Opinión Nacional

Carta a los diplomáticos venezolanos

Mis queridos amigos:

Todos ustedes, tal como yo, han dedicado buena parte de su vida a trabajar en el Servicio Exterior venezolano, en el entendido de que al hacerlo se trabaja para el Estado, para la nación venezolana, y no para el gobierno de turno. Por desgracia, el actual gobierno ha roto ese concepto, y pretende que los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores sean activistas del régimen, comprometidos con el gobierno de turno, y no con todos los venezolanos.

El actual gobierno, que empezó como una esperanza para la mayoría de los venezolanos, se ha convertido en una pesadilla, en un régimen militar al estilo de los de Trujillo en la República Dominicana, Somoza en Nicaragua y Pérez Jiménez entre nosotros, gobiernos que mantenían una falsa fachada democrática, con parlamento, con poderes aparentemente autónomos, pero secuestrados y puestos al servicio del dictador. También, como en aquellos regímenes, el gobierno actual de Venezuela ha caído en la más descarada corrupción posible. Todos vimos, en 1998, la humilde casa de la familia Chávez en Barinas, ubicada en un barrio de clase media. Hoy los Chávez tienen inmensas quintas, fincas que se pierden en el horizonte, automóviles de lujo y trenes de vida que ninguno de nosotros soñaría con tener. Y lo mismo ocurre con todos los jefes del chavismo, que mantienen viviendas de lujo en Europa y en Estados Unidos. Y a eso se suma la represión, los muertos, los heridos, los torturados, los desaparecidos. Aquella gran mayoría que apoyó el teniente-coronel Chávez en 1998, hoy busca con valentía y ya desesperación un camino democrático para salir de él. Ese camino, que está en la Constitución, es el del Referéndum Democrático, que el chavismo impide mediante de trampas y actos de deshonestidad, porque sabe que ya no cuenta sino con una exigua minoría de timadores y de soñadores que no tienen la capacidad de entender la realidad.

De lo que se trata hoy en día no es de estar de acuerdo con el gobierno o con la oposición. Se trata de apoyar un régimen militar, antidemocrático, deshonesto, manchado con el peor irrespeto a los derechos humanos fundamentales, o mantener la dignidad. Vivir con miedo, con vergüenza, sin poder explicar a los hijos o a los padres o a los hermanos o a los amigos por qué se es cómplice de la indignidad, o poder mantener la frente en alto, la mirada firme y el orgullo de actuar con honestidad.

Ha llegado para todos ustedes el momento de tomar esa decisión. De demostrarle al mundo que los funcionarios del Servicio Exterior venezolano no son simples marionetas tarifadas al servicio de un gobierno inmoral, sino personas con formación profesional, con dignidad, con orgullo de ser venezolanos.

El único camino que les queda es renunciar públicamente a sus cargos, y proclamar las causas de sus renuncias, para que el mundo entienda que en Venezuela hay gente dispuesta a sacrificar la comodidad en aras de la dignidad. Que hay esperanzas de apartar del poder al régimen militar, corrupto, antidemocrático y violador de los derechos humanos. Que hay en Venezuela una mayoría respetable, que mantiene la esperanza de apartar para siempre los vicios y las malas costumbres del poder.

Asuman, pues, con valor, su responsabilidad.

Con un saludo esperanzado, desde Mérida,

Eduardo Casanova Sucre.
Ex – Embajador.

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