Diosdado irritado
Resumir los disparates acumulados en una sola declaración no es sencillo. Dijo que el gobierno no le debe a nadie. Que las protestas estudiantiles las dirigen María Corina y López. Que se han llevado millones de dólares. Que si cae el gobierno al nuevo no lo dejarán gobernar un solo día. Que el pueblo no caiga en provocaciones.
¿Cuál será la razón que lo puso histérico? Hay sin duda una evidente. Ni él ni el usurpador saben qué hacer. Respiran el desasosiego de la población y la explosión cotidiana de un problema tras otro y cuando piden ayuda a La Habana, la respuesta es que salvo por lo que respecta al control del poder, La Habana no está aquí para dar ayuda sino para tomar su cuota de real. Que dilema. La profundización de la revolución agrava el problema del desabastecimiento y consiguientemente el descontento de la población, pero el cambio no solo expone el fraude de la revolución sino los expone frente a grupos radicales que los acusan de traición y que pueden ser su soporte, si como él mismo lo dijo “cae el gobierno”.
En democracia la caída de los gobiernos es rutinaria, particularmente en las democracias parlamentarias. También en los regímenes presidencialistas aunque es menos frecuente. Nosotros vimos la caída de Nixon y no pasó nada, no obstante que el señor Ford no era propiamente lo que se llama un estadista. Vimos la caída de Pérez no por obra de estos golpistas chapuceros que no pudieron ni con la DISIP pero se la pasan hablando de una guerra contra los Estados Unidos. La salida de Pérez se produjo dentro de la democracia.
¿Cuál es la causa de la irritación de Cabello? Sencillo. Los gobiernos no democráticos no caen, se desploman. Es todo el sistema construido para acaparar el poder y hacerlo omnímodo lo que lo debilita. El sistema está en crisis porque Cabello y los diputados del PSUV no saben hacer leyes, Maduro menos, La Habana solo sabe de represión; los otros poderes solo quieren sus comodidades. La revolución está acabada porque sus dirigentes están gordos de real y el pueblo sigue pobre y ya no cree que su pobreza se debe a las cúpulas podridas de los partidos tradicionales, la fetidez se desprende del gobierno y tiene ya quince años. No es un buen vino que mejora con el añejamiento, se puso piche.