Amanecerá y baremos

Cuando una palabra que antes no se usaba o no se conocía surge y se impone como la más adecuada o la única para designar algo que se llamaba antes de otra manera, puede hablarse de moda lingüística: las modas vienen siempre de alguna parte y tienen siempre algún propósito.

Baremo, que viene del nombre del matemático francés Bárreme, (1640-1703) y que el DRAE define como: “Cuadro gradual establecido convencionalmente para evaluar los méritos personales, la solvencia de empresas, etc., o los daños derivados de accidentes o enfermedades.” aparece de pronto en el vocabulario de una cierta “dirigencia opositora” ( habría que saber a quién dirige y a qué se opone) como término para englobar todo lo que antes se incluía en palabras como “condiciones” o “parámetros” ,”requisitos”, “normativas” o , más popularmente, “tablas”

La tabla de multiplicar, es , en efecto, un baremo, en la medida en que a cada casilla de cruce de una ordenada con una abcisa corresponde una y sólo una cifra válida. Si buscamos 3 x 4 y nos aparece otro número que 12 diremos que tal número no cumple con el baremo, que no tiene los “méritos personales” requeridos para el caso.

En otras épocas el latín era el idioma del poder, y para tener acceso al poder era imprescindible hablar latín. Los que no entendían la lengua quedaban fuera de los círculos de mando, en parte porque los que mandaban podían conversar entre ellos sin que los mandados entendieran de qué estaban hablando.

En esta época y en este país donde ahora la “ candidatura única” depende por entero del “baremo”, solo los entendidos en materia de baremos cumplen con los baremos requeridos para entender.

Baremos, en este contexto, se convierte en una contracción coloquial para decir “iremos de bares”: como todos saben uno va “de bares” o “de copas” o –más criollo- “de palos” con sus amigos cercanos, con los “panas”, que viene de “partners” es decir, “socios” en inglés.

De modo que tenemos tres orígenes del baremo: el francés, por el matemático de allá, el inglés, por los panas de aquí, y el español de España, porque en España todo lo que en Venezuela es tabla, cuadro, plantilla, etc. es un baremo.

Como decía antes, la moda siempre viene de alguna parte, y no es casual que en este caso –como en tantos otros- venga de Francia o de España, o de Norteamérica.

Pero ¿De dónde viene el candidato? ¿Vendrá de arriba? ¿Vendrá de abajo? ¿Vendrá de afuera? ¿Vendrá de adentro? ¿De la Izquierda o de la Derecha? Lo único cierto hasta ahora es que será el resultado de lo que produzca el baremo, y esperemos que no se convierta en baremoto, o –mejor dicho- Tsunami, porque desde el Tsunami los maremotos ya no están de moda, como no está de moda ya que los electores elijan (eso sería demasiado primitivo) sino que son ahora los “elegidos” quienes ponen a los electores en baremos , para ver qué baremos con ellos y a dónde conduciremos a esa cuerda de analfabetas que no entienden de baremos.

Porque en estas elecciones- dirá el «Unico» arrastrando las erres con arre…metida ejemplar : «De que barremos, barremos.»

Los electores están acostumbrados: «Siempre nos toca coger la escoba después de la parranda», comentan.

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En resumen, el cónclave se reunirá ( cónclave es a cónyuge lo que clave es a yugo: el yugo es la clave) y en algún momento baremos salir humo blanco (perdón, eso sería políticamente incorrecto de acuerdo al baremo…será del color que ya baremos) y el oficiante dirá las palabras litúrgicas:

– Habemus Papa

(perdón otra vez, eso sería también incorrecto políticamente, de acuerdo al Código Da Vinci , es decir al Baremo Da Vinci) dirá, corrijo:

– Baremus Candidatum

Que en latín significa: “ Alabaremos a los cándidos”

(Se le quita el prefijo “Ala” y se dice solo “baremus” porque “Ala” si se acentúa la “a” final, es políticamente incorrecto)