Opinión Nacional

De la Enmienda a la Traslación

Las proyecciones de los especialistas en sondeos electorales, el trabajo de la maquinaria electoral organizada por el PSUV, el proyecto del nuevo sistema político-social que viene gestando la Revolución y el liderazgo de Chávez son los factores que intervienen en el escenario para que los resultados del 15F sean favorables al SI. No obstante, debemos estar preparados también en caso de resultar ganadora la otra opción. El revolucionario debe siempre vislumbrar los caminos que se presentan y con sabiduría, calma y precisión aguda en el accionar político, definir sus estrategias para transitar por cualquiera de ellos.

Lo que está planteado en el escenario inmediato al 15F para ambos casos es la Traslación Revolucionaria que viene acompañada del cambio de estructura. La Traslación, como sabemos, es la transferencia del poder a las comunidades organizadas de una manera viable, consciente y plena. Es además arrancar de raíz todo componente orgánico del aparato burocrático del Estado reformista heredado de la IV República y transformarlo en elemento de política pública manejable por la base social organizada, capacitada e ideológicamente identificada.

Para materializar la Traslación tienen que completarse y desarrollarse cinco grandes líneas de ejercicio político-administrativo entre 2009 y 2012: (i) formalizar la capacitación política e ideológica de toda la militancia activa y de reserva (dirigentes, cuadros, unidades de base) que luchan del lado del Proceso Revolucionario. Se tiene que asumir como necesidad existencial de la Revolución, del militante y del proyecto de nueva sociedad el dominio ideológico de la tesis del SSXXI. Debe internalizarse sus categorías, postulados, metas, formas de acción. Esto incluye diseñar y poner en práctica la carrera del dirigente político, potencial candidato a las vocerías de las asambleas de ciudadanos y de los cargos de elección popular; (ii) en este lapso, hay que sustituir el Estado Reformista aún vigente y cambiarlo por las nuevas instancias del poder popular. Todas las estructuras creadas por la Democracia Representativa (IV República) tienen que desaparecer y en su lugar instrumentar la legalidad y competencia decisoria de consejos comunales, asambleas de ciudadanos, contraloría social, gobiernos comunitarios (nivel de comunas), cabildos abiertos y consejo nacional de gobierno. Alcanzado este nivel de desarrollo del poder popular todos los cargos del aparato burocrático se convierten en vocerías de sus respectivas entidades; (iii) establecer por la vía de la práctica revolucionaria las nuevas relaciones entre capital y trabajo. Éstas pasan a ser iguales (K=T) en planificación, gestión y administración de la unidad productiva. Asimismo, con la aparición de las comunas, surge el sector socialista de la producción, independiente del Estado y del sector privado; (iv) la conversión total del partido de gobierno en instrumento del pueblo. Valga decir el PSUV tiene que subordinarse a la comunidad organizada y contribuir con ella en alcanzar su emancipación. El partido no manda, sino obedece; y, (v) reforzar la estructura y la concepción revolucionaria del nuevo pensamiento de la defensa integral colectiva, con sus tres macro-componentes: fuerza armada bolivariana, reserva nacional y milicias populares.

Este es el camino a seguir con Chávez a la reelección o con los escuálidos eufóricos por creer que la revolución bolivariana se puede aniquilar.

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