Acuerdo nacional para exportar
Venezuela requiere con urgencia levantar su producción nacional y de inmediato, promover las exportaciones de los productos hechos por venezolanos que permita generar divisas y dar empleo productivo a su población cada día en crecimiento, ya que la única fuente de ingresos de divisas del país es el petróleo que ha resultado insuficiente, aún con una cotización aproximada de 100 dólares por barril que se ha sostenido por espacio de algo más de un año.
Para el logro de ambos objetivos, producir para el mercado local y exportar, es obligatorio un acuerdo nacional con el que el Ejecutivo Nacional y el sector privado asuman los compromisos que les correspondan de manera permanente. Iniciativas aisladas y espasmódicas como lo que hemos venido realizando en el país, no cumplen tales objetivos.
Venezuela necesita un acuerdo nacional, similar al alcanzado en México hace 25 años, antes de ingresar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con Canadá y EEUU, denominado en sus siglas en ingles Nafta, o como el que alcanzó Colombia hace 20 años, el cual tuve la oportunidad de asistir a su lanzamiento, ambos Acuerdos entre el sector público y privado liderizados por los presidentes de ambas naciones, con el objetivo inequívoco de aumentar la productividad, la competitividad y las exportaciones de productos no tradicionales. Sus resultados hoy son extraordinarios.
Muchos se preguntaran el por qué un acuerdo nacional para las exportaciones y la respuesta son diversas; son procesos que requieren de acciones conjuntas, de los ministerios, instituciones y empresas del Estado y empresas privadas, que deben cumplirse perfectamente y de manera sostenida en el tiempo: nivelar la inflación nacional a la internacional o determinar un mecanismo que equilibre la diferencia, mantener las instalaciones fabriles en óptimas condiciones de producción, disponer de las materias primas nacionales e importadas en las cantidades y las calidades que se requieran oportunamente, fuerza laboral comprometida con la productividad, el transporte, los puertos y las aduanas deben funcionar a favor de agilizar la carga y su despacho inmediato, sin ningún tropiezo, y la competitividad resultante sea la que asegure que el producto hecho en Venezuela sea aceptado por los clientes internacionales y de ahí en adelante, mantener y aumentar su participación en el muy exigente y competido mercado internacional.
Comenzar a exportar productos venezolanos no tradicionales o reimpulsarlas, supone sacar del mercado internacional a productos de otros países que seguramente tienen tiempo exportando o captar nuevos nichos de mercados que se puedan desarrollar. Tarea muy difícil, para no decir imposible, pero alcanzable si se dan las condiciones requeridas.
Ganar un cliente internacional significa que el producto venezolano ofrece y mantiene nivel de calidad, suministro, servicio y precio mejores que el producto exportado de otro país, lo cual es imposible de cumplir por los productos venezolanos con las actuales condiciones y mayores esfuerzos requerirán los productos con alto valor agregado.
Los productos de exportación no pueden tener demoras, deben entregarse al cliente internacional cuando lo exige, justo a tiempo, so pena de perder el negocio o ser multado. La razón, muy sencilla, todos los países del mundo están exportando y la competencia es permanente. El costo de errar para un exportador es total, pierde el negocio y su confiabilidad internacional.
Entonces se requiere un acuerdo nacional que promueva, vigile y haga mover la cadena continua en una sola dirección, de manera perfecta y duradera en el tiempo, sin que ningún eslabón de la cadena se equivoque.
Relanzar las exportaciones de productos venezolanos no tradicionales significa un reto de proporciones gigantescas que requiere grandes decisiones y acciones públicas y privadas, que tomadas hoy, pueden comenzarse a ver sus primeros resultados en 2 años, pero sin lugar a dudas, nos colocará en una mejor posición como industria, como país, que valdrá la pena todo el esfuerzo que se realice para alcanzar el muy ambicioso y necesario objetivo.
