’une visite dans un centre d’hébergement de réinsertion de personnes sans domicile fixe à Miranda, dans l’Etat de Zulia. Ce discours, retransmis en direct à la télévision nationale, est toujours visible sur le site Internet du ministère de la communication du Venezuela.

«Une minorité s’est appropriée l’or, l’argent, les minéraux, les bonnes terres et le pétrole de la planète. Cette minorité a concentré toutes les richesses dans ses mains», a insisté le président populiste, sans jamais citer explicitement le peuple juif. «Moins de 10 % de la population mondiale est propriétaire de plus de moitié de la richesse mondiale alors que la moitié de la population vit dans la pauvreté et que, chaque jour, il y a de plus en plus de pauvres sur la planète», a martelé Hugo Chavez. «Nous autres, ici, sommes déterminés à changer l’histoire, et chaque jour qui passe verra un plus grand nombre de chefs d’Etat, de présidents et de leaders nous suivre dans notre combat», prédit encore le président vénézuélien.

Dans ce discours, Hugo Chavez a également célébré «Jésus, le commandant des commandants des peuples, Jésus le justicier (…), le Christ révolutionnaire, le Christ socialiste», avant de conclure : «Plus que jamais le Christ nous manque.»

LE CENTRE WIESENTHAL DEMANDE DES EXCUSES
Lemonde.fr

Le centre Simon Wiesenthal pour l’Amérique latine a exigé des «excuses publiques» : «Le silence pourra seulement être interprété comme une réaffirmation d’une pensée raciste.» «Dans ses mots convergent deux arguments centraux de l’antisémitisme : en Argentine, celui qui accuse les juifs d’avoir tué Jésus et celui qui les associe avec les richesses», écrivent Shimon Samuel, le directeur du centre Wiesenthal, et Sergio Widder, le représentant latino-américain de l’association, dans un communiqué.

«Il est particulièrement paradoxal que le président d’un pays qui dans quelques jours va être hôte d’un des rassemblements de la pensée progressiste, le Forum social mondial, utilise une rhétorique réactionnaire et moyenâgeuse», concluent les deux hommes. Ils demandent notamment aux gouvernements argentin, brésilien, paraguayen et uruguayen de «geler le processus» d’intégration du Venezuela au Mercosur tant que M. Chavez ne se sera pas expliqué à ce sujet. Le porte-parole du gouvernement vénézuélien n’a pas souhaité commenter la situation.

Dans son édition datée du 9 janvier, Libération rappelle que le président vénézuélien a longtemps été inspiré par Norberto Ceresole, un révisionniste argentin. Avant sa mort en 2003, Norberto Ceresole disait : «Je ne suis bien sûr ni antisémite ni nazi (…), je fais juste partie d’un révisionnisme qui veut démontrer qu’une partie importante du récit de la déportation et de la mort des juifs sous le système nazi a été arrangée en forme de mythe», rapporte le quotidien français.

Lemonde.fr avec AP

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