Opinión Nacional

Bolivar se retuerce en la tumba

(%=Image( 7578031,»L»)%)Castro Leiva en, Para pensar a Bolívar escribió; de tal forma que la historia patria se confunde con la historia y vida de Bolívar. Nuestro principal héroe pasa a ser la patria misma, y sobre los venezolanos pesa, profundamente, el parricidio cometido: Venezuela (madre) tiene a su padre (Bolívar) que muere sacrificado (mártir) por el desprecio e ingratitud de sus hijos.

Asimismo en 1812, Bolívar en el Manifiesto de Cartagena argumentaba, las repúblicas etéreas. En la que las instituciones son edificadas, sobre principios abstractos y racionalistas muy alejados de la realidad concreta y de las necesidades de tiempo y lugar.

De esas palabras debemos abstraer cómo en los actuales momentos en Venezuela la democracia está en franco desmembramiento desde el punto de vista politológico. Porque los partidos políticos y la oposición no dan en el clavo para detener las arbitrariedades de la nueva constitución de 2007 (no es una reforma) de corte autoritario que se proyecta como una república etérea. Así, comenzamos a explicar estos hechos políticos desde la ciencia política en los medios de comunicación en la actualidad.

Es decir, el poder autoritario busca controlar toda forma de libertad de expresión, todo entendimiento, toda confrontación de ideas que no comulgue con la ideología llamada el socialismo del siglo XXI. Simplemente, el poder ejecutivo; descontrola, manipula, corrompe las conciencias. Desvirtúa el sentido de la democracia representativa que significa el respeto por las leyes e instituciones establecidas en la Constitución de una nación.

Lógico pensar que armando todo un espectáculo en contra de los medios de comunicación en el país, el poder ejecutivo sólo busca opacar el pensamiento de los demás, y ello lo realiza con el propósito de entronarse en el poder permanentemente. Mandar por decreto. Una dictadura legalista. Pero legalismo hecho a la medida del personalismo. No de un debate representativo plural.

Por lo tanto el conflicto de poder, lo busca confrontándose con algunos canales de Televisión como RCTV, GLOBOVISION, para aniquilar la información y programas de opinión política, (deslinde de la opinión pública) para buscar un culpable, que lo descomulgue de sus errores, haciéndolo expiatorio por sus ineptitudes y desafueros en la conducción del Estado.

En efecto, la hegemonía del régimen controla el 85 % de las señales televisivas, a través de confiscación y compra de seis canales, las radioemisoras de alcance nacional YVKE Mundial y la oficialista Radio Nacional de Venezuela, la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), tres mil radioemisoras comunitarias y alrededor de cien portales en la red cibernética (Internet), según estudios del comunicólogo Adolfo Herrera (UCV).

Por ello Antonio Rodríguez Vicens concibe la prensa (libre, TV, Radio, entre más) como un contrapoder: una instancia libre para la crítica, la resistencia y el cuestionamiento al poder. Al abuso y a la corrupción. A la mentira y a la injusticia. A la manipulación y al engaño. La utilización de la prensa para servir a los intereses inmediatos del poder (en cualquier momento y circunstancia) me parece un atentado contra la libertad. Me desagrada la sumisión palaciega, empalagosa y complaciente, que busca el acomodo y la moda. No sirvo para la alabanza y la apología a los gobernantes y a las mediocridades de moda. Admiro y respeto a los contestatarios y rechazo instintivamente a los serviles e incondicionales. Creo, en fin, que un periodista, mientras más próximo se encuentra al poder, más le pertenece y menos cumple su misión.

Así las cosas, la verdad de los medios de comunicación en Venezuela es su solapamiento y su autocensura para evitar la mano dura, las multas y el cierre de estos. Pero la verdad de los medios financiados por el Estado; es que el poder es personal, controlan, son portadores de una sola voz, un solo pensamiento, una sola realidad política.

¿Hacia un socialismo?

¿Castro – Chavismo? Sí, ¿Guevarismo – Chavismo? También. Bajo el disonante marxismo comunismo del Siglo XX. Un salto atrás. Volver al pasado para supuestamente crear el hombre nuevo. ¡Por Dios! ¿Cuál socialismo del siglo XX en los países con sistemas políticos socialistas – comunistas de Europa del Este, Europa Oriental, en los países de América Latina, o en los países de Asia o África fueron exitosos y mejoraron las condiciones de vida de sus ciudadanos? La respuesta es clara: Ninguno. Y los países aún con esos sistemas políticos totalitarios en píe, como Cuba, Corea del Norte, Bielorrusia, Birmania, Irán, Irak, Siria, Costa de Marfil entre otros, (comunistas o totalitarios) la pobreza hace estragos. Los presos políticos aumentan y las libertades de expresión y la defensa de los derechos humanos no existe. O por lo menos en poca medida. Ni hablar de la existencia de verdaderos partidos políticos. ¿Entonces?

Pero la realidad dista un continente. Un continente y una nación cada día más pobre y cada día más subsumido en el atraso político, económico, cultural, familiar, moral, y de ello se siente en nuestro ambiente un pesar bizarro, casi masoquista, un descontento general.

