Opinión Nacional

Candidatos ponchaos

Que tu quieres ser diputados para la Asamblea? Escuche hermano. Esa una responsabilidad histórica que trasciende cualquier aspiración personal y profesional que tú puedas tener o que desees asumir. Un diputado debe tener el guáramo y la autoridad moral para enfrentarse a un poder omnipresente que ha socavado la esencia de todo poder independiente que consagra nuestra Constitución. Acá habrá que tener los pantalones bien puestos, para controlar y detener el despilfarro de los dineros públicos que de manera inclemente e irresponsable que ha hecho el Presidente, no solo en el país, si no en el exterior para la promoción y exportación de su modelo revolucionario.

Si tú quieres sentarse en ese curul querido amigo y quieres ganarte mi voto, tienes que demostrar con hechos y no palabras que habéis defendido tus principios sin haber negociado tu posición a intereses de poder. Que no te has llevado a nadie por delante a punta de dinero, ofensas y malabarismos políticos y que no tendrás un bozal de arepa a costa de viajar semanalmente a la capital. Que no te llevaras a escondidas frasquitos de huevos chimbos a ministros o al presidente del Partido y que no compartirás en los restaurantes frente a un frasco de whisky, las comisiones y contratos oficiales. Tampoco deberás estar pendiente en el aeroclub a ver quién te de la cola en aviones privados. Ni pendiente de entradas a conciertos y fiestecitas privadas. Porque esos es lo que yo he visto de los diputados tradicionales que hasta la fecha nos han representado. O no?
Ese hombre que siente en la Asamblea tendrá la oportunidad de opinar el destino del Contralor, Procurador, Fiscal, Defensor del Pueblo, Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, y será testigo excepcional de la juramentación del próximo Presidente de la Republica. Los próximos diputados, querido amigo, deben tener el gañote bien templado para reclamar y rescatar la autonomía a las regiones porque los de ahora, se bajaron los pantalones y las faldas ante la bravura del poder, sin importar que nos quedáramos sin la administración de puertos, aeropuertos y autopistas. Yo no te he visto que tú has escrito ni una línea en defensa de la Federación, ni siquiera has levantado la mano para decir este puerto es mío.

A punta de café, de llamaditas de teléfonos, de escribir pendejadas en facebook, de enviar mensajitos en ese blackberry y de compartir sonrisitas con lideritos en la mesa, crees que vas a ganas a mi voto y ser nada más y nada menos que Diputado para la Restauración de la Republica. No hermanito, estáis pelando. No podrás ser candidato ni me representarás, si no has sido un hombre o una mujer ejemplar, responsable con tus padres, con tus esposas y tus hijos, cumplidor de tus obligaciones, haber honrado a tu patria y ser un defensor – por cualquier vía – de los más necesitados y desposeídos sin importar el color o militancia. Necesitáis, haber sido un excelente trabajador o empleado, haber pagado todas tus deudas por insignificantes que sean y haber sido solidario con el prójimo. Necesitas haber doblegado tus más grandes debilidades y haberlas ofrecido a tus semejantes, a Dios o al Universo, para que te conviertan en hombre y mujer de carácter, de bien. Necesitas haber entendido que significa la democracia, la libertad y la inclusión, que son los valores que más necesitamos para el rescate de la patria., Si no calificas hermano, conmigo estáis ponchao ¡!!

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