Postales de una Caracas en intensa ebullición

Caracas – Esta ciudad estuvo ayer en punto de ebullición. En los ánimos de Hugo Chávez, de los medios, de la oposición política y, sobre todo, del antichavismo estudiantil. Caracas fue un caos, con una «tranca» de tráfico infernal, originada en la protesta de los universitarios frente a la sede de la Comisión Nacional de Comunicaciones (Conatel), el ente que el sábado por la noche levantó de un plumazo seis canales de cable. Entre ellos, RCTV (Radio Caracas Televisión), la paria entre las emisoras venezolanas, a la que ya en mayo de 2007, el Gobierno le había negado la renovación de su popular licencia de aire. Los caraqueños tomaron atajos para tratar de llegar a sus destinos, mientras los estudiantes -el grupo opositor que cobró notoriedad y peso político justamente a partir de la salida de la grilla de RCTV en 2007- iban tomando los accesos a todas las universidades de esta capital. Anoche, en el momento de redactar esta crónica, la división antimotines de la Policía Metropolitana se aprestaba en la Avenida Miranda, a la altura de La Castellana, a pocas cuadras de la Conatel. A escasa distancia de allí, claro, los estudiantes seguían concentrados. En las marchas, los estudiantes pedían por Diosdado Cabello, el ministro de Obras Públicas que tiene bajo su órbita a la Conatel. Fue él quien el sábado anunció el patíbulo para las señales de cable. Una respuesta de Chávez, dicen, a la multitudinaria concentración de ese 23 de enero, cuando cerca de 200.000 personas se manifestaron en contra del Gobierno. Represión El malhumor acumulado desde el sábado llevó a que en el día de ayer la represión contra los estudiantes fuera una de las más violentas de que se tiene registro (ver nota aparte). «Está nervioso: hacía tiempo que Chávez no se congelaba por más de cinco horas en la pantalla, como hizo el domingo en su audición de ‘Aló Presidente’, dijo a esta enviada Alfredo Maldonado, editor de Analítica Venezuela. «Bastaba ver su lenguaje corporal para entender que el momento es grave», apuntó en diálogo con Ámbito Financiero Ronald Nava García, defensor del lector en el diario El Nacional. «Chávez tiene casi una fijación romántica con esto de ponerse en contra de RCTV y Globovisión». Quien lo dijo es Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión, el canal de aire que desde hace dos años es hostigado por el Gobierno. «Nosotros no hacemos política», nos remarcó Zuloaga en los estudios de Globovisión en la zona de La Florida caraqueña, «pero cuando a un Gobierno le va mal y no puede salir de sus errores, erige a los medios en oposición». «Por eso, para el chavismo Globovisión es hoy el canal emblemático de la confrontación comunicacional, que eligió el mismo Gobierno», añadió. El presidente editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, fue todavía más duro. «Venezuela no vive una democracia normal: todas las instituciones están secuestradas por el Ejecutivo, salvo los medios de comunicación», dijo en diálogo con este diario. «Por eso Chávez arremete contra ellos». Como para que no faltara fósforo en el ambiente, también se conoció ayer la renuncia del coronel Ramón Carrizález, vicepresidente y ministro de Defensa interino. En los corrillos de Miraflores se decía que el paso al costado de este incondicional de Chávez se debió a que el presidente habría nombrado a un funcionario cubano para que lo acompañara en la cartera de Defensa. Y que la esposa de Carrizález, la ministra de Medio Ambiente, Yabiri Ortega, habría presentado su dimisión en solidaridad. En corrillos opositores, la pregunta era si la chispa de las movilizaciones estudiantiles de ayer fue sólo la réplica a la prohibición de emitir de RCTV o si es el comienzo de un proceso de ignición social, caldeado por los cortes de luz y agua, la inflación y otros elementos inconfundibles de crisis para el chavismo. «Todavía falta que surja un elemento aglutinador», señaló Zuloaga en Globovisión. Mientras tanto, y como para acompañar a esos ánimos caldeados, el termómetro, caprichoso, marcó 30 grados. Señal ominosa, quizá, de un invierno venezolano con alta temperatura.