Y aunque muchos ciudadanos tratan de hacerse los desentendidos, es decir, los locos, o los “pendejos”, (como sabiamente lo expuso un día Arturo Uslar) todos siempre terminamos en la constante incertidumbre de un futuro mejor. Simple; la inseguridad, el riesgo permanente, la ingobernabilidad pasada a formar parte de nuestra cotidianidad, aderezada por discursos retóricos, populistas cargados de odios innecesarios. Es decir, desinstitucionalización de los patrones democráticos como forma de vida.

Asimismo se promueve el silencio que será destructor de la libertad de expresión, un silencio que atacará la crítica seria, ponderada, analítica a un régimen escasamente efectivo, conciliador, promotor de tranquilidad, seguridad y sobre todo un régimen que promueve la desconfianza en las instituciones. Promueve todo tipo de espectáculos para hacer de sus funciones legítimas. Cuando en realidad sus funciones no son legítimas.

No se admite.

Pueden hacer y aprobar cuantas leyes se les ocurra, cerrar cuantos medios de comunicación se les ocurra, pero esto no se admite, y el régimen lo acepta con tal de no abandonar el esquema que protege a los incapaces. En sí, los incapaces no podrán callar el sentimiento de castración general, de impotencia social y chantajear las mentes, mucho menos cercenar el pensamiento probo.

Así como tampoco podrán callar a un 80% de la población en conflicto irresuelto de larga data de pobreza y promesas incumplidas. Con una inflación del 20%, ello aunado a un incremento de precios sobre el 17%, más una depreciación de los ahorros entre un 6.5% que promueve la compra de divisas. Sin mencionar otros graves problemas de gobernabilidad como la inseguridad, entre muchos.

Es decir, el Estado promueve la inflación y la depreciación de la moneda venezolana. Con ello devalúa para cuadrar las cuentas públicas en momentos históricos de altos precios del barril de petróleo sobre los 80 dólares sin efecto alguno en las mejoras sociales generales.

Evidentemente en venezolano buscará la manera, usando las palabras, usando las ideas, usando la inteligencia, más no la fuerza de esos totalitarios disfrazados de demócratas. Venga de donde venga el abuso de poder y la corrupción de la democracia, la inteligencia siempre perdura; la imbecilidad tarde o temprano se descubre.

Digamos simplemente que el show teledirigido que se está proponiendo llevar acabo, por parte de unos pocos socava la función deliberativa de la democracia, tanto en los partidos políticos como instituciones reguladoras que funcionan como puentes para la solución de los conflictos sociales, como de los profesionales de la política y de los medios de comunicación en sus funciones públicas en tanto formas expresivas.

Es más, el terrorismo desinformativo (porque desinformar, es otra forma de terrorismo) se encarga de desfigurar los hechos, de esconder bajo el ala de la verdad, o convertir a la mentira en la verdad, todo para proteger y favorecer a los propulsores de la agresión, satanizar a los enemigos y desfigurar personalidades con claros propósitos de disentir y oponerse a una sola voz y pensamiento único. De hecho en las democracias las consignas son: amigo –adversario. No, amigo – enemigo.

¿Sobre la reforma o la nueva constitución?

En efecto los 33 artículos propuestos por el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías (68 artículos en total impuestos en la Asamblea Nacional de un plumazo sin discusión en el soberano) que se pretenden reformar a la constitución de 1999, se evidencia el descaro personal, se evidencia el fascismo, y se quita la careta de demócrata. Digámoslo sin temor. Lo que se propone es una dictadura totalitaria, (en donde más del 67% de los ciudadanos desconoce y desaprueba) lo que se propone es tapar con el dedo, el sol de los graves problemas del país.

Asimismo, el proyecto de reforma (nueva Constitución) trata de crear un nuevo Estado (socialista) y un nuevo sistema económico y social. En consecuencia, su discusión supone la intervención del poder constituyente originario. Porque sólo el pueblo puede expresar su voluntad entorno al pacto social que ella presenta (principio de la soberanía popular). Nadie puede decidir por él.

La constitución de 1999 permite este adefesio jurídico – político que se proyecta, pero además no se ha cumplido en la Asamblea Nacional y mucho menos en el Tribunal Supremo de Justicia del país.

Que son dos entes (instituciones al servicio del cesar como su guardia pretoriana) que están avalando esta dictadura de asamblea del siglo XXI de la mano del Consejo Nacional Electoral CNE. Es decir, ya el cambio de la constitución personal es un hecho. Y el debate llevado a cabo en la Asamblea Nacional es un mero espectáculo, como es un espectáculo ese mal llamado parlamentarismo de calle, y además dentro de la Asamblea Nacional, como el TSJ, es un mero teatro sin adversarios políticos dentro del hemiciclo.

Por todo lo anteriormente expuesto es perentorio que los venezolanos salgan a votar en contra de ese cambio constuticional trampa que se está pretendiendo hacer.

En fin, para Álvaro Vargas Llosa en; El caudillo, el populismo y la democracia. Concluye su análisis de la siguiente forma: “El libertador, un hombre de la elite que creía en las instituciones oligárquicas y que pasó gran parte de su vida procurando evitar la revolución social, es en la actualidad el icono del populismo de izquierda. Debe estar retorciéndose en la tumba”. Un Bolívar fuerte, un país fuerte, un personalismo fuerte.

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