Opinión Nacional

Continuidad = continuismo

Abraham Lincoln dijo alguna vez: “Se puede engañar a muchos durante poco tiempo. Se puede engañar a pocos durante mucho tiempo. Pero no se puede engañar a todos durante todo el tiempo”. Yo agregaría: porque tarde o temprano sale a luz la verdad.

El oficialismo parece estar dispuesto a emplear cualquier recurso para perpetuarse en el poder. Se trata, a todas luces, de una vulgar conspiración y de un evidente manejo de la Constitución para preservar las ansias de poder de los lacayos del repitiente y para asegurar la supervivencia del fracasado régimen castro-comunista cubano que no puede existir sin apoyo externo.

Durante más de un mes el régimen ha pretendido engañar a una porción de la población, concretamente al sector más humilde que por su devoción hacia el comandante acepta como verdad las informaciones acerca de la salud del repitiente que suministra periódicamente el Ministro de Comunicación e información. Me imagino que también dentro de las filas del chavismo algunos le darán crédito a esas informaciones, pero estoy seguro de que la gran mayoría de los seguidores del repitiente ausente saben que se trata de mentiras piadosas para evitar que la verdad provoque una estampida en las filas del PSUV.

Pero la verdad va emergiendo poco a poco. Al enfermo, que no perdía la ocasión para imponer cadenas radio-televisivas para descargar su incontinencia verbal no se le ha visto la cara ni se ha escuchado su voz desde que viajó a Cuba para someterse a una cuarta operación. Este silencio y esta ausencia dicen mucho y, por supuesto se prestan para todas las especulaciones que circulan por internet. Pero hay más, resulta evidente que el personaje se encuentra muy mal al punto de que está aislado de todo contacto con cualquier persona. Si no, ¿cómo se explica que su colega, pana del alma, la presidenta de Argentina, no haya podido verlo durante el reciente viaje que hizo a La Habana para visitar al enfermo? Lo mismo ocurrió con el presidente Humala y sucedió antes con los otros panas del repitiente, Evo Morales y Rafael Correa. Peor aún, ni siquiera el Vicepresidente Ejecutivo, a quien el primer mandatario dejó encargado de la presidencia, ha podido penetrar en la sala de cuidado intensivo en la cual se encuentra el paciente debido a la gravedad de su estado de salud. Los portavoces del régimen se empeñan en afirmar que el enfermo está consciente y en pleno uso de sus facultades mentales y niegan que esté “entubado”, es decir conectado a los dispositivos que le permiten conservar los signos vitales indispensables.

No resulta ocioso entonces preguntar, ¿si no está entubado por qué lo mantienen en la sala de cuidado intensivo? ¿Puede un paciente en esas condiciones conservar sus facultades mentales para seguir gobernando a distancia como pretenden hacer creer a los venezolanos?

Toda esta pantomima persigue un solo y único objetivo. Mantener la ficción de que el personaje está en proceso de recuperación y que en algún momento, no se sabe cuándo, regresará para a presta juramento como presidente reelecto.

Con la complicidad de la más alta autoridad judicial del país se ha creado en nuestro país, en abierta y descarada violación de la Constitución una peligrosa situación que permitirá mantener sine die un gobierno espurio y usurpador.

El espectáculo ridículo, cursi, de mal gusto, escenificado el 10 de enero tuvo como finalidad tratar de revestir de legitimidad al usurpador de la primera magistratura. Del mismo modo, la presencia de figuras extranjeras en ese acto, buscaba dotar de legitimidad internacional a un régimen absolutamente ilegítimo.

Así como manipuló la Constitución Nacional para imponer la tesis continuista, el día de mañana el TSJ valiéndose de esa misma tesis dictaminará que no hay necesidad de convocar a elecciones para escoger un nuevo presidente constitucional. De esa manera el chavismo se habrá asegurado la permanencia indefinida en el poder para transformar a Venezuela en una república comunal, léase comunista. Además, el régimen castro-comunista cubano se habrá garantizado la continuidad de la munificencia del régimen venezolano, podrá seguir manejando a su antojo el destino de nuestro país y evitará el riesgo de tener que implantar un nuevo “período especial”.

Hay tiempo para evitar esa tragedia y podemos lograrlo si actuamos unidos y solidarios para abortar ese plan macabro que los traidores a la patria están ejecutando con el asesoramiento y el apoyo del régimen comunista cubano.

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